AMLO habla de salirse del T-MEC, pero luego recula
Roberto Vizcaíno
Si por algo es reconocido el presidente Andrés Manuel López Obrador, es porque nunca acepta una derrota o imposición.
Hoy en lo de Consultas de EU y Canadá por violaciones al T-MEC está convencido de que él tiene la razón y que un posible fallo contra México sería contra la soberanía del país.
Y si fuese el caso, afirmó ayer:
“… aun tratándose del mercado más importante del mundo, si tener acceso a ese mercado (con el T-MEC) nos implica ceder soberanía, no lo aceptamos, no vamos a entregar nuestra independencia a ningún gobierno extranjero”.
Así de directo y contundente.
En su lógica no existe nada dentro del Tratado que le impida modificar la Constitución para darle predominio a Pemex y CFE por sobre inversiones privadas nacionales o extranjeras.
Ello, afirma, quedó establecido en el texto introducido por él y aceptado por Donald Trump y que quedó plasmado en el artículo octavo.
“El cambio se llevó a cabo para que México se mantuviese como un país independiente, no como colonia de ningún país extranjero. Es un asunto de dignidad, es nuestra historia, no podemos traicionarnos.
“Entonces, nos llevó mucho tiempo, ¿y qué se logró?, que quitaran ese capítulo y que dejaran con el artículo 8, que nosotros lo redactamos, porque, si no se aceptaba, no iba a haber tratado, así de claro.
“Y el presidente Trump fue consultado y aceptó que quedara el texto que propusimos… y ahora resulta que no tiene validez si está en el tratado con mucha claridad…”
Indignado advierte que lo que esgrimen quienes quieren sancionar a México son “justificaciones leguleyas”, no argumentos válidos.
Por eso, dice, se va a ir por fuera de los mecanismos de controversia previstos y va a enviar una carta al presidente Joe Biden donde la explicaría su punto de vista y su posible salida del T-MEC.
Toda su argumentación gira en dos líneas del Capítulo 8 que indica: “Reconocimiento del dominio directo y la propiedad inalienable e imprescriptible de los Estados Unidos Mexicanos de los hidrocarburos”.
Eso, dijo, pondría en esa carta a Biden.
– ¿Le hablará también de esta posición de abandonar el TLC si no dan marcha atrás en esta intención (de consultas y Panel)?
Enganchado en el anzuelo periodístico, aceptó:
“Eso lo veríamos después…”
O sea, acepta que puede haber ruptura del T-MEC aunque luego insistió en que no, que no habrá nada de eso.
Metido hasta el cuello en el discurso de la soberanía, reculó:
“… lo que me estás preguntando, si yo le contesto, va a decir: ‘Va a haber ruptura del tratado’. No va a haber ruptura, eso se los adelanto”.
Al cobrar consciencia de lo que acababa de decir, el mismo se interroga y responde: “¿Y por qué no va a haber ruptura?: No sólo porque tenemos la razón, sino porque no nos conviene, y no sólo es México, no le conviene a Estados Unidos… ya no es el tiempo de antes.
“Imagínense ustedes, si en México ya se están haciendo autos, se están fabricando piezas hay plantas de autopartes hasta para la industria bélica de Estados Unidos, ya es una integración indispensable y conveniente para las dos naciones, para los dos pueblos, ya no es que ‘te cierro la frontera y te voy a perjudicar’; tú me cierras la frontera y te vas a perjudicar tú mismo. O sea, son otros tiempos”.
Reflexiona y advierte: “Tengo que cuidar mi lenguaje, disculpen, porque son asuntos muy delicados”.
Es decir, ya andaba en el pantano discursivo de la ruptura y a regañadientes tuvo que dar marcha atrás. Por él, iría justo a la confrontación y la ruptura. Pero…
QUIÉN NO CEDE ES MONREAL
Ante el llamado de Mario Delgado a que los aspirantes presidenciales de Morena -a saber: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López-, acuerden reglas y pacten métodos de selección, el zacatecano dijo que es al revés, es la dirigencia del partido, afirmó, la debe cuidar la Ley y establecer reglas claras para conducir el proceso de selección del candidato a la Presidencia de la República.
Monreal insistió en que las encuestas deben dar paso a elecciones primarias dentro de Morena en la selección de su candidato presidencial…
De llegar a Palacio Nacional en 2024, afirmó, mejorará y perfeccionará la política social, continuará con la separación de poder político del económico, revisará la austeridad republicana y reforzará el programa Bienestar en materia de salud y educación.
Aseguró tener lucidez, salud, experiencia, serenidad y ecuanimidad para enfrentar los grandes desafíos del México moderno y claridad de lo que quiere y de lo que necesita el futuro de la nación.
“Necesitaremos muchos acuerdos y consensos en el futuro de la patria, y creo que yo tengo la capacidad y la armonía para ofrecerla”, afirmó
Indicador Político