El Gansito como indicador del salario mínimo
Flor Yañez
Hace un par de días entré a un Oxxo y mientras caminaba por los pasillos, observé entrar a una joven pareja de aspecto humilde, con una niña de escasos cuatro años de edad de la mano. Tomaron víveres como leche, jugo y arroz; luego la niña “arrastró” al padre hasta la sección de galletas, donde yo me encontraba.
Quería enérgicamente un Gansito, pero era evidente (por el gesto del padre) que no podía costearlo. Este alimento se ha convertido en un lujo, accesible sólo para unos cuantos. En 2019, el precio del Gansito oscilaba en los 11 pesos; este 2024, en 23. Se ha difundido en redes un estudio para los que presumen este “incremento”, que explica la “falacia del salario mínimo” con gansitos.
En 2019 el sueldo mínimo era de 3,080.40 y alcanzaba para comprarse 280 Gansitos. En 2024 es de 6,223.20 y costea 270 pastelitos rellenos. La pregunta es, si se está ganando el doble, ¿por qué alcanza para menos gansitos? Se requiere de un análisis económico profundo para explicar este fenómeno más allá de esta simple comparación, pero a modo de parodia, es una excelente ilustración de la situación económica del país para los de “a pie”.
El padre, ante la insistencia del infante, volteó a todas direcciones para asegurarse que no estaba siendo observado y rápidamente, se “embolsó” el producto. Aunque yo estaba cerca y pude verlo, guardé silencio. No me atreví a juzgarlo, ni siquiera a denunciar el hecho al encargado de la tienda. Como él, muchas personas hacen lo mismo diariamente para comer e intentar cubrir sus necesidades básicas.
El séptimo mandamiento de la Ley de Dios y el Código Penal nos dice que “no robarás”. Bajo un texto, la pena es la cárcel; para el otro, el infierno. Ambos muy temidos, dependiendo de quién se trate. Por más alta moral y “buenas” costumbres que tenga una persona, la necesidad de comer gana a hacer “lo correcto”.
De acuerdo con el CONEVAL, la pobreza es crónica, persistente y transitoria. El 25% de la población no logrará salir nunca de ella, otros saldrán y entrarán en ella indefinidamente y unos cuántos más (uno de cada dos mexicanos), caerán en ella por lo menos una vez. Lo ideal es que las personas salgan de la miseria y no tengan que regresar a ella nuca. Para ello son necesarias políticas púbicas de empleo formal (más allá de los de “salario mínimo”, porque no alcanza para nada). ¡Necesitamos ingresos estables y formales!
Sheinbaum ha anunciado que atacará las causas estructurales para sacar a la gente de la pobreza. Con ello también se refiere a acceso a la salud, alimentación, rezago educativo y vivienda. La estrategia de Claudia es la Construcción de Paz (excelente, ambiciosa y de MUY largo tiempo).
Ansío ver, -cuando tome posesión del cargo-, los cambios para que una persona, no se vea en la necesidad de robar. Seguiremos de cerca cómo se desarrolla el indicador “Gansito” el próximo sexenio. Mientras tanto, si usted está en situación de pobreza, se roba un Gansito del Oxxo para hacer feliz a su hija y yo lo “veo con las manos en la masa”, no lo voy a juzgar.
Con información de El Sol de México