En 21 años, Fobaproa –de Ernesto Zedillo– sólo recuperó $110 mil millones
Nancy Flores
“En el periodo comprendido de 2000 al cierre de 2021 se ha recuperado un monto de 110 mil 757 millones de pesos por concepto de la administración, venta y recuperación de activos”, indica el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (sustituto del Fobaproa). Al respecto no se debe olvidar que es dinero público que se destinó a rescatar a los ricos y, por tanto, se trata de un flagrante latrocinio que no sólo se le debe atribuir a Zedillo, sino también a Felipe Calderón –quien ha declarado públicamente que al aprobar el Fobaproa en 1998 asumió que era el fin de su carrera política, lo que lamentablemente no ocurrió y luego llegó a la Presidencia de México mediante un fraude monumental.
Los resultados más recientes del Programa de Enajenación de Bienes del IPAB también revelan que de enero de 2018 a diciembre de 2021 no se recuperó un solo peso de ese rescate bancario, en concordancia con la caída de años anteriores: la tendencia fue a la baja desde 2007.
En el apartado “Información histórica de recuperación de activos”, el informe del IPAB da cuenta de algunas de las instituciones beneficiarias de ese rescate multimillonario, que data de 1995 y que se terminará de pagar hasta 2042: Banamex, Bancomer, Bital, Banorte, Bancen, Banpaís, Banco del Atlántico, Inverlat, Promex, Banco Mexicano (Santander), Magna Arrendadora, Confia, Pronorte, Grupo de Inversionistas del Sureste, Banco Unión, Banca Cremi, Banco de Oriente, Banco Obrero, BanCrecer, Grupo Financiero Serfin, Grupo Financiero Arka.
Acerca de este rescate bancario, el presidente López Obrador recordó este día que con el cambio de gobierno de Carlos Salinas a Ernesto Zedillo se desató una crisis económico financiera. “Se echan la culpa Salinas y Zedillo: […] Zedillo se queja de que Salinas le dejó la economía prendida de alfileres y Salinas le contesta que sí, pero que él se los quitó, o sea Zedillo. El caso es que se produjo una crisis y optaron por rescatar a los bancos y a las grandes empresas, esa fue la decisión que tomó Zedillo: convirtió las deudas privadas en deuda pública, las deudas de los bancos que supuestamente estaban quebrados con carteras vencidas porque la gente no podía pagar, y empresas que tampoco podían pagar”.
En su conferencia matutina, indicó que “toda esa deuda pasó a formar parte de la deuda pública, desde luego con la justificación de que al rescatar a los de arriba se iba a rescatar a los de abajo, la misma concepción neoliberal o neoporfirista o esa gran mentira de que, si llueve fuerte, arriba gotea abajo, como si la riqueza fuese permeable o contagiosa, algo que nosotros cambiamos por completo, porque enfrentamos una crisis a partir de la pandemia y fueron también a pedirnos dinero, que nos endeudáramos para rescatar a los de arriba, y dijimos: ‘no, no nos endeudamos’, y lo que hicimos fue que con recursos que se obtuvieron de ahorros por no permitir la corrupción, por hacer un gobierno austero, nos dedicamos a apoyar a los de abajo en vez de darle a los de arriba les dimos a los de abajo, de abajo hacia arriba. Y esa fórmula nos funcionó, porque no se endeudó al país y porque esto impidió una crisis de consumo. A pesar de la situación tan difícil, la gente tuvo ingresos para lo básico. No tuvimos crisis de hambre porque abajo siempre procuramos que llegara el recurso”.
López Obrador explicó que el Fobaproa fue exactamente lo opuesto: “quebraron los bancos, pero no los banqueros. Bancos quebrados y banqueros ricos. Fue un atraco. Todo esto se hizo en complicidad con el PAN, que en ese entonces era supuestamente oposición. Ya hemos visto aquí cómo tuvimos un debate sobre el tema en el programa de Gutiérrez Vivó con Calderón –él era presidente del PAN, yo era presidente del PRD– sobre este tema. Y ellos fingían, porque son muy hipócritas, de que no iban a aprobar el Fobaproa, entonces, en el debate le digo: ‘mira, ya no le demos vuelta, ¿van a aprobar el Fobaproa? Sí o no’. Y me dice el muy cínico: ‘no’. Y al mes lo estaban aprobando junto con el PRI, un 12 de diciembre de 1998. Entonces, a partir de ahí pues se empieza a pagar una enorme deuda”.
El presidente de la República criticó que haya personas que consideran a Zedillo como eminencia en economía, pues el político priísta “calculó y lo dio a conocer en su informe de que el rescate del Fobaproa iba a significar, nos iba a costar 125 mil millones de pesos, y nos ha costado 3 billones; o sea, se equivocó por muy poquito, casi le atina, pero sigue siendo un gran economista y sigue contando con el reconocimiento de muchos”.
Agregó que “todavía hay una deuda como de 1 billón de pesos. Cada año hay que estar pagando intereses de esa enorme deuda. Y sí va a llevar tiempo todavía, pero ya toda esa deuda entró al mercado financiero, son bonos, ya nos generaría pues un conflicto mayor el querer no reconocerla como deuda, nos afectaría más como país si la declaramos impagable, eso lo analizamos desde el principio. Sí fue un grave error y en política los errores son como crímenes, pero también nos dejó la enseñanza de no volver a esos esquemas, que además son completamente injustos, porque si a un pequeño comerciante, a un pequeño empresario, a una familia de clase media, a un obrero, le va mal, ya sea porque una familia humilde se enferma alguien y no tienen para pagar su atención médica, pues ¿quién lo rescata? Si a un tendero le va mal, un abarrotero, ¿quién lo rescata? ¿Por qué rescatar a los de arriba? Luego, se rescataron los bancos y una vez que se limpiaron se vendieron a extranjeros. Y no quedó ningún banco, uno creo, todos pasaron a manos de extranjeros”.
Por ello, el presidente López Obrador consideró que estos atracos a la nación no se deben repetir: “que nunca más vuelvan estas aberraciones, estos absurdos, estas grandes injusticias, porque eso es el neoliberalismo, eso es lo que nosotros llamamos neoporfirismo”.