Monreal y Mejía y el golpe de timón en la sucesión de 2024
Carlos Ramírez
Para quienes llevan un seguimiento puntual del proceso de sucesión presidencial en Palacio Nacional, los movimientos estratégicos del presidente de la República en los últimos 90 días responden a una serie de sucesos inesperados.
1.- De manera sorpresiva, por instrucciones y aval del presidente López Obrador, la dirección de Morena deslizó a una cuarta corcholata que había sido marginada de manera ostentosa: Ricardo Monreal Ávila fue reconocido en ese boletín del domingo 15 como corcholata oficial, a pesar de su papel contra la reforma electoral prioritaria de Palacio Nacional.
2.- La autorización implícita de Palacio a la renuncia del subsecretario Ricardo Mejía para lanzarse como candidato a gobernador de Coahuila del PT contra el nominado oficial de Morena tiene que leerse en el escenario del proceso sucesorio porque se trató de una rebelión contra el mecanismo presidencial de las encuestas, mandando un mensaje de que los sondeos pueden equivocarse.
3.- El caso de la ministra Yasmín Esquivel Massa puede entenderse también como un juego palaciego en tanto que estaría enviando mensajes de neutralización de la credibilidad de la Corte frente a decisiones políticas que Irán a tribunales judiciales: a más desprestigio de la ministra, más deterioro de la Corte.
4.- El tropiezo en el ritmo económico ha sido administrado con habilidad para eludir el debate sobre la crisis económica y el argumento del peso fuerte ha generado expectativas positivas en la sociedad.
5.- La reorganización de la Alianza por México para el 2024 ha sido leída en el entorno presidencial como un mensaje de deterioro de la coalición, porque el Partido de Los Chuchos no existe, precandidatos del PAN serán marginados por el dedazo de Marko Cortés y las corcholatas priistas que soñaron con ser candidatos fueron tiradas a la cuneta por la sumisión del PRI al entregar la candidatura presidencial al PAN, solo a cambio de mantener el cacicazgo de los Moreira-Riquelme en Coahuila. El cálculo presidencial puede ser certero: priistas no votarán por el candidato presidencial panista de la coalición.
6.- El manejo tropical de la visita del presidente de EU y el primer ministro de Canadá neutralizó la beligerancia contra el papel de México en el T-MEC.
7.- El arresto de Ovidio Guzmán López desinfló la agresividad de la Casa Blanca y la presunta iniciativa mexicana en ese operativo evitó que el capo del fentanilo fuera manipulado por Washington.
8.- La crisis política en América Latina, Centroamérica y el Caribe hace necesaria la presencia mexicana en la administración de los conflictos, pero con la decisión de largo plazo de que no habrá un cambio de política exterior de México en la región.
9.- La elección en el Estado de México arrancó con ventajas para la coalición de Morena, sin que hasta ahora se advierta todavía la intervención presidencial para darle un empujón, en tanto que dejó descontentos a panistas y perredistas por la predominancia del PRI y del grupo Atlacomulco en la entidad.
10.- La candidatura en Coahuila beneficiará al gobernador saliente Riquelme y a sus relaciones con el PRI de la Alianza por México y redujo al tricolor a una posición menor en la candidatura aliancista del 2024.
11.- La crisis en el Metro se desvió hacia una situación adversa a la hoy corcholata preferida, pero la solución de enviar a la Guardia Nacional como cuerpo de seguridad fue recibida con sentido positivo por los usuarios, aunque la crítica la interpretó como parte de la militarización, aunque el final benefició a Claudia Sheinbaum Pardo.
12.- El juicio en Estados Unidos contra el secretario de Seguridad Pública del Gobierno de Calderón, Genaro García Luna, llegará en un tiempo político adecuado para seguir bombardeando desde Palacio Nacional a la decreciente fortaleza política del expresidente y ayudará a posicionar la marca PAN con la corrupción, el narcotráfico y el crimen organizado Enel calderonismo.
Estos eventos inesperados y otros de menor calado fueron entendidos de manera estratégica en Palacio Nacional y llevaron al presidente de la República a hacerle algunos ajustes a su estrategia de definición del candidato presidencial de Morena y de conducción al proceso electoral de junio del 2024, además de refrendar el poder de López Obrador sobre la nominación del candidato oficial.
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