Cortina de humo la agresión política del gobierno contra la UAS
Alfonso Carlos Ontiveros Salas
Las complicidades se multiplican en el gobierno del Estado cuando no se ha hecho nada para castigar los saqueos al erario estatal en las dos últimas administraciones estatales
Mucho se difundió por los diversos medios de comunicación la grave corrupción que se dio en los periodos de los gobiernos de MALOVA y de Quirino Ordaz Coppel. Hubo algunos intentos de castigar a los autores de la corrupción, pero se registró una descarada protección a la corrupción.
El gobernador Rocha Moya tiene todos los elementos para investigar y llevar al banquillo de los acusados a los dos exgobernadores que lo precedieron. Se requiere voluntad política y demostrar que en realidad se quiere combatir la corrupción.
Los señalamientos en todos los rincones del Estado se conocieron de los graves actos de corrupción que hubo en el gobierno de MALOVA. Desvíos millonarios de los dineros del presupuesto estatal y solo un charalito fue exhibido por dañar el presupuesto de la Secretaría de Turismo. Los grandes saqueadores siguen libres.
La administración gubernamental de Qurino Ordaz fue señalada reiteradamente como una de las peores que ha tenido Sinaloa conjuntamente con la de MALOVA, pero lejos de investigar y castigar a Ordaz Coppel lo premian con una Embajada.
El Congreso del Estado ha sido cómplice desde que decide aprobar las cuentas públicas de dichas administraciones estatales por compromisos políticos. La ASE tiene toda la información relacionada con el gasto público de lo que ocurrió en esas administraciones corruptas. Gobiernos de escándalo protegidos por intereses políticos.
Sin embargo, para ocultar esos graves desvíos del presupuesto estatal, y las complicidades políticas que los comprometen, apuntan los cañones de escándalos contra quien se ha atrevido a oponerse a la absurda pretensión de violentar la autonomía universitaria y a su régimen de gobierno. La Universidad Autónoma de Sinaloa.
La estrategia gubernamental fue bien diseñada, para eludir castigar a políticos corruptos por la mezcla de intereses que se dieron entre ellos en las dos últimas administraciones estatales si es que no, un poco más atrás. La Ley de Educación Superior de Sinaloa.
Por razones naturales el Gobernador que fue Rector de la UAS quiso retomar un control universitario que las circunstancias le dieron la oportunidad de dirigir a la Universidad Autónoma de Sinaloa. Pero la estrategia planeada no le está dando los resultados que pretendieron: el control político de la Universidad.
Los problemas que encontró al asumir la gubernatura del Estado, quizá lo asustaron. Sus compromisos políticos eran bastantes y la corrupción que estilaba en el gobierno que dirigiría, lo podía comprometer. Mucho contribuyeron seguramente en la estrategia mencionada los muchos servidores gubernamentales que incorporó a su administración habiéndose formado como empleados universitarios desde su época en la UAS.
Creyeron que la impunidad gubernamental de que gozan los ex gobernadores se resolvería con la Ley de Educación Superior como coyuntura política para el control uaseño y la evasión para dejar impunes a los corruptos del gobierno. el Gobernador Rocha Moya deberá reenfocar sus baterías al interior de su gobierno, revisar la cuenta pública de los exgobernadores que lo precedieron y entonces si, al pedestal de los gobernantes que castigaron la corrupción en el gobierno.
La UAS, lo saben bien, no es el eslabón que les dará esa gloria. De continuar, puede ser su Waterloo por esa absurda pretensión de oxigenar un conflicto que no lo ganarán. Castigos en el gobierno y no más cortinas de humo para tapar su corrupción.