Rocha: camino a la ingobernabilidad

Antonio Quevedo Susunaga

El trato grosero, soberbio contra una extraordinaria periodista y Coordinadora de Comunicación Social, Adriana Ochoa del Toro, que por respeto tuvo que soportar las majaderías de Rocha en público

El gobernador Rubén Rocha Moya escogió el camino más difícil y complicado para gobernar Sinaloa, una entidad pujante y rebelde por naturaleza, la pretende dirigir con actitudes impositivas, mediante la confrontación como método y la represión con las fuerzas estructurales del poder estatal que no lleva a ningún lado, sólo a la ingobernabilidad.
En un año cinco meses, el gobernador Rubén Rocha Moya entró en pleitos represivos contra Jesús Estrada Ferreiro, alcalde de Culiacán; contra Guillermo Benítez, alcalde de Mazatlán y contendiente por la gubernatura; contra Melesio Cuén Ojeda, dirigente del PAS y contra el rector doctor la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Y como si fuera poco, esta otra confrontación en la puerta con el pilar económico más importante de Sinaloa, que son los agricultores, que tienen tomada las instalaciones de Pemex, en el puerto de Topolobampo y amenazan con tomar las instalaciones de Guamúchil porque no son atendidos en estos momentos críticos de comercialización de sus cosechas; y si no son escuchados, seguramente tomarán el Palacio de Gobierno del Estado.
El conflicto con los productores agrícola, que se manifestaron para exigir un precio de 7 mil pesos la tonelada de maíz y 8 mil a la tonelada de trigo, precio que pagaron la cosecha anterior.
El asunto fue que el gobernador se “auto propuso representarlos ante el presidente Andrés Manuel López Obrador”, tal vez, por el temor de que el movimiento lo rebasará, pero ahora los productores están viendo que dicha representación “era para reventar el movimiento”, porque han visto que Rocha Moya no ha logrado nada, ya que el que logró que el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, dialogue con ellos la próxima semana fue el presidente municipal de Ahome, Gerardo Vargas Landeros.
El asunto es más delicado porque tenemos un gobernador que antepone la soberbia, actitud que no ayuda a conciliar esta entidad; como tampoco está aplicando lo que pudo haber aprendido como asesor del gobernador Jesús Aguilar Padilla y Quirino Ordaz Coppel.
El otro aspecto es que no sabe dialogar, que las reuniones que ha sostenido con el Rector, Jesús Madueña, han terminado ventaneando las posturas, razón por la cual, le han perdido la confianza. El asunto es grave si no está dispuesto a escuchar, dialogar y negociar que son las cartas principales de la política.
El otro aspecto que no puedo dejar de comentar es el trato grosero, soberbio contra una extraordinaria periodista y Coordinadora de Comunicación Social, Adriana Ochoa del Toro, que por respeto tuvo que soportar sus majaderías en público. En este caso seguramente la doctora Tere Guerra, saldrá a rescatar y arremeter contra Rocha Moya, por aplicar una “violencia política de género” en su calidad de gobernador.
A los mismos medios de comunicación que trabajan con él, que le difunden sus declaraciones los ha tratado con actitudes ofensivas, al grado de tenerle que pedir disculpas.
El asunto que no tiene explicación es que nadie ha metido al gobernador Rocha Moya por ese camino que escogió y que lo lleva directo a la ingobernabilidad de Sinaloa.

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