Rocha: el peleador tocado
José Luis López Duarte
En el argot boxístico existe el término “tocado” en dos sentidos: cuando en una pelea uno de los boxeadores tiene signos notables de que está a punto de caer por nocaut y el otro, cuando después de múltiples peleas, el boxeador decide retirarse y es cuando aparecen los tics nerviosos y reacciones espontaneas de “ponerse en guardia”, acepciones muy distintas que no se deben confundir.
Ambas acepciones son aplicables para el caso político de las intenciones del gobierno de Rubén Rocha, de violar la autonomía universitaria; es obvio que a estas alturas, después de 150 fallos judiciales en contra del decreto de la ley de educación de Sinaloa, en una pretendida armonización a la ley general de educación del país, se puede decir que son demasiados fallos de los jueces federales en contra de los diputados, que si no se entiende el garrafal error cometido en contra de la UAS, se puede asegurar que tanto el gobierno del estado como el congreso están tocados.
Hasta ahora ya suena absurda tanta obstinación que resulta no solo una sospecha, sino una certeza de que todo el asunto en contra de la UAS, son meros apetitos políticos, tan absurdos y obcecados, que ya pintan al gobierno de Sinaloa y la 4T como meros pandilleros de callejón, que parece no les importa ni el desfiguro, como tampoco la legalidad.
Han descargado toda una fobia e inquina política que ya asustan a la sociedad con el desfiguro que han hecho con el uso del poder, tan abusivo, ilegal y autoritario.
Nadie nunca imagino llegar a estos niveles y vaya que ha habido gobernantes atrabiliarios, con mucha mayor fuerza que estos políticos formados en el campo democrático, que al arribo al poder ha sido tal su desfiguro que nadie ya los reconoce por tanto cambio sufrido, lamentablemente para mal.
Es tanta la gente sorprendida que no falta quien un día pregunte “y ahora con que novedad salieron”, porque no se cansan de escudriñar, especular y hacer supuestas denuncias, construyendo una espiral que cada vez los aleja más de la realidad política y no se diga de la legalidad.
Y efectivamente, lo peor es la forma tan burda e irresponsable de saltar etapas de los procesos legales, como si no tuvieran impedimentos legales, cayendo en desacatos a las órdenes judiciales que les han prohibido continuar con esos ataques, haciéndolos por el contrario más intensos y recurrentes.
Por lo que cabe preguntarse ¿cuál será el límite del gobierno de Sinaloa? ¿continuar con la provocación y el desacato permanente? ¿seguir denostando y acusando de todo al rector Dr. Jesús Madueña y a Héctor Melesio Cuén? La verdad es que no se sabe y lo más probable sea que le sigan con la irresponsabilidad a cuestas de lo desconocido. En fin, allá ellos.