¿Quién busca a nuestros desaparecidos?

Hannia Novell

Desde hace más de tres décadas, en diversos países del mundo, se utilizan sistemas de identificación avanzados como el Sistema Automático de Identificación de Huellas Dactilares (AFIS) y el Sistema Automático de Identificación Biométrica (ABIS), para resolver desafíos migratorios, electorales o criminales.

En la India, Estados Unidos, Reino Unido, Japón y Guinea han utilizado los sistemas AFIS y ABIS, con un impacto significativo en la seguridad, eficiencia y precisión en la búsqueda, localización e identificación de las personas.

El Proyecto Aadhaar, en la India, es reconocido por su utilización exitosa en la distribución de subsidios y la emisión de documentos de identificación. Mientras que es ampliamente conocido el éxito del FBI para resolver casos criminales, a través de su sistema de huellas dactilares.

Desde 2016 a la fecha, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha firmado 19 convenios de colaboración con instituciones públicas del Gobierno, para aprovechar que el 99% de los mexicanos tienen una credencial para votar con fotografía.

En el Padrón Electoral están el nombre completo, domicilio, fecha de nacimiento, género, fotografía, firma, CURP, clave de elector y las 10 huellas dactilares y rasgos faciales de más de 95 millones de mexicanos.

Entre las primeras instituciones públicas que contaron con la colaboración del INE están la Fiscalía General de la República y las fiscalías de justicia de las entidades federativas (antes Procuradurías); además de los Tribunales Superiores de Justicia y los Servicios Médicos Forenses (Semefos) de los estados.

Si el Gobierno Federal y los estados cuentan con información fiable y actualizada de casi el 100 por ciento de los mexicanos, ¿cómo explicamos la tragedia humanitaria de personas desaparecidas en México?

Para darnos una idea. Durante los primeros cinco meses de 2023, en México han desaparecido 4,787 personas, según datos del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas. Es decir, cada día, 31.9 personas no regresan a casa.

Recientemente, la consejera del INE, Claudia Humphrey, celebró un convenio con el estado de Hidalgo. También participaron el subsecretario de Derechos Humanos de Gobernación, Alejandro Encinas, y Karla Quintana, titular de la Comisión Nacional de Búsqueda.

Ese día, revelaron que entre enero y mayo de 2023, el INE recibió 65 mil 406 solicitudes para confrontar esos expedientes con los datos biométricos bajo su resguardo y sólo en seis mil 961 casos tuvieron identificación plena.

Miremos los números desde la estadística local. De acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), desde septiembre de 2022 y hasta el 31 de mayo del 2023, 1,118 personas desaparecieron en el estado de Hidalgo, que encabeza el gobernador de Morena, Julio Menchaca; el INE recibió 126 solicitudes para confrontar expedientes y sólo en 76 casos los datos fueron de identificación total.

¿Qué criterios utilizó la Fiscalía de Justicia de Hidalgo para solicitar la confronta de sólo el 11 por ciento de las personas registradas como desaparecidas? El mejor escenario es que 992 personas regresaron a sus hogares. También puede ser que, entre cientos de acciones de búsqueda, sólo el 11% de los desaparecidos fueron localizados. Lo más grave es que, en este mundo de posibilidades, el 90% restante no ha sido buscado.

En México, las autoridades fracasan y mienten para cubrir sus errores. No hay quién garantice nuestra seguridad y prevenga la desaparición de personas; muchas partes del territorio nacional están bajo el control del crimen y las comisiones locales de búsqueda y las fiscalías han sido incapaces de hallar a nuestros padres, hermanas, hijos y nietas.

Entonces…

¿Quién los está buscando?

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