Argentina: ultraderecha panista detrás de Xóchitl
Carlos Ramírez
La firma de los expresidentes Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa –el primero dedicado a la marihuana y el segundo autoexiliado en España– al candidato conservador argentino Javier Milei mostró una red de intereses ideológicos, estratégicos y de seguridad nacional alrededor de la ultraderecha internacional y estaría expresándose en la candidatura panista de Xóchitl Gálvez Ruiz con el apoyo del PRI neoliberal salinista y del PRD derechizado.
El contrapunto apareció también el fin de semana en un desplegado de apoyo de figuras socialdemócratas y populistas a favor del candidato peronista –cualquier cosa que este calificativo represente– Sergio Massa.
En ambas cartas se destaca a España y sus principales fuerzas políticas como el motor de reaglutinamiento ideológico a partir de dos posiciones ideológicas claras: la ultraderecha que vincula al grupo español Vox, al PAN mexicano y la ultraderecha Argentina, pasando por el apadrinamiento de escritor nóbel Mario Vargas Llosa en su fase ultraderechista y neoliberal, muy lejano al que escribió artículos furibundos defendiendo a la revolución cubana Fidel Castro hasta su ruptura en 1971 y su inclinación a la derecha neoliberal de mercado.
La firma de Fox y Calderón en la carta de gobernantes de la ultraderecha tiene una historia que remite a los años de la alternancia en los que el PAN como partido católico-empresarial se afilió a la Internacional Demócrata Cristiana que se contrapunteada con la Internacional Socialista no-marxista sino más bien socialdemócrata de mercado. La filiación social cristiana del PAN no tuvo ninguna repercusión en las bases ideológicas del partido, sino que se agotó sólo en un venero religioso que tuvo el PAN en su nacimiento, pero que fue derrotado y desplazado por el enfoque de representar los intereses empresariales ideológicos.
El PAN actual sigue teniendo vestigios de esas corrientes católicas ultraderechistas, aunque su propuesta ideológica es más bien empresarial. Sin embargo, en la lucha por la candidatura presidencial panista se perfiló una corriente ideológica que hizo posicionarse del espectro derechista, pero sin encontrar demasiado espacio beligerante. Inclusive, la precandidata panista presidencial Lilly Téllez hizo un pronunciamiento oficial ideológico para definir la corriente panista de “derecha moderna”, pero de inmediato fue desplazada porque a la dirigencia panista le preocupaba que la sociedad lo identificara como un partido derechista.
Fox y Calderón son piezas clave del PAN actual de Marko Cortés, pero carecen de corrientes panistas. La pieza clave de Fox en la Internacional Demócrata Cristiana fue el expresidente panista Manuel Espino, quien llegó a encabezar a esa agrupación; sin embargo, Calderón desplazó de manera agresiva a Espino, pero mantuvo y hasta profundizó la alianza del PAN con la derecha católica internacional.
Inclusive, temeroso de acciones judiciales en su contra por parte del Gobierno del presidente López Obrador, Calderón corrió a refugiarse con el grupo de la derecha española del Partido Popular hoy aliada estratégica de Vox, además de existir patrocinios de Vox España en la fundación del grupo ultraderechista del Yunque desde el PAN de Puebla y con presencia en el panismo nacional. Calderón se hizo protegido del expresidente conservador español José María Aznar y en su Fundación que le ha dado cobijo al expresidente mexicano.
El apoyo de Fox y Calderón al candidato ultraderechista Milei forma parte de la consolidación geopolítica de la ultraderecha española-latinoamericana y comenzaría pronto a mostrar sus hilos de interrelación tejidos con la candidatura de Xóchitl Gálvez Ruiz como parte de esa ultraderecha antipopulista que han logrado el apoyo del PRI –a pesar de su filiación en la Internacional Socialdemócrata– y en el Grupo Puebla de gobernantes populistas, con perfiles cubanos y chavistas. Este mazacote ideológico que ha convertido al PRI en un aparato sin ideas, sin propuestas y sin bagaje histórico se completa con el PRD de Los Chuchos ya afiliados al neoliberalismo de mercado y sin ningún resabio del viejo cardenismo que le dio origen.
La firma –luego negada– de la canciller mexicana Alicia Bárcena a favor del peronista Massa completa el cuadro ideológico de que México será la siguiente estación de lucha ideológica entre el populismo y la ultraderecha, después de las elecciones argentinas el próximo domingo. Pero sea cual sea el resultado en Argentina, Fox y Calderón mostraron la cola de la ultraderecha ideológica dentro de la candidatura de Xóchitl Gálvez Ruiz.