Encuesta de Rocha contra manifestación de repudio de los universitarios

Álvaro Aragón Ayala

Con el repudio de la comunidad universitaria encima, el gobernador sacó a la luz su “encuesta Rocha” para intentar hacer creer que él, Rubén Rocha Moya, tiene razón y que los estudiantes de la Universidad Autónoma de Sinaloa quieren participar en la elección de sus autoridades, cuando en realidad ya lo hacen bajo un modelo que garantiza la estabilidad de la institución.

El gobernador decretó una Ley Estatal de Educación Superior violatoria a la Constitución y a la Ley General de Educación Superior desencadenando la inconformidad de los universitarios uaseños. Un Juez de Distrito dictaminó que la “Ley Rocha” es inconstitucional y transgrede la autonomía universitaria.
En la ruta de querer dominar “todo lo que se mueve”, Rocha Moya se opone a dejar el control de la Universidad Autónoma de Occidente. Ahí, luego de la rebelión de profesores, administrativos y estudiantes por la imposición de Pedro Flores Leal como Rector, ordenó a los diputados a meterse en los asuntos propios de los universitarios y aplicar la inconstitucional “Ley Rocha” para cambiar el “sistema” de elección de las autoridades.

Con la abierta intromisión, atentatoria a la autonomía, de los diputados del Congreso Local en la UAdeO, el gobernador orienta una reforma a la Ley Orgánica de la Ley Lince apegada a sus caprichos. Manipuló una consulta “estudiantil” para justificar la modificación de la legislación universitaria para que, según él, “democratizar” a la institución, pero sin dejar de controlarla.

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Con una manifestación de la UAS en Palacio de Gobierno y el anuncio de la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador, el gobernador sacó su “encuesta Rocha” para construir el escenario de que los estudiantes uaseños reclaman participar en la elección del Rector y sus autoridades. El sondeo ” reventó”. No impactó: miles de estudiantes, maestros, académicos y jubilados le gritaron en sus narices “¡fuera Rocha!” y le exigieron que cese la persecución que desató contra los directivos universitarios.

El gobernador diseñó la “encuesta” para tratar de fundamentar su intromisión en la UAS y para argumentarle al presidente de la República que le asiste la razón. Sin embargo, miles de estudiantes le gritaron que saque las manos de la UAS y lo calificaron como un autócrata, abusivo e intolerante. El sondeo es “patito”. Técnicamente es inaceptable; no precisa que metodología se aplicó, el tamaño óptimo de la muestra, universo a inferir ni el margen de confianza.

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