La verdad sobre los “abrazos y no balazos”
Leopoldo Mendívil
Con eso de que México tiene elecciones, medios de comunicación de otros países, así como algunas organizaciones, han puesto sus ojos en nuestro país.
El jueves pasado, The Washington Post publicó un artículo sobre la injerencia del crimen organizado (CO) en la producción y distribución de la tortilla, mediante el cobro de piso. Por su parte, también el jueves, The New York Times colocó en su primera plana un artículo sobre las bandas de narcotráfico. Nada que no sepamos, y que solamente deja con la boca abierta a los lectores estadounidenses, porque nosotros ya no vamos acostumbrando, lamentablemente.
Dentro de esos artículos e informes destaca el publicado por la organización Crisis Group bajo el título “El laberinto de los generales: crimen y militares en México” (24/05/2024). Este muy extenso informe también hace referencia a muchos aspectos del CO sobre los cuales el público mexicano ya tiene conocimiento; sin embargo, hay otros aspectos que sí resultan una novedad, al pasar de la sospecha a la verdad corroborada.
El informe está basado en fuentes oficiales, estudios académicos, información veraz de medios y “80 entrevistas con comandantes militares, policías, funcionarios estatales de todos los niveles, activistas de la sociedad civil, civiles, periodistas y académicos, además de líderes criminales, intermediarios y combatientes”. Estos últimos son los que atrapan la atención de cualquier lector.
Después de hacer una amplia reseña sobre la política de seguridad de la administración que está por terminar, el informe realiza un balance a partir de los resultados obtenidos por el gobierno, los datos recabados y la opinión de los entrevistados.
Por razones de espacio, comentaré los que me parecieron más interesantes y, para efectos prácticos, señalaré como Fuerzas Armadas (FA) al conjunto de elementos de SEDENA, SEMAR y Guardia Nacional que enfrentan (¿?) al CO.
FALTA DE VOLUNTAD. Un diputado federal entrevistado por Crisis Group “describió una falta de voluntad generalizada por parte de los responsables de la toma de decisiones para ‘asumir los costos políticos de algo que ven como una causa perdida’”.
UN PASO ATRÁS. Todos los entrevistados por Crisis Group coinciden en que la 4T “ha demostrado mayor moderación al responder a los grupos criminales que sus predecesores. De hecho, en algunos casos el gobierno ordenó a los militares que se retiraran y no se enfrentaran a grupos ilegales. (…) ‘Aquí’, dijo un comandante de los Caballeros Templarios al referirse a su bastión rural en Michoacán, ‘no los hemos visto –a los militares- en un par de años’”. Sin comentarios, caray.
LA GUERRA DE AMLO. La cantidad de enfrentamientos entre las FA y las bandas es menor, pero no de forma sustantiva si se compara con la de los dos sexenios pasados. La 4T tiene un promedio de 31.2 al mes, frente a 39.4 de Calderón y 35 de Peña Nieto. Lo que sí es mucho menor actualmente, es el número de arrestos. Más preocupante todavía es que de 2010 a 2020 el número de bandas se ha duplicado hasta llegar a 200.
COMBATE DESIGUAL A LAS BANDAS. No se trata de que las FA favorezcan necesariamente a un gran cártel sobre otro, sino la forma que se comportan en las distintas zonas, incluido el trato a las bandas de apoyo locales. El informe reporta que en en las áreas más afectadas por enfrentamientos entre los grupos criminales como Zacatecas, Guanajuato, Veracruz, Colima y Guerrero, se han producido “grandes despliegues militares, pero una limitada lucha concreta contra el crimen”. De hecho, la mitad de los enfrentamientos entre las FA y el CO ha ocurrido en Tamaulipas y Michoacán.
Tal respuesta por parte de la FA obedecería a que el acuerdo con los grupos ilegales es que reduzcan la violencia y, en todo caso, oculten los saldos de la misma. Así, supongo yo, todos ganan: no se afecta la imagen de que los homicidios van a la baja y los malandros pueden continuar con sus labores, sobre todo de control sobre la economía local.
ATÉNGANSE A LA CONSECUENCIAS. Si los grupos echan abajo los acuerdos, las FA sí intervienen. Vea este caso, que es de terror:
El CJNG estaba dando muchos problemas en los límites de Michoacán y Jalisco; el Ejército “dudó en tomar medidas contundentes (…) por temor a ser acusado de crímenes contra la humanidad y violar el nuevo enfoque de AMLO. (…Cuando) un grupo criminal local prometiera deshacerse de los cadáveres en fosas clandestinas, los soldados procedieron.” Varios entrevistados confirmaron que las FA “asesinaron a centenares de combatientes del CJNG en Taixtán y en El Terrero”.
Tal campaña debió llevarse con sigilo, pues no encuentro información al respecto; de lo contrario hubiera sido un mega escándalo nacional. Ahora debiera serlo.
No deje de leerme mañana, porque hay más datos interesantísimos.
Con información de Crónica