Claudia Sheinbaum seguirá revisando los Fideicomisos Públicos del pasado régimen
Luis David Fernández Araya
La extinción de los fideicomisos públicos fueron un tema necesario y técnico, pero no es lineal, si lo pudiéramos dibujar estaríamos a algo más parecido a un panorama de valles y montañas, muchos de ellos inaccesibles.
Por ello, resumir a la simple afirmación que con su desaparición se elimina el recurso no solo es un despropósito, sino se asume irresponsable, porque su explicación es más profunda y está relacionada con la histórica corrupción para la que eran usados muchos de estas figuras administrativas y también, como respuesta ante esta inesperada pandemia que nos sigue demandando atenciones. Dicha complejidad la han simplificado los detractores resumiendo que se les quitará el recursos a ciencia, deporte, investigación, cultura, cine, etc.
No, solo se modifica la mecánica en la entrega del recurso, no el recurso en sí mismo. Se desaparecen las estructuras administrativas del gasto, no el gasto. Debe quedar claro de una vez por todas.
Esto significa que se está modificando la manera de su administración, a partir de su desaparición los recursos serán administrados de forma directa, sin intermediarios, lo que significa eficientar su entrega no extinguirla.
Como se sabe, muchos fideicomisos en México venían siendo utilizados para no transparentar y en su caso, desviar recursos públicos. Por ejemplo, cuando les era asignado el presupuesto a cada entidad o dependencia y al recurrir al subejercicio, usaban precisamente estas figuras para destinar recursos que no habían ejecutado e incluso incurrir en casos de corrupción.
Corrupción ejercida por las diversas redes que fueron tejidas y cuya extinción de los fideicomisos viene a darle un duro golpe a estas estructuras complejas.
No gustó porque quienes hacían uso discrecional de las figuras se quedaron sin esa posibilidad, no gustó porque el golpe fue directo, sin mediar nada y tenía que ser así porque así funcionan las redes complejas de corrupción, no son individuos aislados, sino nodos complejos con diferentes funciones, algo parecido al comportamiento de los genes del cáncer, donde miles de estos se alteran, algunos son causa y otros tantos efectos. Tal es el caso de esta clase de fideicomisos que por medio de redes complejas de empresas, fundaciones, contratos, parentescos y muchas más formas venían simulando. Por eso, como el cáncer, muchos médicos saben que la única solución está en extirparlos, no en recetar paliativos que resultan ser momentáneo.
Con información de Crónica