“El dolor de una madre por perder a sus hijos no tiene idioma”: visibilizan en Europa crisis de desapariciones en México
Alma Ríos y Celia Espinoza
¿Hasta dónde iría una madre en busca de su hijo? – se le pregunta a Socorro Gil Guzmán. Hasta el infierno- responde sin titubeos. La mujer de 50 años, desde México cruzó el océano Atlántico, para participar en la Caravana Abriendo Fronteras 2024, y visibilizar en el continente europeo el caso de su hijo Jhonatan Guadalupe Romero Gil, un joven que fue desaparecido por policías municipales de Acapulco, en el estado de Guerrero, en el 2018.
Una playera blanca con la fotografía de su hijo Jhonatan, distinguía a Socorro de unos 300 activistas, que durante diez días recorrieron la ruta migratoria Balcánica Occidental, para denunciar en Francia, Italia y Bosnia, el nuevo Pacto Europeo de Migración y Asilo, y protestar contra la guerra, las muertes, desapariciones y violaciones de derechos humanos que sufren las personas en movimiento.
Uno de los momentos más emotivos de la caravana ocurrió en la ciudad de Bihac en Bosnia y Herzegovina, cuando al contar su historia, Socorro fue abrazada por Mejra Dautovic, una madre que hace 32 años sufrió la desaparición y asesinato de sus dos hijos, que fueron llevados al campo de exterminio de Omarska, en donde fueron violados, torturados durante 60 días, y enterrados en una fosa común.
El abrazo de estas madres fue recibido con un auditorio de pie, y aplausos que duraron más de un minuto.
“El dolor de una madre por perder a sus hijos no tiene idioma. No sabía que había tantas madres buscadoras de sus hijos en el mundo”, dijo Socorro.
En los postes que encontraba a su paso por distintas ciudades europeas, Socorro pegaba los boletines de búsqueda de su hijo Jonathan, como suele hacerlo en México. Y en cualquier auditorio donde participaba, colocaba una lona con la fotografía de personas desaparecidas, que en México superan las cien mil, según datos de la Comisión Nacional de Búsqueda.
Así como Socorro Gil Guzmán, otras personas que tienen familiares desaparecidos en México han participado en este evento, en ediciones pasadas, por invitación de la organización Carovane Migranti.
Entre ellos, Mario Vergara, que buscaba a su hermano Tomás, desde julio de 2012 en el estado de Guerrero. El hombre, referente para las familias de personas desaparecidas en el país, falleció el año pasado y en su memoria, la caravana mostró una lona durante la visita al Monumento a las víctimas del terror fascista.
María Herrera y Ana Enamorado también han participado en esta caravana. La primera de ellas busca a cuatro de sus hijos: Raúl, Jesús, Gustavo y Luis, que desaparecieron en Guerrero y Veracruz en 2008 y 2010; la otra mujer salió de su natal Honduras para buscar en México a su hijo Óscar, desaparecido en el estado de Jalisco hace 14 años.
Caso de Jhonatan Guadalupe Romero Gil
Recién egresado de la licenciatura de Derecho, Jhonatan quiso ayudar a un amigo a denunciar que su jefe del bar donde trabajaba, lo quería obligar a vender drogas. Poco tiempo después ambos fueron desaparecidos.
El 5 de diciembre de 2018, Jhonatan, se dirigía a jugar fútbol cuando unos policías municipales de Acapulco lo detuvieron y desde entonces, su madre no lo ha vuelto a ver.
Socorro señaló que en lugar de buscar a su hijo, los agentes del Ministerio Público, se negaban a recibir la denuncia de la desaparición, al argumentar que quizá se fue con la novia o andaba de parranda.
Al exigir la detención de los policías comenzó a recibir amenazas y persecución: “ me decían que si seguía se iban a llevar a mi hija y le iba a pasar lo mismo”. Eso la orilló a desplazarse a otro estado del país para proteger a su familia.
Ante la omisión, el maltrato, y la revictimización que sufrió por parte de las autoridades del estado de Guerrero, decidió abandonar la investigación y buscar con sus propios recursos a Jhonatan, sólo así pararon las amenazas.
Una llamada telefónica, donde le dijeron que su hijo había sido enterrado en un cerro, es la razón por la cual ella decidió dirigir la búsqueda en esos lugares.
Fundó el Colectivo Verdad y Justicia Acapulco, Guerrero, integrado por otras madres, que al igual que ella, buscan a sus hijos desaparecidos en los cerros, en las calles, en las cárceles, en los Servicios Médicos Forenses y en las fosas, “con la esperanza de encontrar aunque sea sus restos”.
De acuerdo a datos del Instituto para la Economía y la Paz (IEP) tan sólo en el año 2023 en el estado de Guerrero se registraron 323 casos de desaparición de personas y en total, desde 2010 en que se inició el conteo, a la fecha suman tres mil 437 víctimas. Aunque de acuerdo con organizaciones locales, la cifra podría ser más alta debido a que muchas familias no reportan este delito por temor a los grupos delincuenciales.
“Es muy difícil salir a buscar a nuestros hijos. Nos preparamos para trabajar, quizás para cocinar en casa, pero nunca nos preparamos para escarbar la tierra, para andar rastrillando la basura, con la esperanza de encontrarlos”, dijo ante unas 300 personas defensoras de derechos humanos y activistas europeos.
El estado de Guerrero también está marcado por el sensible tema de los 43 de Ayotzinapa.
A mediados de julio pasado, Socorro se presentó en el Festival Sherwood, en Padua, Italia, donde fue ovacionada por los jóvenes que de esta forma manifestaron su solidaridad y reconocieron su lucha.
En la ciudad de Trieste, Italia, participó, junto con toda la caravana, en la acción Resistire o Dormire, en apoyo a las personas migrantes que han sido expulsadas de Vía Gioia, un espacio donde dormían bajo techo.
También gritó consignas durante las protestas que la Caravana Abriendo Fronteras y defensores de derechos humanos llevaron a cabo en frente a la base militar de la USAF y la OTAN en Aviano; y durante la manifestación realizada frente al Centro de repatriación (CPR) y en el Centro para solicitantes de asilo (CARA) de la ciudad de Gradisca, para apoyar a las personas migrantes que han sido privados de libertad injustamente.