La guerra en Culiacán
Antonio Quevedo Susunaga
Mientras los habitantes de Culiacán, están acorralados, encerrados, temerosos por el desbocamiento de los grupos que se disputan el control del negocio de las drogas en México, el gobernador Rubén Rocha Moya salió a decir que “tuvieron un problemita, pero que todo está bajo control”.
El “problemita” que viven los sinaloenses es el enfrentamiento de dos grupos desenfrenados que buscan hacerse daño, con un impresionante ejército de gente armada, no con pistolas o rifles conejeros, con armas que ni el ejército tiene en su poder.
Los habitantes de Sinaloa no ocupan un gobernador como Rocha Moya, la gente de Culiacán, con ese gran sentido común que tiene para empezar no envió a sus hijos a las escuelas, no ocupa que el gobernador y su gente diera una instrucción, lo que hizo el rector es conectarse a la actividad educativa por la vía electrónica.
Desde el Culiacanazo, los Culiches les midieron el agua a los camotes, los narcos están super armados, tienen bajo su control a las policías, son los que mandan en Sinaloa y son los que tienen los hilos del poder en la entidad, el gobernador es un mal administrador.
Y si no fuera por las redes sociales y los medios de comunicación alternativo, que tanto le molestan al gobernador, los que vivimos en Culiacán estuviéramos pésimamente informados, los medios de comunicación que tiene Rocha Moya son un cero a la izquierda, Rocha en su Semanera, tampoco sirve como medio, porque el gobernador no tiene la información de lo que está pasando en Culiacán, que su figura lo dice todo, un gobernador con las manos en la bolsa de sus pantalones, con la cabeza agachada y diciendo “tuvimos un problemita”, esto lo pinta de cuerpo entero. Sus jefes de seguridad deberían rendir un informe pormenorizado y mantener informada a la población con información real.
Y el alcalde de Culiacán, no se ha preocupado por enviar ningún mensaje a la población que gobierna, ha de estar debajo del escritorio escondido. ¿Esas son nuestras autoridades?
Y la decisión de la gente lo expresa y refleja muy bien, decidió no enviar a sus hijos a las escuelas, percibiendo el peligro que había, mientras Rocha dice que “eran un problemita y que todos estaba bajo control”, cuando las redes nos informaban puntualmente de los enfrentamientos, la gente armada que se moviliza y las autoridades bien gracias.
Las autoridades estatales sólo sirven para acudir a levantar los cuerpos, a recoger carros inservibles y contar los cartuchos disparados.
A través de las comunicaciones por radio que hay, los culiacanenses están enterados de las amenazas que provienen de la Mayiza y de los Chapitos, que amenazan con matar a todos los jefes.
Las autoridades estatales y municipales dan vergüenza, deben estar escondidos, como las mismas autoridades de Seguridad Pública, por qué tienen tanto miedo o están muy comprometidos con los dos grupos.
El proceder de los grupos enfrentados son más las amenazas, el escándalo que los hechos, porque entre ellos habido muy pocas bajas, seguramente como grupos delincuenciales son muy ineficientes, tal pareciera, que desean jugar con el miedo de la población.
El día de ayer, en Culiacán, la gente permaneció encerrada en sus casas, los niños y jóvenes no estuvieron en la calle, algunos salieron de su casa al trabajo.
El comentario generalizado es que este ajusticiamiento es más estratégico, ambos grupos están encaminados a ir por los jefes del primer círculo del poder o estructura de poder de cada grupo.
Es posible que esta “guerra entre narcos” sea de largo alcance, si el gobierno federal no logra imponer orden, y decidirse a salvaguardar los riesgos de la población civil, que nada tiene que ver en esta lucha por el control del gran negocio millonario de las drogas.