Pemex, la piedra en el zapato
Fernando Martínez González
Con la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia del país, se abrieron expectativas favorables para un cambio en la política energética. Sin duda lo más urgente es resolver la situación crítica que vive Pemex, que ha representado una sangría muy fuerte para el erario.
La nueva presidenta ha anunciado que su gobierno favorecerá el desarrollo de las energías limpias, lo que ha sido bien visto en el sector, sin embargo, tal parece que por el momento la petrolera estatal seguirá la misma política que en el gobierno de López Obrador. Esto a pesar de que el propio exdirector Octavio Romero aceptó, antes de dejar el cargo, que la tan ansiada autosuficiencia energética, no se alcanzaría antes del 2025; simplemente, en lo relativo a importación de gasolina, seguimos importando cerca del 40% de lo que se requiere para satisfacer el consumo nacional.
Pemex es hoy por hoy una de las empresas petroleras más endeudadas del mundo y sus ingresos petroleros siguen sin mejorar, frente a gobiernos anteriores, y es que la extracción de crudo no ha aumentado y su situación financiera sigue siendo crítica por lo que el gobierno, en el esquema actual, a la fecha ha transferido 2,1 billones de pesos en apoyos a la petrolera, al cierre del primer semestre de este año, esto equivale al 6,1% del Producto Interno Bruto.
La producción de la principal empresa del estado ha ido a la baja pues de enero a julio de este 2024, Pemex promedió 1,523 barriles diarios, 5% menos que en el mismo período del 2023, el peor nivel desde 1996. Esto en buena medida porque la empresa invierte menos en exploración. En relación con los ingresos petroleros del gobierno federal, durante el primer semestre, estos sumaron 91,719 millones de pesos, 55,700 millones menos de lo programado.
La situación es preocupante, porque al primer semestre del presente año, el saldo total de la deuda financiera bruta de Pemex fue de 1.83 billones de pesos, el 5% del PIB nacional. Y la reestructura de esta deuda tomará varios años, esto sin considerar la deuda que la empresa tiene con proveedores que al cierre del primer semestre del año, acumula 126,357 millones de pesos, 821% más que la que se tenía en el año 2011 del llamado período neoliberal.
Mucho se ha dicho que para lograr la solución de problemas de este tamaño, se requeriría aplicar una estrategia de choque con medidas drásticas como el cierre de las refinerías que ocasionan la mayoría de las pérdidas, enfocándose sólo a proyectos rentables en el área de producción.
Víctor Rodríguez Padilla, el académico experto en temas energéticos, designado como nuevo director de la paraestatal por la presidenta Sheinbaum, quien es físico y maestro en ingeniería energética por la UNAM, reúne todos los elementos de preparación para entender la problemática financiera y operacional de Pemex. Rodríguez Padilla contará con el apoyo de un equipo de expertos en finanzas públicas que tendrá injerencia en el manejo de la empresa para apoyar su gestión, donde destacan la nueva secretaria de energía Luz Elena González y el secretario de Hacienda Rogelio Ramírez de la O, dos de los principales colaboradores de la doctora Sheinbaum en el tema financiero.
Esperemos que a este equipo de expertos no escape la ingente necesidad de dar un golpe de timón en el manejo que hasta ahora se ha tenido en Pemex para hacerla una empresa eficiente, si bien respetando la orientación social y de apoyo a la independencia energética de México, pero con una operación que no suponga la carga financiera que hasta el momento ha representado para el erario, como ha sido la tónica en el gobierno que acaba de concluir.
Recordemos al legendario líder Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, en aquél memorable discurso que pronunció en un evento ante el presidente Miguel de la Madrid, cuando afirmó: “Si se hunde Pemex, se hunde México”.
Hoy podríamos decir con plena seguridad, que efectivamente, el desastre de Pemex puede ocasionar una grave crisis financiera para el país, que podría derivar en la pérdida de la calificación soberana de su deuda, posibilidad que sólo se evitaría reduciendo el déficit fiscal del 6%, tema en el que la reestructuración financiera de la petrolera jugará un papel esencial.
EMPRESAS FAMILIARES PIDEN A SHEINBAUM SER PARTE DEL T-MEC
El Centro Hispanoamericano de la Familia Empresaria (CHFE) pidió a través de una carta enviada a la presidenta Sheinbaum el pasado 4 de octubre, que se aproveche el T-MEC como plataforma para el desarrollo de empresas familiares mexicanas, que representan más del 90% de las Pymes del país. En este sentido el CHFE, como centro especializado en la capacitación y certificación de empresas familiares, se encuentra liderando la construcción de una agenda que permita a este tipo de organizaciones ser parte de los espacios de renegociación del tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, que se llevará a cabo en 2026.
El CHFE nació hace más de 10 años, y está enfocado en dotar a este tipo de empresas de herramientas que promuevan su institucionalización, crecimiento y adaptación a los retos globales. Uno de ellos, el nearshoring que se está dando en México, en donde sólo las empresas que se profesionalicen y apuesten por la innovación podrán competir.
Con información de Crónica