Sinaloa: sicosis en el gabinete de Rubén Rocha
Álvaro Aragón Ayala
En el Palacio de Gobierno de Sinaloa el estrés, la sicosis, topa ya los linderos de la paranoia. Todo mundo es víctima de delirio de persecución. Los funcionarios de primero y segundo nivel, aquellos que operan los dictados o las jugadas del gobernador Rubén Rocha Moya, viven atrapados por el miedo, al borde de la deyección.
Los miembros del gabinete temen sufrir los daños colaterales del conflicto bélico que mantiene semiparalizado Culiacán, que está hundido en la locura por la extrema escalada de crímenes horrorosos. Quien contagió de miedo a sus colaboradores fue Rubén Rocha Moya debido a que reconoció que está expuesto a un atentado criminal.
“¡Madres! ¿y si me toca a mí?, expresó un funcionario del Tercer Piso -donde despachan los “peces gordos”, los más allegados al gobernador-, cuando se le consultó sobre el estado emocional del equipo rochista: “Hay mucho miedo. Mucho. El temor es que paguen justos por pecadores. De que los delincuentes quieran mandar ‘señales’ atentando contra los funcionarios”.
El periodista mazatleco Francisco Zepeda, en su columna “En el blanco”, describió que en su conferencia La Semanera el gobernador se mostró “desdibujado, nervioso, tenso”, como si pareciera que llegó al límite por la presión a la que ha estado sometido desde el 25 de julio por la captura de Ismael Zambada García y el asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda.
“Nervioso, tenso y hasta balbuceante, Rocha Moya se dijo ‘indefenso’ y justificó el gran aparato de seguridad que lo rodea. Responsabilizó de lo que le pueda suceder a él y a su familia a los periodistas Azucena Uresti, de Radio Fórmula, a Luis Chaparro, periodista independiente e investigador y a Miguel Badillo periodista de El Independiente, así como a la escritora Anabel Hernández”, puntualizó.
Todos los señalados por el gobernador han puesto en evidencia la veracidad de su presunta estancia en los Estados Unidos el día que Zambada García fue llevado a Estados Unidos (el mismo día en que fue asesinado Cuén Ojeda). Rubén Rocha dijo que con la información que difundieron buscan “que uno de esos grupos criminales” atente contra él y su familia.
Fernando Zepeda señaló que el “el gobernador se mostró vulnerable con la expresión de sentirse indefenso y de mostrar temor a ser víctima de alguno de los grupos criminales que actualmente sostienen una ‘guerra’ en Sinaloa. Si así se percibe teniendo un impresionante aparato de seguridad que lo acompaña a todos lados ¿qué pueden esperar los sinaloenses que no tienen forma de cómo protegerse?
Las declaraciones del mandatario generaron sicosis en Palacio de Gobierno. Se desencadenó el temor entre los funcionarios. Tienen miedo a salir a las giras de trabajo con o de que en la calle el grupo criminal, al que el gobernador le teme, los ataque al identificarlos como allegados a Rubén Rocha.
La paranoia es real. Los funcionarios se sienten vigilados y perseguidos. Temen que el grupo criminal, al que se refiere el gobernador, pueda atentar contra sus vidas para mandar “señales” o imprimirle miedo a Rubén Rocha. Los integrantes del gabinete se sienten solos porque carecen de escoltas o de “guaruras especiales”. La protección policiaca y militar sólo es para proteger al mandatario estatal y a Feliciano Castro Meléndrez, su brazo derecho.