Ningún poder de la Unión puede excluir a otro

Tania Larios
En un acto que desoye la esencia misma del sistema democrático, la presidenta Claudia Sheinbaum tomó la decisión de excluir a la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, titular del Poder Judicial, de la conmemoración del aniversario de la promulgación de la Constitución de 1917, evento que cada año se lleva a cabo en el emblemático Teatro de la República en Querétaro.
La justificación que la presidenta Claudia Sheinbaum ha dado para este desdén es que “el Poder Judicial no ha mostrado respeto por los otros Poderes de la Unión ni por la Constitución”. Sin embargo los recientes embates contra la división de poderes por parte de la administración actual, son el claro ejemplo de la falta de respeto al orden republicano.
La LXVI Legislatura del Congreso, es una prueba palpable de cómo se han violado las reglas del juego democrático en aras de una sobrerrepresentación para los partidos oficialistas, Morena, Verde y PT, minando la independencia del Poder Legislativo y sometiéndolo a la voluntad del Ejecutivo.
Además, el ataque al Poder Judicial no se limita a la exclusión de la ministra Piña de un evento tan significativo para México. La reforma judicial implementada por Morena es otro ejemplo de la violación flagrante de la Constitución y la división de poderes.https://33d2e45556073878c7c85e4b43f32a06.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-41/html/container.html?n=0

Pero la situación empeora aún más cuando observamos el desacato del Ejecutivo y el Legislativo a las suspensiones emitidas por el Poder Judicial para detener los procesos de evaluación de aspirantes a jueces, magistrados y ministros por parte de los Comités de Evaluación.
Estos actos de desobediencia institucional son una muestra palpable de la crisis constitucional que vive el país, donde el poder ya no se ejerce conforme a la ley, sino en función del deseo de concentración absoluta de poder.
El principio de división de poderes, que es fundamental para el funcionamiento de nuestra democracia, se ve cada vez más debilitado por estos actos que buscan imponer una voluntad política sin respetar las leyes que nos rigen.
México necesita una conducción institucional a la altura de su historia y de su democracia. Es inaceptable que, en el aniversario de la promulgación de nuestra Constitución se haya excluido de la conmemoración a la titular del Poder Judicial y representante de uno de los tres poderes de la Unión.
La democracia no se construye con exclusiones ni con imposiciones, sino con diálogo, equilibrio y respeto entre poderes.
Con información de la Silla Rota