Televisa Leaks y la 4T

Héctor Tajonar

#TelevisaLeaks exhibe infames manipulaciones producidas por la televisora en la era de las redes sociales. No solo eso, también revela corruptelas políticas de la llamada cuarta transformación en complicidad con el consorcio televisivo entre 2018 y 2024, durante el gobierno del expresidente López Obrador.

Además de afectar gravemente la credibilidad de la televisora, #TelevisaLeaks derrumba la supuesta superioridad moral de la 4T. Demuestra que la promesa central de emprender “la regeneración de la vida pública de México”, resultó ser una gran mentira. La oferta de abatir la corrupción terminó en el rotundo fracaso ético del obradorato. ¿Lo será también de su segundo piso?

La potente y rigurosa investigación periodística realizada por Aristegui Noticias está sustentada en miles de videos, audios, fotos, guiones, documentos y chats contenidos en un disco de cinco terabytes; originados en una oficina clandestina de la televisora llamada “Palomar”, dependiente de La Vicepresidencia de Información a la Presidencia de Televisa, ubicada en las instalaciones de Avenida Chapultepec.

Ante el hallazgo periodístico de indudable interés público, el oficialismo quedó pasmado y silente. La oligarquía morenista sabe y teme que hasta ahora sólo se ha mostrado la punta del iceberg. Los casos abordados en #TelevisaLeaks han sido difundidos a través de redes sociales, no en la pantalla de la televisora.

COMPLICIDAD DE LOPEZ OBRADOR

La mano de López Obrador se manifiesta claramente en el reporte de #TelevisaLeaks sobre los métodos para lograr que Arturo Zaldívar fuera presidente de la Suprema Corte de Justicia y asegurar el sometimiento del Máximo Tribunal a las órdenes del Ejecutivo. Con ese propósito se recurrió a los servicios de “Palomar” y Metrics to Index para elaborar una campaña negra en redes sociales contra los adversarios de Zaldívar; entre otras turbiedades que se muestran en el reportaje mencionado.
(Incluir vínculo del reportaje Arturo Zaldívar, una estrella más de Televisa)

Conviene recordar que la abyección de Zaldívar ante López Obrador se demostró en la manera turbia en que obtuvo la resolución de la Corte en favor de la constitucionalidad de la consulta popular sobre el juicio a los expresidentes, en octubre de 2020. Ello derivó en una farsa plebiscitaria en la que participó menos del 8% del electorado; a pesar de que el 90% votó a favor de que sí se juzgara a la corrupción del pasado el resultado no fue vinculante por falta de quórum.

Ante el fracaso del embuste, la reacción del gobierno morenista fue acusar al INE de haber boicoteado la consulta. Fueron los primeros pasos de la 4T contra la autonomía del poder judicial y del instituto electoral. Algo similar podría pasar con el previsible chasco de la elección del 1 de junio próximo.

El disco duro en que se basa #TelevisaLeaks contiene una cantidad impresionante de información comparable al de #SedenaLeaks. Los reportajes elaborados por Aristegui Noticias han mostrado las difamaciones y ataques contra empresarios, destinadas a destruir el prestigio sus corporaciones; a dañar con infundios y calumnias a periodistas como Carmen Aristegui, Anabel Hernández o Carlos Loret de Mola; así como a diversos personajes del medio deportivo, televisivo y político que también han sido blanco de la guerra sucia de “Palomar”.

Otra investigación de #TelevisaLeaks relacionada en el sistema judicial y Arturo Zaldívar muestra la vileza y perversidad a la que pueden llegar los métodos utilizados por “Palomar” para lograr sus fines. Me refiero al truculento “Caso Westhill”.

La presunta corresponsabilidad de López Obrador es patente. Se trató de una venganza contra el magistrado Jorge Arturo Camero Ocampo por haber otorgado suspensiones en juicios de amparo para frenar la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el fracasado proyecto del ex mandatario tras la aberrante suspensión de la construcción del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). Para ello contó con la abyecta sumisión de su protegido Arturo Záldívar, entonces presidente de la Suprema Corte, hoy Coordinador General de Política y Gobierno de la Presidencia y artífice de la destrucción del Poder Judicial.

El reportaje de #TelevisaLeaks confirma la complicidad del jefe máximo con su contratista y financiador favorito, José María Rioboó, quien además de dueño del Colegio Westhill es cónyuge de la ministra Jazmín Esquivel a quien el obstinado caudillo escondido se empeña en imponer como presidenta de la Suprema Corte de Justicia, a pesar de su reconocido prestigio como plagiaria de sus tesis profesionales. Así funciona la “auténtica regeneración de la vida pública de México” acometida por la 4T.

LA SIMBIOSIS

Aunque disminuida, Televisa sigue siendo una de las empresas más poderosas del país y, al mismo tiempo, una de las más vulnerables al ser una concesión del Estado mexicano.

Ello establece una relación indisoluble de la televisora con el gobierno, además de una situación de dependencia con los presidentes en turno. Televisa, antes Telesistema Mexicano, nació ligada a la institución presidencial; se inauguró con la transmisión en vivo del cuarto informe de gobierno del presidente Miguel Alemán Valdés en 1950. Origen es destino.

La televisora más importante del mundo de habla hispana ha fungido como uno de los pilares del sistema político mexicano de ayer y hoy. Ha sido y es fuente indispensable de legitimidad y popularidad del poder presidencial; primero de la mano del PRI, ahora en sinergia con la hegemonía de Morena.

Existe un principio teórico y metodológico para el análisis de la relación entre los medios de comunicación tradicionales y el Estado o los gobiernos, que suele olvidarse: El funcionamiento de la prensa, el radio y la televisión depende de la estructura social, económica, jurídica y política en que operan. Esto significa que un régimen autoritario no puede tener un sistema comunicacional sustentado en valores democráticos. #TelevisaLeaks confirma la vigencia de este principio.

Para nadie es un secreto que Televisa fue el brazo mediático de los gobiernos del PRI durante la segunda mitad del siglo XX, o que Enrique Peña Nieto se convirtió en presidente de México gracias a una estrategia de comunicación creada en la televisora.

En lo esencial, la compleja relación entre la televisora y el gobierno no ha variado, aunque cada sexenio ha tenido particularidades: conflictos y cesiones, enfrentamientos y hechizos, leyes a modo e intentos de nacionalizar o estatizar la televisora.

La relación establecida entre López Obrador y Televisa ha pasado de la animadversión mutua al contubernio. Durante un tiempo el tabasqueño estuvo vetado de la pantalla. En marzo de 2000 se transmitió un debate en vivo entre AMLO y Diego Fernández de Ceballos en el noticiero matutino. Las mañaneras inauguradas por el Jefe de Gobierno del Distrito Federal (2000-2005), tuvieron amplia cobertura informativa. En febrero de 2004, se transmitieron los videoescándalos en los que René Bejarano y Carlos Ímaz aparecieron en la pantalla de Televisa recibiendo fajos de billetes. Entre 2004 y 2005, se dio seguimiento sesgado al proceso de desafuero de López Obrador.

Durante el sexenio del panista Vicente Fox tuvo lugar el hechizo de la esposa del mandatario con un alto directivo de la televisora que derivó en la reducción al mínimo del 12.5 % del tiempo de pantalla cedido al Estado.

En marzo de 2006, año electoral, la llamada Ley Televisa fue aprobada prácticamente por unanimidad en la Cámara de Diputados, en 7 minutos y sin lectura previa, por el PAN, el PRI y el PRD. El mes siguiente, 47 senadores promovieron una acción de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia. Un año después, en mayo de 2007, la Corte dio a conocer su sentencia: seis artículos de la Ley Televisa fueron declarados inconstitucionales y se acreditaron irregularidades en el proceso legislativo.

Después del triunfo electoral de López Obrador en 2018 se limaron asperezas y prevaleció el pragmatismo entre las partes. Bernardo Gómez, alto ejecutivo de la empresa fue invitado a una reunión selecta en la casa del candidato triunfador a las 12:30 de la noche para celebrar su victoria. Al día siguiente pasó a formar parte de un grupo de asesores empresariales, como lo hicieron varios integrantes de la antaño “mafia del poder”. Además, los copresidentes de TelevisaUnivisión, Inc. representan un vínculo nada desdeñable en la relación con Donald Trump y miembros de su familia.

#TelevisaLeaks confirma el profesionalismo, ética e independencia de Carmen Aristegui, aunados a su valentía y entereza. La investigación periodística realizada por la periodista y su equipo seguramente tendrá repercusiones de diversa índole. Las judiciales han sido explicadas por los doctores José Ramón Cossío y Samuel González Ruiz en Aristegui en vivo.

También habrá consecuencias bursátiles, políticas y comunicacionales. La llamada de alerta no podrá ser condenada al olvido. Ante las evidencias de #TelevisaLeaks, el fiasco de la elección judicial y sus efectos, así como el riesgo de que prospere la Ley Censura en perjuicio de la libertad de expresión son amenazas autoritarias que deben combatirse a toda costa.

La presidenta Claudia Sheinbaum se debate entre la necesidad de reforzar los principios éticos y políticos de Morena o someterse a la exigencia macuspana de mantener la impunidad transexenal. Lo que queda de la democracia mexicana está en vilo.

Con información de Aristegui Noticias

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