ONU: México, tercer país del orbe con más peticiones de refugio

Lilian Hernández Osorio

En 2023, las solicitudes de asilo en México representan la cifra más alta de todos los registros que tiene nuestro país. Este número podría ubicarlo entre las tres primeras naciones del mundo con más peticiones de refugio, junto con Estados Unidos y Alemania, afirmó Giovanni Lepri, representante en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

Las estadísticas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) lo confirman. Al cierre de noviembre de este año se han recibido 136 mil 934 solicitudes, cantidad que supera las registradas en la última década. En noviembre de 2013, las peticiones apenas sumaron mil 296, cifra que creció más de 100 veces en los últimos 10 años.

La mitad de las personas en movilidad han declarado que la razón de ingresar a México ha sido causada por violencia, persecución o temas ligados a una imposibilidad de quedarse en sus países por diversas razones que, con toda probabilidad, los calificarían como personas refugiadas, detalló Lepri.

En entrevista con La Jornada, aseguró que México ha aumentado su capacidad de protección y quien pide asilo tiene posibilidades de integración bastante elevadas.

Detalló que México se ha vuelto un país de asilo, aunque sigue siendo de tránsito y de retornos, y ahora también de espera por los nuevos procedimientos para las citas de CBP One. Por ello, señaló que se observan más personas en la Ciudad de México y en la frontera norte; es algo que no veíamos en años anteriores, por estas nuevas dinámicas impuestas desde Estados Unidos.

La Ciudad de México se ha vuelto más una ciudad de recepción y estadía para procesos de protección y es la segunda después de Tapachula con más solicitudes de asilo. Pero también de personas que esperan su cita para llegar a Estados Unidos, subrayó.

De acuerdo con las investigaciones del Acnur, en la actualidad hay más gente en movilidad que necesita protección o una alternativa porque no puede quedarse en su país, y México tienen más capacidades que hace cinco años para procesar los casos y ofrecer una segunda oportunidad a los migrantes, además de que la estadía y llegada en Estados Unidos se ha vuelto más complicada.

Las cifras de Comar muestran que de las casi 137 mil personas extranjeras que pidieron refugio de enero a noviembre de 2023, 43 mil 459 son originarias de Haití, es decir, 31 por ciento. En segundo lugar se encuentran los hondureños, con 40 mil 142 solicitantes.

En tercer lugar se hallan los cubanos, con 17 mil 686 solicitantes de refugio, y el resto provienen de Guatemala, El Salvador, Venezuela, Brasil, Chile, Colombia y Afganistán.

Tapachula es la ciudad con más solicitantes, con un total de 74 mil 945 extranjeros de los más de 136 mil que hay en el país hasta el 30 de noviembre del presente año, mientras la Ciudad de México ha recibido 30 mil 201 aspirantes en búsqueda de ser refugiados.

Esto no es una cosa transitoria, va a seguir aumentando. No tenemos una bola de cristal, pero todo nos indica que va a seguir. Los números y la complejidad han aumentado de manera evidente, importante y rápida en los últimos años, aseveró Lepri.

Consideró apremiante que el gobierno mexicano emprenda una inversión, no sólo financiera, sino en estructura y en personal para ofrecer una atención más integral y adecuada al crecimiento de los migrantes que llegan a México.

Si no lo hace, vamos más hacia una crisis. Una situación donde las personas tendrán mayor vulnerabilidad y los mexicanos responderán de manera más negativa al encontrarse a migrantes en las calles cerca de sus casas, se molestarán y al pasar por campamentos se generará un rechazo, y si no hay albergues estructurados con servicios y atención, entonces México, que es un país generoso, no va a tener anticuerpos frente a personas en movilidad, advirtió el representante del Acnur en nuestro país.

Desde la perspectiva de este organismo internacional, toda la estructura de recepción y atención de personas en México debería aumentar, lo cual significa más inversión, más capacidad para no verlo como una crisis migratoria, sino como una posibilidad de integrarlos al desarrollo del país, para lo cual es necesaria una respuesta a nivel federal, estatal y municipal a un fenómeno que va a seguir.

La presión de movilidad hacia México no sólo sigue aumentando. Todos los indicadores regionales nos dicen que así será por cuestiones de cambio climático, violencia generalizada y dificultad de orden público en muchos países, así como por temas económicos y de género, resumió Lepri.

Pero con políticas más integrales para los diferentes perfiles, en vez de hablar de crisis, podría ser una oportunidad de manejar un tema humanitario como una opción que aporte beneficios a la sociedad mexicana. En esto México tiene una gran ventaja, que podría ser población que aporta al desarrollo del país.

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