EU arma “un gran caso judicial” en contra de políticos mexicanos

Miguel Baldillo
Una de las muchas formas de injerencismo que comete Estados Unidos en otros países, violando soberanías, independencias y leyes, es por una supuesta preocupación que dice tener ante la corrupción y violencia generadas por la impunidad gestada desde altas esferas del poder.
Por la enorme frontera que compartimos con ese país, así como las obligadas relaciones y también problemas económicos, comerciales, políticos y territoriales que tienen los dos países, México es una de esas naciones en las que el vecino del norte disfruta mucho entrometerse en asuntos internos y que por lo mismo mantiene una vigilancia permanentemente.
En los últimos meses, ese interés de querer dictarle a México qué y cómo debe gobernarse un país democrático, libre e independiente, ha elevado la presión que Donald Trump y sus distintos departamentos de Estado y agencias policiales y de espionaje, ejercen sobre la presidenta Claudia Sheinbaum, al grado de filtrar a la prensa estadunidense y a periodistas mexicanos que mantienen a sueldo, supuestas listas de políticos, legisladores, funcionarios federales, gobernadores, alcaldes y empresarios que tendrían desde vínculos con cárteles de la droga hasta participar en operaciones de huachicol de combustibles y tráfico ilícito de mercancías que cruzan por las porosas aduanas del país.
Esa publicitada “lista de Marco”, en referencia al jefe del Departamento de Estado Marco Rubio y que ha sido negada reiteradamente por los gobiernos de Estados Unidos y de México, por supuesto que obedece al trabajo de espionaje e intervencionismo que sí ejercen las agencias de espionaje como la DEA, CIA y FBI, entre otras, sobre territorio nacional, pues hasta la misma embajada de EU en México ha confirmado cínicamente que sí investiga la corrupción gubernamental y empresarial en México y otros países, como siempre lo ha hecho, lo cual es utilizado como medida de presión contra las autoridades.
Son esas mismas agencias policiales estadunidenses las que lo mismo espían ilegalmente en otras naciones, fabrican pruebas para hacer imputaciones penales, secuestran como lo hicieron en México con el narcotraficante Ismael El Mayo Zambada, mienten sistemáticamente en sus informes, difaman, manipulan, invaden países y hasta participan directamente en cambios de gobernantes cuando los clasifican como de izquierda o socialistas.
Por ello cuando el gobierno mexicano le pregunta a su homólogo estadunidense si existe una lista en donde imputan a personas y servidores públicos de posible corrupción, narcotráfico, fraudes y hasta lavado de dinero, las autoridades de EU niegan de inmediato tal hecho, pero eso no niega que sean ellos mismo los creadores de tal manipulación informativa para presionar al gobierno encabezado por la doctora Sheinbaum, a fin de que cuando México se siente a negociar con su contraparte estadunidenses, llegue desgastados y bajo muchos cuestionamientos.
Es en esa perversa estrategia del vecino país de investigar y “combatir” la corrupción en México, que se aprovechan para integrar carpetas confidenciales en distintas agencias policiales y de seguridad de Estados Unidos en contra de políticos y funcionarios mexicanos, empresarios, narcotraficantes, delincuentes de cuello blanco y compañías de sociedades anónimas.
También sabemos que las autoridades de EU preparan un “gran caso judicial” con informantes y testigos protegidos (algunos de ellos narcotraficantes recién capturados) con la intención de acusar, siempre y cuando lo necesiten en sus negociaciones con México, a diversos actores políticos, lo que sería aprovechado por grupos opositores de la derecha, partidos políticos, asociaciones civiles inconformes y hasta medios de comunicación que buscan restarle fuerza al gobierno federal.
Otro elemento que en este momento preocupa al gobierno de Trump, es el proceso que encabeza México en contra de la poderosa industria armamentista de Estados Unidos y que ha tenido avances importantes en tribunales de aquel país, por lo cual las empresas de armas se han quejado con el presidente estadunidense y le exigen que haga presión para frenar dicho juicio, al cual se han sumado ya otros países y hasta fiscales y procuradores de Estados Unidos.

Eso ha sido considerado como un atrevimiento del gobierno mexicano en contra de la libertad estadunidense para portar y vender armas a quien las pida, sin importarle que se trate precisamente de bandas delincuenciales las que hacen las mayores adquisiciones de armamentos para poder llevar drogas como el fentanilo a su territorio y que mata a cientos de miles de jóvenes.
SHEINBAUM: NO PERMITIREMOS INTIMIDACIONES DE AGENCIAS DE EU
Sobre esa maquinación en México de las distintas agencias estadunidenses, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha dicho que “pueden querer ejercer presión, pero no existe presión porque nosotros no permitimos ninguna intimidación”.
La primera mandataria ha advertido que “cualquier persona que represente a una agencia, a una institución, al gobierno de los Estados Unidos, tiene que respetar a México y las reglas de México, y en esa medida va a haber una excelente relación; igual que nosotros respetamos a Estados Unidos”.
En una de sus conferencias matutinas, Sheinbaum Pardo destacó que la relación con el gobierno del vecino país se lleva en un marco de respeto: “nosotros, al presidente Trump lo respetamos, respetamos a sus secretarios de Estado, respetamos al embajador que llegó [Ronald Johnson], a todos los respetamos.

¿Qué pedimos a cambio?, respeto, no intervención y respeto a nuestras soberanías”.
Lo anterior con relación a la decisión de Donald Trump de proponer a Terrance Cold como nuevo director de la DEA, un personaje vinculado con la masacre de Allende, en el estado de Coahuila, ocurrida en 2011, durante el sexenio el genocida panista Felipe Calderón, ante lo cual la presidenta de la República dejó en claro que “cualquier persona que sea directivo de una agencia, tiene que respetar a México y actuar en el marco de nuestras leyes y, hasta ahora, desde que llegamos, ha sido así.
Puede haber momentos en donde no estamos de acuerdo con lo que estamos mencionando, pero siempre ha sido así”.
Durante la comparecencia de ese nuevo director de la DEA en el Senado de Estados Unidos, el gobierno mexicano envió una nota diplomática por su desacuerdo con las aseveraciones que allí hizo el ahora funcionario de la agencia antidrogas.
Con información de El Independiente