Centenario del asesinato de Ricardo Flores Magón

Pablo Moctezuma Barragán

Hace 100 años fue asesinado en Estados Unidos Ricardo Flores Magón. Un 21 de noviembre de 2022 la vida de un luchador de toda la vida, de los indispensables, fue segada. A pesar de lo cual, su figura, su ejemplo, el reconocimiento a su lucha ha crecido con el tiempo y eso nos deja tareas pendientes.

Nació en una fecha muy simbólica, un 16 de septiembre de 1873, cuando iba a iniciar la dictadura de Porfirio Díaz, contra el que combatió toda su vida con una tenacidad incomparable. Hace 100 años murió asesinado el 21 de noviembre de 1922, en la cárcel de Leavenworth, Kansas, Estados Unidos. Él ha sido uno de los principales precursores de la Revolución Mexicana.

El 16 de marzo de 1918 publicó un manifiesto, en Los Ángeles, California, en el número 262 de Regeneración, junto con Librado Rivera oponiéndose a la Guerra Imperialista, y exigiendo la paz. Ese “delito” le valió la cárcel y que fuese sentenciado a 21 años de prisión. Por cierto, ese fue el último número de Regeneración en ser publicado. El Bureau of Investigation (el organismo predecesor del FBI) lo vigilaba y acosaba sistemáticamente por “subversivo”; y así como a él, a dirigentes obreros que atentaban contra el sistema con el fin de encarcelarlos o deportarlos. Esta postura le valió, una vez más, la cárcel.

Esta situación y esta postura de Flores Magón, a un siglo de distancia, debe hacernos reflexionar. Ricardo manifestó una postura muy arraigada en el pueblo mexicano que ha defendido la paz y nunca ha abonado la guerra a nivel internacional. Hoy Estados Unidos está alimentando la guerra y busca enfrentar a Rusia y China, su maquinaria de guerra, el complejo industrial militar que domina su gobierno y que se alimenta de un presupuesto de 801 mil millones de dólares de gasto bélico y México debe mantenerse absolutamente ajeno a estos planes de guerra. Es muy peligrosa la ruta que inició Salinas declarándonos “norteamericanos”, y luego Vicente Fox que comenzó la integración militar con Estados Unidos con su Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte; Felipe Calderón con su Iniciativa Mérida, y luego violando la Constitución Mexicana (pues las Fuerzas Armadas mexicanas no pueden participar en maniobras dirigidas por una potencia extranjera), la Armada Mexicana participó en Mayport, Florida en UNITAS 2009 del 15 de abril al 5 de mayo de 2009. Y avanzó en la supeditación al Comando Norte.

Con Calderón se realizaron maniobras militares conjuntas (Texas-Tamaulipas del 2 al 9 de mayo de 2012), apertura de la Oficina Binacional (para militares y agentes de Estados Unidos) en Reforma 265, la base militar de Estados Unidos “Academia de Formación Policial” en San Salvador Chachapa, Puebla. Este curso de integración militar lo continuó Peña Nieto. En los últimos meses se han realizado maniobras militares conjuntas con la Armada estadunidense: en Puerto Chiapas (2020), Chetumal (2022) y maniobras terrestres en Reynosa, Tamaulipas del 17 al 21 de octubre. México debe romper con este proceso de integración militar que es muy peligroso y más aún en la coyuntura mundial actual.

Sigamos el ejemplo de Ricardo Flores Magón que por defender sus principios y oponerse a la guerra sufrió cárcel y muerte. México quiere la paz, ese es uno de los legados a reivindicar en el centenario de su muerte.

La lucha de Flores Magón no se circunscribía a la lucha en el propio país, sino también al ámbito internacional, dado que el proletariado es una clase social mundial y los intereses de los pueblos son comunes, así como sus enemigos.

Encarcelado, cuando el 6 de diciembre de 1921, el Departamento de Justicia le propuso a Ricardo Flores Magón su libertad, siempre y cuando pidiera perdón y manifestara su arrepentimiento, él se negó. El gran movimiento internacional de las y los trabajadores exigía su liberación, pero el presidente de Estados Unidos Warren Gamaliel Harding evitó que saliera de prisión considerándolo “muy peligroso”. A pesar de que estaba muy enfermo, no se le atendió. Fue asesinado en la madrugada del 21 de noviembre. Su hermano Enrique Flores Magón y Librado Rivera denunciaron que habían constatado en el cadáver marcas de estrangulamiento. Ellos acusaron a los carceleros por el crimen. De cualquier forma, es claro que el gobierno de Estados Unidos lo mató o lo dejó morir conscientemente. En una caricatura del periódico The New York Call, publicada al siguiente día se dibuja al procurador general de Estados Unidos Hary M Daugherty y a la muerte dándose un apretón de manos sobre el cadáver de Ricardo Flores Magón.

El primero de julio de 1906 preside la fundación del Partido Liberal Mexicano, junto con Juan Sarabia, Antonio I. Villarreal, Librado Rivera, Manuel Sarabia, Rosalío Bustamante y Enrique Flores Magón.

Entre los postulados del nuevo partido había ideas muy revolucionarias para aquella época, tales como la supresión de la reelección, la supresión de la pena de muerte para presos políticos y comunes, la obligatoriedad de la enseñanza elemental hasta los 14 años, el establecimiento de un salario mínimo, la expropiación de latifundios y tierras ociosas, así como la regulación y reducción de las jornadas de trabajo.

Dice el Programa: “De hecho, y por lo general, el trabajador mexicano nada gana; desempeñando rudas y prolongadas labores, apenas obtiene lo muy estrictamente preciso para no morir de hambre. Esto no sólo es injusto: es inhumano. (…) Así es como el trabajador mexicano acepta labores de doce ó más horas diarias por salarios menores” y proponía la jornada de 8 horas.

Desgraciadamente hoy en día, prácticamente no hay límite para las jornadas de trabajo, tanto en el sector privado como en el público. Seguimos en lucha para que se garantice el postulado de Flores Magón: “El establecimiento de ocho horas de trabajo es un beneficio para la totalidad de los trabajadores, aplicable generalmente sin necesidad de modificaciones para casos determinados”.

FOTO: INAH

En cuanto a los salarios, decía: “Los salarios varían, pero la condición del obrero es la misma: en todas partes no gana, de hecho, sino lo preciso para no morir de hambre”. Hoy por hoy la mayoría de los trabajadores no ganan más que lo indispensable para cubrir sus necesidades.

Postulaba el Programa: “las garantías a la vida del trabajador; la prohibición del trabajo infantil; el descanso dominical; la indemnización por accidentes y la pensión á obreros que han agotado sus energías en el trabajo”. Todo está pendiente, los mineros y los trabajadores mueren sin consecuencias para el patrón, 3 millones de niños trabajan. ¿Cuántos trabajan los domingos? Las Afores especulan con el dinero para las pensiones, sin garantizarlas. ¡La lucha sigue! Con una población de 70 millones en edad de trabajar, la Población Económicamente Activa es de 59 millones y sólo 21 millones tienen empleo formal, y sólo ellos cuentan con las prestaciones que en regla son un derecho para todas y todos.

Muchas cuestiones se mantienen vigentes, como el postulado que “debe pagarse a los maestros con buenos sueldos como lo merece su labor; debe dignificarse el profesorado, procurando a sus miembros el medio de vivir decentemente”, y “el enseñar rudimentos de artes y oficios en las escuelas, pues acostumbra al niño a ver con naturalidad el trabajo manual, despierta en él afición a dicho trabajo. Es necesario ligar en la escuela el trabajo manual con el intelectual. Y asegurar a cada maestro de una plaza y sueldo que le permita vivir y no tener dos o tres trabajos.

En el Programa se estipula que debe darse preferencia “(…) como medida eficaz, para evitar la preponderancia extranjera y garantizar la integridad de nuestro territorio”. En el programa se trata de manera muy incorrecta el problema de la inmigración china, pues se propone su prohibición. Debidoa que trabaja con el más bajo salario y “su competencia es funesta” (…) “que no produce a México el menor beneficio”. Es una postura antiinmigrante errada.

Pero independientemente de eso, no podemos dejar de reflexionar que, en la globalización neoliberal, y con la indiscriminada apertura comercial que favorece a las grandes corporaciones, por no alentar la soberanía industrial, la producción nacional, nuestro mercado se ha inundado de productos chinos a muy bajo precio, productos que deberían y podrían ser fabricados en México. Se debe proteger la soberanía económica del país y ser capaces de producir lo más necesario. Es irracional y afecta al medio ambiente el traer productos de más de 13 mil kilómetros de distancia y transportarlos hasta durante 25 días en barcos, con el consabido gasto energético y contaminación ambiental, en lugar de fomentar el mercado local, regional y nacional.

Habla el texto de que los opresores debían de ser confiscados y que sus bienes vuelvan a su origen primitivo, pues dichos bienes provienen de “despojos á tribus indígenas, comunidades de individuos, nada más natural que hacer la restitución correspondiente”. Hoy los aguatenientes, mineros, banqueros y terratenientes siguen el despojo de los pueblos originarios y de comunidades enteras.

Ricardo Flores Magón también luchaba contra la impunidad de los funcionarios: el Programa, resalta la declaración de que “se confiscarán los bienes de los funcionarios enriquecidos en la presente época de tiranía. Esta medida es de la más estricta justicia. No se puede ni se debe reconocer derecho de legítima propiedad sobre los bienes que disfrutan a individuos que se han apoderado de esos bienes abusando de la fuerza de su autoridad”.

Continúa: “La enorme deuda que la Dictadura ha arrojado sobre la nación ha servido para enriquecer a los funcionarios: es justo, pues, que los bienes de éstos se destinen a la amortización de dicha deuda”. El actual gobierno recibió una deuda de 10.5 billones de pesos, que actualmente alcanza 13.5 billones y para el año 2023 programan pagar más de un billón 70 mil millones de pesos.

Concluyamos, pues, que el mejor homenaje que podemos rendir a Ricardo Flores Magón en el centenario de su asesinato es cumplir las tareas que nos dejó y que siguen pendientes.

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