Sinaloa: la sucesión 2027, entre Rubén Rocha y Claudia Sheinbaum

Álvaro Aragón Ayala

Al mismo tiempo que en Palacio Nacional, en el caso Sinaloa no se piensa aún en el 2027, sino como poner a resguardo el proyecto de la 4T y se investiga y valora el desempeño de Rubén Rocha Moya, el gobernador envió el viernes mensajes de que está bien y de concluirá su sexenio con la suficiente capacidad y fuerza para imponer candidato a la gubernatura.

Para quienes decodifican lecturas políticas, en las tomas de protesta de alcaldes, el mandatario estatal “destapó” a su ahijado Juan de Dios Gámez Mendívil, de Culiacán, ofreció “esperanzas” a Gerardo Vargas Landeros, de Ahome, a quien prometió no traicionar, y respaldó a Estrella Palacios de Mazatlán, ajustado a una estrategia propia de rescate y fortalecimiento de su imagen.

Sin embargo, la realidad es que, en la Ciudad de México ni Claudia Sheinbaum Pardo ni la dirigencia nacional de Morena, ocupan su tiempo en el proceso electoral del 2027 que se registrará en Sinaloa. Las prioridades del Gobierno Federal y del propio gobernador de Sinaloa son otras. Se entiende, pues, la estrategia de Rubén Rocha como una dinámica para que su figura no pierda autoridad ni peso rumbo a la Sucesión Estatal.

El gobernador de Sinaloa tiene como prioridades: Atender y limpiar su imagen. Le urge que se le saque de la narrativa de la captura de Ismael -El Mayo-Zambada: higienizar su imagen para que no lo vinculen al asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda y restructurar su gobierno. En tres años los despidos y renuncias alcanzan grados de escándalo que se traducen en inestabilidad gubernamental.

Además, tiene encima el diferendo con los directivos de la Universidad Autónoma de Sinaloa, el proceso de Renovación de Mandato, la restructuración del Consejo Político y el Comité Directivo de Morena, la Elección de Jueces y del Poder Judicial Federal de Sinaloa y el más grave: la inseguridad que campea Sinaloa. Un grupo armado amenazó con atentar contra su integridad física.           

La prioridad en Sinaloa de la Presidenta Claudia Sheinbaum no es defender a Rubén Rocha ni involucrarse en diagnósticos políticos-electorales futuristas. El interés es detener la escalada criminal y que se aclare los casos Rocha y de Hector Melesio Cuén Ojeda para, de estar involucrado o no el gobernador, tomar medidas para impedir que la relatoría de colusión con el narco no toque la puerta y entre a Palacio Nacional.

Ya ordenó reforzar la presencia militar en Sinaloa para detener la ola de asesinatos. Las cifras en redes sociales apuntan a que ya van más de 300 crímenes y más de 400 desaparecidos. La Fiscalía Estatal jura que los muertos suman 230. Colectivos de búsqueda reportan 300 víctimas de desaparición, la Fiscalía 209 y el Registro Nacional de Búsqueda tiene las fichas de 236 casos. 

De aquí al 2027, por allá en enero, Sheinbaum Pardo con base en un diagnóstico preciso, exacto, sobre el rendimiento político-gubernamental de Rubén Rocha y de su equipo y el entramado de las Redes del Poder en Sinaloa, Claudia decidirá si le cede o no al mandatario estatal el privilegio para que sea él que decida o bien, ella, como jefa del Proyecto Nacional de la 4T, tome la responsabilidad de determinar quien será el futuro candidato de Morena al gobierno de Sinaloa.

Es cuanto….

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