Trabajos sin contrato y sin sindicato, licencia a la precariedad laboral
Acción Ciudadana
La precariedad laboral está estancada en México pues tiene licencia para mantenerse, porque la mayoría trabaja sin defensa ante este abuso estructural y sistémico.
Los datos más recientes de 2022 muestran que 7 de cada 10 personas trabajan sin ingreso suficiente para superar el umbral de la pobreza 1 (71.4%) y 6 de cada 10 trabajan sin afiliación al seguro social (61.2%). Lo más grave es que estos datos estadísticos no se mueven sustancialmente desde 2005.
Al completarse 18 años continuos de haberse iniciado la serie estadística de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, en 2005, la realidad laboral de México es un desastre permanente, sistémico y estructural.
Y este desastre se ha “normalizado”: pobreza, bajos salarios, precariedad laboral, informalidad, condiciones críticas de ocupación, se mantienen siempre en el mismo nivel y no hay cambio sustancial.
La explicación al desastre no es la baja productividad. El problema de fondo es que en México las estructuras laborales conceden licencia a la precariedad laboral. La mayoría de las y los trabajadores trabajan sin defensa: sin contrato estable y sin organización sindical. Además, quienes trabajan por su cuenta se ubican en la informalidad, es decir de entrada se ubican ya en la precariedad. No como una decisión, sino como única alternativa de sobrevivencia frente al desempleo, para no morir de hambre.
Desde los primeros informes del Observatorio de Trabajo Digno se enfatizaban estas dos condiciones de indefensión para quienes tienen trabajo asalariado: carencia de contrato estable y carencia de organización sindical.
Por una parte, la falta de contrato estable afecta a la mitad de las personas con trabajo asalariado. El indicador de carencia de contrato estable se ubica ahora en 51.5% (2022 – Trim I). Era igual hace un trimestre; 51.7% hace un año (2021 – I); 53% hace dos años (2020 – I), justo antes de la pandemia; 52.8% hace tres años (2019 – I) cuando iniciamos el Observatorio. Y revisando la serie desde 2005 resulta que siempre se ha ubicado en esos niveles, poco más de la mitad de las personas con trabajo asalariado.
Por otra parte, la indefensión de trabajadores asalariados se completa con la carencia de organización sindical. Afecta al 86.6% en este momento (2022- I), y era casi lo mismo hace un año: 86.2% (2021 – I), hace dos: 86.8% (2020 – I), hace tres: 86.9% (2019 – I) y hace cuatro años: 87.1% (2018 – I). Y un poco menos, pero casi igual, hace 10 años: 85% (2012 – I) y desde 2006: 81.7%.
La indefensión por falta de organización sindical que represente genuinamente los intereses de los trabajadores, para generar las condiciones de una mejor distribución del poder y del ingreso entre los diversos actores económicos, es la condición que afecta a quienes tienen un trabajo subordinado y asalariado, es decir, personas que están empleadas por alguien más.
En México, quienes trabajan por cuenta propia lo hacen como una medida de sobrevivencia para evitar el desempleo, con ocupaciones que se convierten para la gran mayoría en una trampa de pobreza. El 99.9% de quienes trabajan por su cuenta carecen de seguridad social y 8 de cada 10 carecen de ingreso suficiente para superar el umbral de pobreza (79.1%).
Quienes trabajan por su cuenta representan poco más de la mitad de la informalidad. La otra parte son personas que trabajan en el sector formal, pero carecen de afiliación al seguro social. Son informales en la formalidad.
Esta inamovilidad laboral, este “statu quo” estructural y sistemático que produce pobreza y viola normas básicas del derecho humano al trabajo debe cambiar. La reforma laboral debe transformar esta realidad, pero su implementación tomará aún varios años y sus frutos pueden tomar décadas.
Exhortamos al sector privado, en particular a las medianas y grandes empresas, a transformar las condiciones laborales en sus unidades económicas.
Adoptar el Trabajo Digno con remuneración suficiente y derechos laborales como único modelo de contratación puede reducir la pobreza, pero también puede fortalecer y dinamizar la productividad y el crecimiento económico.
O seguiremos viendo cada trimestre este mismo desastre y cada dos años los mismos niveles de pobreza:
1 Ubicamos el umbral de pobreza en el costo de dos canastas básicas, pues es el monto mínimo indispensable para mantener a un trabajador y una persona familiar dependiente. También porque es el promedio y el tamaño de hogar de la mayoría: 4 personas, con 2 perceptores de ingreso. Y porque es el monto acordado en Conasami para ubicar el salario mínimo a más tardar en 2024: la canasta familiar equivalente al monto de dos canastas básicas del ámbito urbano.
Animal Político