IFT: es la transparencia y la inercia

Javier Orozco

Bien reza el proverbio: “No basta que la mujer del César sea honesta, también tiene que parecerlo” y todo indica que en el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) han iniciado el año 2023 en medio de una gran ola de frio, que los tiene congelados y no les permite actuar, ni hacer aclaraciones o declaraciones. Cuando un tema central de su problemática es la transparencia.

Este último vocablo, se trata de un derecho fundado en una de las características principales de un gobierno republicano -como el nuestro- que es el de la publicidad de los actos de gobierno y la transparencia de la administración. Por tanto, este derecho resulta ser una consecuencia directa del principio administrativo de nitidez de la información pública gubernamental, lo que no está ocurriendo.

El caso es que IFT no ha hecho público el contenido de reunión celebrada el 9 de diciembre en la que ha transcendido que a AT&T y Telmex recibieron condonaciones de multas sumamente altas. Se estima que, en el caso del mayor operador de telefonía móvil en México, el IFT condonó 37 mil mdp, mientras que al operador norteamericano la sanción económica pasó de 431 mdp a 3 mdp. Ha pasado prácticamente un mes y seguimos en espera.

Pero este no es su único reto que enfrenta al iniciar 2023, otro de los grandes desafíos del IFT es la revisión del cumplimiento de las medidas asimétricas del Agente Económico Preponderante en Telecomunicaciones (AEP-T), donde se debe realizar un diagnóstico sensato, congruente y que atienda a la realidad del mercado, no a criterios formales, evitando caer en simulaciones, el órgano regulador debe ser autocrítico y presentar un análisis detallado sobre las acciones que va a emprender, estableciendo plazos e indicadores de cumplimiento, no se puede seguir con más de lo mismo.

Se trata de un mandato constitucional que hasta el momento no ha sido efectivo, en marzo de 2024 se cumplirán 10 años del establecimiento de las medidas asimétricas pero su implementación no ha cambiado sustancialmente el poder de mercado del AEP-T ¿a qué se debe? y ¿qué se puede hacer para cambiar esa tendencia?

De qué sirve que al IFT le alleguen elementos o que se presenten denuncias que no se toman en cuenta, hasta ahora han sido insuficientes los indicadores de cumplimiento, el sistema electrónico de gestión tampoco ha servido, el que la ley prevea la existencia de un auditor externo, o bien de que sirve que se determine que hay cumplimiento, pero las medidas no son idóneas y no hay competencia efectiva, esperemos que no pasen otros 10 años con la misma inercia.

Así la falta de claridad en las cosas y el actuar por “machote burocrático” no tiene bien parado al IFT en este 2023, lo que da la razón al presidente de la República, de citar su inocuo actuar y buscar desaparecerlos.

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