Los datos que desmienten a AMLO y Ebrard sobre la producción y consumo de fentanilo en México
Baruc Mayen
Reportes de inteligencia de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) ubican el inicio de la crisis por consumo de fentanilo en Estados Unidos en el año 2014.
Entre los actores principales del tráfico masivo de este opioide a dicho país, según la institución, están los grupos criminales mexicanos, quienes se han encargado de forjar rutas comerciales desde Asia para obtener precursores químicos, producir drogas sintéticas y enviarlas a EEUU.
Concretamente, la agencia antidrogas ha señalado al Cártel de Sinaloa y al Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) como los responsables de cientos de miles de muertes en aquella nación.
El Gobierno de EEUU ha emitido sanciones contra empresas y personas vinculadas a la distribución de precursores químicos del fentanilo y metanfetamina. (Infobae México)
Los informes más recientes detallaron que entre enero de 2021 y enero de 2022 107 mil 375 ciudadanos estadounidenses murieron por sobredosis y envenenamiento relacionado con narcóticos. En el 67% de los casos estuvieron involucrados opioides como el fentanilo.
Debido a la expansión de estos grupos criminales y a la estructura que han forjado para el tráfico de drogas, congresistas de EEUU afines al Partido Republicano (como Dan Crenshaw y Michael Waltz), han exigido que el presidente Joe Biden autorice el despliegue del Ejército para combatir directamente a los cárteles.
En medio de las tensiones que esta iniciativa ha provocado, Marcelo Ebrard, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), viajó al país vecino para reunirse con el embajador Esteban Moctezuma y los 52 cónsules en territorio estadounidense e iniciar una “campaña en defensa de México” ante los “ataques” de los legisladores republicanos.
Desde Washington, Marcelo Ebrard inició una campaña en defensa de México (Gobierno de México)
Durante el encuentro, Ebrard y el conjunto de diplomáticos discutieron los señalamientos que ha recibido México como culpable de la crisis en el consumo de fentanilo. Al respecto, el canciller ha adoptado una postura de total rechazo a propuestas como la intervención militar. “No vamos a permitir que atropellen a México”, dijo en la reunión.
Uno de los argumentos que presentó Ebrard Casaubon como muestra de la cooperación del Gobierno Federal con EEUU para combatir esta crisis fue que en el territorio nacional no se produce fentanilo, sino que México es sólo una región “de paso”.
“Las autoridades de seguridad nacionales no tienen registro de producción de fentanilo en México, sino que ubican a nuestro país como zona de tráfico de ese opioide y sus precursores, los cuales provienen sobre todo de Asia”, pudo leerse en un comunicado de la SRE.
El titular de la SRE viajó a EEUU tras solicitud de AMLO (Twitter/@SRE_mx)
Sin embargo, esto contrasta con los recientes reportes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) alusivos a los operativos de seguridad desplegados en Sinaloa.
El 14 de febrero de 2023, el Ejército Mexicano encontró y aseguró un “centro de manufactura de pastillas de fentanilo” en un terreno de Pueblos Unidos, Culiacán, que también albergaba el laboratorio con mayor capacidad de producción de metanfetamina del que se tenga registro.
En dicho lugar, las fuerzas castrenses aseguraron 629 mil 138 pastillas de fentanilo, con un peso aproximado de más de 68 toneladas y media, así como 128,03 kilogramos de fentanilo granulado.
Los cárteles camuflan el fentanilo para hacerlo pasar por pastillas de medicamentos como la oxicodona. (FGR)
Tres días después, el 17 de febrero, el Ejército encontró y desmanteló otro centro de manufactura de pastillas de fentanilo en la colonia Ampliación Antonio Toledo Corro, también en Culiacán.
Como resultado de ese operativo, fueron aseguradas 530 mil tabletas de fentanilo, 30 kilogramos del opioide en polvo, 150 kg. de acetaminofén (mejor conocido como paracetamol), dos maquinas tableadoras, dos máquinas revolvedoras y una prensa para la confección de pastillas.
“Los cárteles mexicanos obtienen fentanilo de manera ilícita, así como los precursores necesarios para la manufactura de fentanilo y sustancias relacionadas desde China y, primordialmente, usan el fentanilo como un adulterante para la heroína […] Han descubierto que fabricar fentanilo es mucho más costeable, eficiente y llama menos la atención que los cultivos de opio requeridos para producir heroína” es uno de los diagnósticos que ha elaborado la DEA respecto a esta droga.
El Ejército ha decomisado distintos centros de producción asociados al fentanilo.
El consumo de fentanilo en México
En el mismo contexto, el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó en su conferencia matutina del 9 de marzo de 2023 que “aquí nosotros no producimos fentanilo y nosotros no tenemos consumo de fentanilo”.
Tal declaración fue enunciada como parte de su reacción a la propuesta intervencionista del Partido Republicano para el uso de las Fuerzas Armadas contra los cárteles mexicanos.
Sin embargo, un informe oficial del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Drogas, adscrito a la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) de la Secretaría de Salud, reconoció que en México ha habido un incremento en el uso de fentanilo en los años recientes.
El documento Demanda de tratamiento por consumo de sustancias psicoactivas en 2021 reveló que la utilización de este opioide ha incrementado exponencialmente desde 2013 hasta el año de recopilación de datos.
El primer registro, en 2013, contempló un total de cinco casos de uso de fentanilo en todo el país. La tendencia se mantuvo a la baja hasta 2018, año en que la cifra llegó a diez. En 2019 se contabilizaron 25 casos, en 2020 fueron 72 y, finalmente, 2021 cerró con una cifra de 184 reportes de uso de esta droga.
Pese a que los datos no guardan la misma proporción a los de la crisis en EEUU, en 2021 la cantidad de casos fue más del doble que el período anterior. Al respecto, el Observatorio detalló que “dichos casos se presentan principalmente en los hombres y en los estados de Baja California y Sonora”, los cuales representan puntos claves en las rutas de trasiego de drogas hacia Estados Unidos.