Embates de autoritarismo en Sinaloa
Ernesto Alonso López
Es alarmante que haya una embestida política contra la Universidad Autónoma de Sinaloa y otras instituciones. Este tipo de acciones son una clara violación al estado de derecho y una amenaza a la democracia.
En primer lugar, las acciones del grupo gobernante contra quienes no forman parte de su cofradía de mafiosos empezaron con la eliminación de espacios en las secretarías de gobierno, lo que tuvo graves consecuencias en la administración pública. La toma de decisiones se vió seriamente afectada, y los ciudadanos sufrieron las consecuencias de una falta de atención en servicios públicos esenciales.
En segundo lugar, el uso de porros para llevar a cabo una embestida política es una táctica que no debe ser tolerada en una democracia. El uso de la violencia y la intimidación para silenciar a los grupos políticos es una práctica que debe ser erradicada en todas sus formas.
En tercer lugar, la persecución política apoyada por alcaldes y alcaldesas también es un acto que debe ser denunciado enérgicamente. La libertad de expresión y el derecho a la participación política son fundamentales en cualquier democracia, y la persecución de aquellos que ejercen estos derechos es una amenaza grave para el estado de derecho, sobre todo cuando se viola la autonomía de las universidades traslapando derechos federales con normas jurídicas estatales haciendo un enredo legaloide de proporciones Kafkianas.
En cuarto lugar, es preocupante que se esté imponiendo un régimen gubernamental con características de dictadura en Sinaloa. Si bien la democracia puede ser aplastante en cuanto a su fuerza y capacidad de movilización, esto no significa que se deban tolerar prácticas autoritarias por parte de los gobiernos, mucho menos de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, o que actúen de manera omnímoda.
La embestida política que se está denunciando en Sinaloa es una amenaza grave para la democracia y el estado de derecho. Es necesario que se tomen medidas inmediatas para garantizar que los derechos políticos y las libertades sean respetadas en todo momento. La ciudadanía de Sinaloa merece gobiernos que actúen con transparencia, respeto y tolerancia hacia todas las voces y perspectivas políticas.