La DrogaCola, ¿por qué somos adictos a la Coca-Cola?
Alejandro Calvillo
Serge Ahmed, quien ha sido director de investigación en el Centro Nacional de Investigación de Francia y es experto en neurodisfunción y adicciones, ha realizado diversos experimentos, entre ellos, la administración intravenosa de cocaína a ratas durante meses, hasta el punto en que les da la opción de seguir recibiendo cocaína o un líquido endulzado fuertemente con azúcar. Lo sorprendente de este experimento es que, las ratas, después de dos días, dejan la cocaína por la bebida altamente azucarada. El experimento se ha repetido en monos con resultados similares.
Así como las hojas de coca son levemente estimulantes cuando son masticadas, pero son altamente adictivas cuando son refinadas para obtener cocaína; el azúcar presente en frutas y algunas verduras es levemente estimulante, pero refinada estimula fuertemente el centro de la recompensa -del placer- en el cerebro, el mismo que estimulan las drogas.
Lo anterior explica que, en varios casos, el consumo de bebidas o comestibles altamente azucarados sean usados como una de las estrategias para tratar de aliviar los efectos de la abstinencia provocados en adictos a drogas o al alcohol. Esto explica también como el consumo de azúcar es utilizado para distraer de un dolor a niñas y niños pequeños, ya que, tiene un efecto directo en este centro de la recompensa.
Frutas y algunas verduras fueron, en gran parte de la historia de la humanidad, la principal fuente de azúcar. Los niveles de azúcar presentes, de forma natural, en frutas y verduras, nunca alcanzaron los niveles de concentración de calorías y efectos fisiológicos que alcanzaría la azúcar refinada. La azúcar refinada contenida en una bebida o un producto comestible provoca una fuerte descarga de dopamina, la llamada hormona del placer.
El centro de la recompensa en el cerebro se activa por diversas actividades y productos que nos dan placer, el tema se centra en la dosis y la recurrencia, como puede ocurrir con el propio sexo. La refinación aumenta la dosis de azúcar y la recurrencia se provoca por la frecuencia en su consumo, a través de bebidas y diversos ultraprocesados. Pensemos en la Coca-Cola o en otras bebidas azucaradas, con una dosis de unas 10 cucharadas cafeteras de azúcar en una botella de poco más de medio litro (dosis muy alta) y su consumo diario (frecuencia cotidiana). 10 cucharadas cafeteras de azúcar directamente diluidas en una bebida y consumidas diariamente, provocan, sin duda, un grado de adicción (daño síquico), a la vez que daños a la salud (daño físico).
El asunto de la adicción y el consumo de Coca-Cola, la marca más conocida por la humanidad y la bebida industrial más consumida en el mundo, no es algo extraño, está en sus propios orígenes. John Pemberton, inventor de la bebida, se volvió adicto a la heroína en la Guerra Civil de los Estados Unidos. Coca-Cola fue uno de sus inventos para lidiar con esa adicción. Buscaba sustituir su adicción a la heroína con otras adicciones de menor impacto. La bebida que, en su origen fue compuesta con cafeína y cocaína, y adicionada con altas cantidades de azúcar, logró convertirse en una bebida muy exitosa.
No puede entenderse la penetración de la Coca-Cola sin considerar que es una bebida altamente estimulante con un grado adictivo. Esta bebida dejaría de usar cocaína, pero su fórmula de altas cantidades de azúcar, cafeína, caramelo IV, ácido fosfórico y sodio, entre otros ingredientes, es mucho más adictiva que cualquier otra bebida endulzada, como hemos podido comprobar a lo largo de los años, incluso, con personas que sufren diabetes y no pueden dejar de beberla. No hemos encontrado testimonios similares con otras bebidas. Seguramente usted conoce algún caso que pudiera compartirnos en los comentarios de esta colaboración.
En la llamada edad moderna, el consumo de azúcar pasó de ser un estimulante exclusivo para las clases ricas europeas, a convertirse en un ingrediente presente, ya sea como azúcar de caña, de remolacha o jarabe de maíz de alta fructuosa, en gran parte de los productos ultraprocesados. Su mayor consumo, en varias naciones del mundo, se da especialmente a través de las bebidas azucaradas y entre ellas, a través de Coca-Cola.
Esta adicción al azúcar, incorporada desde temprana edad en la dieta occidental, que se ha establecido en gran parte del mundo, tiene efectos graves en salud. De manera especial en las poblaciones más marginadas se expresa de forma dramática a través de la epidemia de diabetes. La diabetes mellitus puede tener diversas causas, pero una principal es el alto consumo de azúcares añadidos en la dieta, destacado por el alto consumo de bebidas azucaradas.
La explosión de la diabetes mellitus, diabetes tipo 2, se puede entender claramente si consideramos como ha sido su evolución a lo largo del tiempo. Era una enfermedad rara a principios del siglo XX en los Estados Unidos. En 1932 se calculaban dos casos de diabetes en mil personas. Para 2012, el Centro de Control de Enfermedades, estimaba 1 caso de diabetes en cada 8 personas. En 2010 se reportaron 73 mil amputaciones por diabetes en los Estados Unidos. Años más tarde, se dio una cifra similar en México, 70 mil amputaciones en un año. A pesar de que la población en México es significativamente menor a la estadounidense, los datos de amputaciones pueden ser similares ya que existe en nuestro país una mayor falta de tratamiento preventivo para la diabetes y sus consecuencias que en nuestro vecino del norte.
Existen diversos estudios antropológicos entre poblaciones indígenas en que la diabetes no se registró mientras mantenían sus dietas tradicionales y se disparó esta enfermedad al arribo de la llamada “comida de tienda”, al llegar los productos ultraprocesados, con las bebidas azucaradas al frente. Un caso bien documentado es el de China, donde en 1980 la diabetes se estimaba en el 1% de la población. Hace unos 7 años se estimaba que la diabetes ya había alcanzado al 11.6% de la población adulta china. En un periodo de 35 años la diabetes pasó en China de un caso entre cada 100 personas a uno de cada 9 habitantes.
El argumento de que la epidemia de diabetes es multifactorial, que tiene muchas causas, es común en la respuesta de las corporaciones para evadir su responsabilidad en ellas. De esta manera tratan de ocultar sus principales causas, las que son determinantes, y así evadir sus responsabilidades.
¿Cuántos casos conocemos de adicción a la Coca-Cola? ¿Cuántos de adicción al azúcar?
Pueden seguir predominando los intereses comerciales sobre la salud pública, sobre la salud de la infancia, sobre sus hábitos alimentarios. No se trata de prohibir, bastaría que se impusiera la información sobre la publicidad.
Mientras, seguimos siendo los mayores consumidores de productos de Coca-Cola en el mundo, encontrándonos en los primeros lugares de diabetes y muertes por diabetes. No es la única causa, no es la causa en todos los casos, pero si es una de las principales y, en muchísimos casos, es la determinante.