La polémica por los libros de texto
Fernando Martínez González
Con cada cambio de gobierno surge la tentación de introducir en los libros de texto gratuitos, algunos aspectos que convengan a los intereses del partido político en el poder, pero lo que está sucediendo hoy es inédito ya que cambian por completo enfoque, contenido y forma respecto a lo que se tenía en el pasado. Ante estos nuevos materiales ya la UNAM, el IPN, y un gran número de especialistas en el tema educativo han criticado los libros por haber reducido muchas páginas en temas esenciales como matemáticas, literatura y español, por citar los principales apartados. Así mismo la Unión de Padres de Familia a nivel nacional los han objetado por contenidos ideológicos interesados en formar y adoctrinar a los niños y jóvenes con ideas marxistas que coinciden con los materiales educativos manejados en países como Cuba o Venezuela. Aun cuando se ha criticado a la SEP por la ausencia de transparencia en el proceso de creación de los libros, la secretaria Leticia Ramírez informó que no es así y que la información está abierta y puede ser consultada por internet.
Lo cierto es que la carga ideológica en los contenidos para apoyar al gobierno en turno es inaceptable ya que los criterios de los educandos deben formarse en un ambiente libre donde se muestren los avances universales del conocimiento para, con los años de formación y madurez, los estudiantes, ya adultos, elijan en total libertad sus preferencias ideológicas y políticas. Así se entiende que estados de la importancia de Chihuahua, Coahuila, Jalisco, Yucatán, Nuevo León y Guanajuato se hayan negado a distribuirlos, en tanto no haya una decisión judicial respecto al amparo concedido para detenerlos.
El encargado de los materiales educativos de la SEP, Marx Arriaga, muestra su admiración al “Marxismo” pero olvida que los países que se dicen socialistas o marxistas son cada vez menos y acusan severos signos de atraso social y económico donde sus habitantes hacen lo imposible por escapar a los regímenes autoritarios que los presiden. Y no olvidemos que el máximo bastión del socialismo, la antigua unión soviética, hace ya cerca de 50 años, acabó con ese sistema que tenía a la sociedad soviética en una verdadera camisa de fuerza que les impedía progresar y satisfacer sus necesidades básicas. Esos países no son en realidad marxistas ya que el filósofo alemán hablaba de una sociedad donde todos los seres humanos fueran felices, con los satisfactores que desearan y no limitados y adoctrinados por una élite burocrática que se eterniza en el poder y cancela sus libertades.
El conocimiento que la historia de la cultura nos ha dado, los vertiginosos avances científicos de este y el pasado siglo, demuestran que el desarrollo de la humanidad ha sido posible en virtud de progresos dialécticos donde en total libertad siempre se ha dejado atrás lo malo del pasado, pero se ha conservado lo bueno para llegar a una nueva síntesis que se traduzca en superación y progreso. Por ello los nuevos libros de texto son criticables, al no haber conservado mucho de lo bueno que tenían los anteriores para entregar un nuevo instrumento de conocimiento, con avances que ayuden a superar el terrible rezago que México tiene en educación, respecto a otros países y que se agudizó por causa de la pandemia. Y todo parece indicar por lo que hemos visto, que los nuevos libros, plagados de errores de diferente tipo, lejos de mejorar nuestro sistema educativo lo van a empeorar y el país estará en desventaja competitiva ante un mundo de economía global donde los más preparados alcanzarán mejor lugar para su desarrollo integral.