Claudia, la UAS, la ANUIES y la traición de Rocha al PAS

Álvaro Aragón Ayala

Claudia Sheinbaum Pardo, precandidata presidencial de Morena, tiene en su poder la radiografía exacta de un repudiado Rubén Rocha Moya y su gobierno que no atiende los problemas estructurales de Sinaloa y hace uso de todo el andamiaje gubernamental para la persecución política. El retrato de Rocha es la de un traidor. El gobernador no le garantiza en el estado el triunfo electoral a Claudia ni a los futuros candidatos de ese partido a las alcaldías, diputaciones locales y federales y al Senado de la República.

Hay preocupación en el equipo de trabajo y en la coordinación de la campaña de la aspirante presidencial morenista por la actitud de caza pleitos de Rubén Rocha Moya, quien tomó la ruta del abuso de poder en su ejercicio de gobierno. El atropello es la marca distintiva del gobierno estatal de Morena. El hecho de que no honre la palabra y haya traicionado al Partido Sinaloense y mantenga una persecución permanente contra los dirigentes de este instituto político, impacta negativamente en la convocatoria de la unidad de Claudia Sheinbaum.

Mario Delgado, presidente nacional de Morena, y Adán Augusto López Hernández, coordinador general de la campaña de Sheinbaum Pardo, colocan a Rubén Rocha como un personaje no confiable, caprichoso, represor y persecutor, que con sus acciones y su discurso bélico se ha ganado a pulso el repudio de diferentes sectores de la sociedad. El dato más exacto que poseen es que es un persecutor que criminaliza universitarios y a los actores políticos que le brindaron su apoyo para que llegara a la gubernatura y que ahora los lincha públicamente e intenta meterlos a la cárcel.

La alta traición de Rocha Moya a Héctor Melesio Cuén, dirigente estatal del Partido Sinaloense, dibuja a un gobernador desleal, que no respeta acuerdos, que tira a la basura los compromisos políticos. Con estos antecedentes, la cercanía del gobernador con la precandidata presidencial se configura, en los hechos, como el promotor del antivoto morenista. La palabra del mandatario estatal no tiene valor político. Carece de credibilidad.

El diagnóstico elaborado por Adán Augusto López Hernández señala al “factor Rocha” como un obstáculo en los planes de acercamiento político-electoral de Claudia Sheinbaum con la sociedad y con los universitarios de Sinaloa y del país por el grotesco proyecto del gobernador de intentar tomar por asalto a la Universidad Autónoma de Sinaloa, violando su autonomía y persiguiendo judicialmente a sus autoridades.

Necesarias para oxigenar el proceso de elección democrática 2024, las instituciones de educación superior aglutinadas en la Asociación Nacional de Universidades Públicas y Privadas podrian negar el voto a Claudia Sheinbaum por su “cercanía” con Rubén Rocha, quien a nivel nacional adquirió el rango de enemigo y destructor de las autonomías universitarias. Ninguna universidad del país le brindará el apoyo a la precandidata presidencial si avala el atentado de Rocha a la autonomía de la UAS.

Claudia Sheinbaum ya fue enterada que desde su toma de posesión, Rubén Rocha Moya pretende dominar y “administrar” a la Universidad Autónoma de Sinaloa a costa de lo que sea, tope en lo que tope, y que para lograr ese objetivo creó la inconstitucional Ley de Educación Superior o “Ley Rocha”, pero al fallar sus cálculos ahora utiliza a los diputados de Morena del Congreso Local, a la Fiscalía General de Justicia, al Supremo Tribunal de Justicia, a la UIPES y a la Auditoría Superior del Estado para intentar encarcelar a los funcionarios universitarios.

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