PRI, ¿éxodo final?
Alejandro Murat reconocía su cercanía a la Cuarta Transformación, pero también su pertenencia a una generación de servidores públicos que escogió militar en el PRI incluso en la época foxista.
Su padre fue un importante dirigente de las juventudes priistas en la época echeverrista y como gobernador de Oaxaca hizo frente a los embates del panismo, sin mucha fortuna. Murat Hinojosa y su hermano Eduardo optaron por una postura menos confrontacionista.
Vivir la extinción del PRI debe ser difícil. Y el exgobernador oaxaqueño (2016-2022) no quiso pelear con la administración lopezobradorista, que llevó a la entidad dos de sus proyectos emblemáticos: el Corredor Interoceánico y la reconfiguración de la refinería de Salina Cruz. Una inversión federal histórica —superior a 100,000 millones de pesos— valía la pena.
Murat Hinojosa no quiso revelar en una plática reciente si había recibido alguna oferta de la 4T para irse al extranjero. Lo que reveló es que buscaría la candidatura presidencial, aunque Alejandro Moreno ya había pactado con el Frente Amplio por México nominar a Xóchitl Gálvez.
A sus 43 años, Murat Hinojosa quería otra vez hacer campaña. ¿Al Senado? Sin problema, decía. Mi trabajo por Oaxaca me respalda. El escenario ideal es que el PRI lo sostuviera en un lugar prioritario en la lista nacional, pero la cúpula frentista no accedió a eso, ni la postulación de su hermano a la gubernatura de Morelos.
Y está la reactivación del Plan C… sin tantas estridencias, el exmandatario oaxaqueño renunció al PRI.Y enseguida, el alcalde con licencia de Cuajimalpa, Adrián Ruvalcaba, también se despidió del PRI con acusaciones graves hacia Alito Moreno. “Traidor y mentiroso”, le dio tras de enterarse del pronunciamiento alicancista a favor de Santiago Taboada.
Bajo sospecha por sus contactos frecuentes con el equipo de Claudia Sheinbaum (dentro de la UNA lo identificaron como informante de la jefa de gobierno), Ruvalcaba no era el priista mejor posicionado para la candidatura, sino el exsecretario de Turismo de la administración priista, Enrique de la Madrid, quien tiene asegurado un espacio en el gabinete de Xóchitl Gálvez o una posición en el Senado de la República.
El alcalde con licencia rechazó cualquier premio de consolación. Y es que —al igual que al exgobernador oaxaqueño— le ofrecieron un “lugar de riesgo” en el listado frentista.
Sin decidir su nueva membresía partidista, Ruvalcaba ha emprendido una tarea inmediata: desacreditar el acuerdo de las cúpulas del PRI, PAN y PRD entre las clases medias, con un voto de castigo. “No vamos a respaldar una candidatura (la de Taboada) manchada por la corrupción ni un proyecto que daña ala nacional”, sentenció, “así como me mintieron, lo harán con la ciudadanía”, sentenció.