Peronismo implosionó por populismo sin liderazgo
Carlos Ramírez
La felicidad que iluminó las expectativas de la candidata opositora Xóchitl Gálvez Ruiz y de su principal promotor Claudio X. González por la victoria de Javier Milei quiso mostrar la derrota en automático de Morena en el 2024 como reflejo de Argentina, pero mostrando la demagogia o, peor aún, la incapacidad de estratégica para el análisis geopolítico de las elecciones presidenciales mexicanas.
El peronismo nació en 1943 con la designación de Juan Domingo Perón como ministro del Trabajo de un gobierno golpista, pero se consolidó con la construcción de una alianza entre una figura de liderazgo propio y el apoyo de Eva Perón y los compromisos de proyecto gubernamental con los sindicatos argentinos que eran muy organizados y poderosos. A este bloque se agregó en los setenta un grupo juvenil activista organizado como guerrilla, los Montoneros, y dieron golpes espectaculares que ridiculizaron a la dictadura militar.
El peronismo cayó en 1955 y regresó al poder en 1973 con la candidatura delegada de Héctor Cámpora, pero entró en colapso de gobierno con el deterioro del poder de la presidenta sustituta María Estela Martínez Isabelita de 1974 a 1976 y el golpe castrense. El fin de la dictadura encontró un gobierno puente en la presidencia no peronista de Raúl Alfonsín en 1983 y el peronismo regresó al poder con Carlos Saúl Menem en 1989 y duró hasta la segunda presidencia de Cristina Fernández Kirchner que terminó en 2015. El opositor Mauricio Macri gobernó un quinquenio sin tener el poder y con los peronistas en contra y en 2019 de nueva cuenta el peronismo regresó con Alberto Fernández, quien había sido vicepresidente de Cristina.
Esta apretada síntesis del tiempo histórico de 1943 a 2023, 80 años, reveló el dominio político del peronismo como régimen populista, pero en proceso de deterioro por la agudización de las contradicciones sociales en el peronismo como partido de Estado.
Los propios peronistas argentinos no alcanzan todavía a explicar la victoria de Javier Milei y su propuesta totalmente contraria al peronismo. Una explicación de Sandra Russo, biógrafa de Cristina Fernández Kirchner, culpa a una equivocación del pueblo por haber roto “la continuidad de la memoria histórica” al votar por Milei y concluye que “los pueblos se equivocan”. En cambio, el analista Claudio Katz encontró el punto de inflexión que habría anunciado el fin histórico del peronismo y su derrota electoral en 2023: el hundimiento de Cristina Fernández en la corrupción, su anulación electoral y su renuncia a la candidatura presidencial peronista en 2022; ahí ganó Milei.
La primera reacción a botepronto de Gálvez Ruiz y X. González de celebrar la victoria de la ultraderechista Milei y su propuesta de proyecto económico neoliberal de corte FMI y decir que así caería el lopezobradorismo mostró la ausencia de pensamiento estratégico de quien quiere desplazar a Morena de la Presidencia, dejó entrever que la propuesta del ex Frente Amplio es neoliberal y salinista y mostró la ignorancia sobre la dinámica de los procesos sociales y políticos.
En el escenario histórico, el populismo priista mexicano –fundado por la Constitución, estructurado por Elías Calles y el Partido Nacional Revolucionario como partido de Estado y definido como ideología y estructura de clases por Cárdenas con el Partido de la Revolución Mexicana– fue derrotado por Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari en 1982-1994 y en su lugar se impuso el programa económico neoliberal del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. La frivolidad y superficialidad de la candidata Gálvez Ruiz no ha podido explicar si el proyecto político de López Obrador es populista o neoliberal-social, en tanto que por su apoyo entusiasta a la ultraderecha argentina reveló que su candidatura quisiera ser la versión mexicana y en femenino de Milei.
La victoria de Milei y la derrota histórica del peronismo fue producto del desarrollo de las contradicciones sociales y políticas del régimen populista, del deterioro del peronismo desde el ascenso de Isabelita, de la disfuncionalidad del pacto de clases por una política económica populista caótica y por la corrupción de los líderes sindicales, pero ninguna de esas circunstancias hoy expresada en México.
Con su apoyo reactivo a Milei, la candidata Gálvez Ruiz demostró que no tiene idea de lo que ocurre en el mundo.