¿Cree en las encuestas? Yo tampoco
Juan Manuel Asai
Uno de los puntos claves de la estrategia del presidente López Obrador para que Morena gane la elección presidencial del 2024 y, de ser posible, se queden con la mayoría calificada en el Congreso es establecer la idea de que ya lo lograron, de que ya ganaron de calle y que la elección es un mero trámite, casi una pérdida de tiempo y dinero.
Su principal arma para conseguirlo son las encuestas, donde tienen la complicidad de las casas encuestadoras y de los medios donde se publican. Las encuestas le otorgan a la doctora Sheinbaum una ventaja de 25 o más puntos, lo que es una locura porque el gobierno de López Obrador entregará al país malas cuentas en materia de seguridad, salud y educación. No hay una explicación lógica de que la gente esté tan feliz que quiera que Morena se quede con carro completo como si estuviéramos en jauja. Las encuestas ya no son un ejercicio científico, son un ardid de propaganda política. ¿Usted cree en las encuestas? Yo tampoco.
Me pregunto si premiarán a Morena en las urnas las personas que son víctimas de extorsión por el delito de tener una chamba, ya sea vendiendo pollos, aguacates, limones o manejando un taxi. El crimen organizado, ante la apatía y la ineficacia de las autoridades, le cobra un impuesto extra a todo mundo. ¿Los afectados votarán por el gobierno? Es raro porque brindar seguridad a las personas y sus bienes es la razón de ser del Estado, por eso existe. Si no cumple no sirve. El gobierno de AMLO ya rompió el récord histórico de homicidios y en muchos territorios el poder real es la mafia. Así, tal cual.
¿Los familiares de los pacientes de cáncer o de cualquier otra enfermedad que no reciben sus medicinas llegarán a las urnas para votar por Morena? Dar las medicinas no es un gesto amable es una obligación constitucional. ¿Los familiares y amigos de quienes perdieron la vida durante la pandemia quieren que Morena siga en el gobierno? Casi ya no se dice, pero en la época de la pandemia hubo una mortandad excesiva de más de 700 mil personas. El gobierno falló y el presidente López Obrador y el doctor López Gatell tienen que rendir cuentas por la irresponsabilidad de decirle a la gente que no usara cubrebocas, que siguieras reuniéndose, que se protegieran con escapularios, que la gente honesta no se contagiaba. ¿Quieren más de eso?
En cuando a la educación los resultados de la más reciente prueba PISA lo dice todo. México sigue cayendo en matemáticas, lectura y ciencias, una vergüenza colectiva. Regresemos a la pregunta, cómo es posible que un gobierno que ha tenido ese desempeño tenga más de 20 por ciento de ventaja en las encuestas, en algunos casos la ventaja es incluso superior, de 30 puntos. Es cierto que los programas sociales tienen a mucha gente atrapada con grilletes y mientras les siga cayendo una lanita le pasarán al gobierno todos sus errores e insuficiencias. Que el gobierno haga lo que quiera mientras me sigan dando algo de dinero cada mes, parece ser el pensamiento dominante, o al menos eso quieren establecer mediante las encuestas. Los medios son parte de esta estrategia de dar por ganada la elección incluso antes de que empiecen de manera formal las campañas. Nadie se quiere enemistar con los seguros ganadores que manejarán seis años más el presupuesto. Vivir lejos del fogón presupuestal da mucho frío.
Ya se verá que nos deparan las próximas semanas. No personalizo en las prendas personales de las candidatas y el nuevo invitado, el señor Máynez, me refiero a la estrategia gubernamental de difundir el mensaje de que ya ganaron, que no hay nada qué hacer, y como prueba presentan encuestas que hablan de ventajas descomunales, fantasiosas, falsas.