La Fiscal independiente
Francisco Ortiz Pinchetti
La frustración de los morenistas de la Ciudad de México, –incluida Claudia Sheinbaum Pardo, la ex jefa de Gobierno–, ante la resolución del Congreso local de no ratificar a Ernestina Godoy Ramos como Fiscal General de Justicia capitalina, hizo que de plano se descararan. Dirigentes y funcionarios de la autollamada Cuarta Transformación se volcaron para arroparla como lo que realmente ha sido y es: una de ellos.
La propia hoy precandidata a la Presidencia la colmó de elogios (“mujer honesta, profesional, incorruptible, un ejemplo de cómo se procura la justicia”, dijo) y le ofreció una senaduría. El jefe de Gobierno interino, Martí Batres Guadarrama, aseguró que ella “puso la ley por encima de cualquier reclamo y acuerdo político para tener libertad e impunidad que es lo que reclamaban” y subrayó que “su perfil es exactamente lo opuesto a los viejos procuradores priistas y panistas”. Y el mismísimo Presidente de la República declaró que Ernestina Godoy tiene las puertas abiertas en el Gobierno federal “en lo que ella quiera” (sic).
Curiosamente, todos ellos, y otros, no destacaron los logros de la ex Fiscal en la lucha contra la delincuencia en la Capital, sino sus investigaciones contra dirigentes y ex alcaldes del PRI y del PAN, partidos que han denunciado precisamente una persecución política de la FGJCDMX en contra de sus militantes, con claras intenciones electorales.
La cuestión es que la transformación de la antigua Procuraduría General de Justica en una Fiscalía contemplada por la Constitución Política de CDMX, tuvo por objeto precisamente dar al órgano de impartición de justicia un carácter autónomo e independiente frente a los poderes Ejecutivo y Legislativo.
Así lo establece la Ley Orgánica de la Fiscalía General de Justicia de Ciudad de México (FGJCDMX), aprobada por la I legislatura del Congreso capitalino y promulgada por la propia Sheinbaum Pardo a través de su publicación en la Gaceta Oficial el 24 de diciembre de 2019.
En su artículo 2, precisa la Naturaleza Jurídica de la nueva entidad judicial: “La Fiscalía General de la Ciudad de México, es un organismo público constitucional autónomo, de carácter especializado e imparcial, con personalidad jurídica y patrimonio propio, con autonomía técnica, presupuestal, y de gestión plena”.
Más adelante fija en su artículo 6 los Principios Rectores de su Actuación, entre los que destaca “su autonomía, legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, transparencia, inmediatez, honradez y el respeto a los Derechos Humanos”. Y finalmente, en el 39, indica que la persona titular de la Fiscalía será “independiente en su actuación”.
Es obvio que en el caso de la “fiscal carnal” no ocurro así.
Tampoco extraña que la propia Godoy Ramos, una vez rechazada su ratificación, haya maniobrado a última hora para dejar en manos “confiables” la Fiscalía. En el último día de su gestión, sin el menor rubor nombró como Coordinador General de Investigación Territorial, a su vocero y coordinador de asesores, Ulises Lara López, para que sea él, conforme a la Ley Orgánica, quien quede al frente de la dependencia como “encargado del despacho” en tanto se nombra un nuevo Fiscal, lo que difícilmente ocurrirá en lo que queda del actual sexenio.
Lara López es un experto en el arte de acusar sin inculpar. Para ello recurre al tiempo verbal condicional compuesto o pospretérito, como ocurre con el término “podría”, al que agrega además, habilidosamente, expresiones como “posible”, “aparentemente” o “probable” para afirmar sin afirmar.
Evidentemente, tiene también nociones de periodismo y de manejo de medios, pues sus “conferencias de prensa” videograbadas –obvio, sin preguntas– resultan eficaces en resultados informativos: da nota. Su técnica es precisamente esa: sentenciar en los medios a determinada persona o grupo, sin inculparlo formalmente en la acusación judicial. Le llaman también “linchamiento mediático”.
La técnica de Lara López ha sido usada para involucrar tanto al ex dirigente del PRI en CDMX de “probable” trata de personas como a ex funcionarios del PAN en la alcaldía Benito Juárez de “posibles” delitos como cohecho y extorsión en materia inmobiliaria. El caso es que ninguno de los inculpados ha sido hasta ahora procesado. Ni uno solo.
La despedida de Godoy Ramos, disfrazada de Cuarto Informe de actividades, resultó un homenaje para la Fiscal saliente. Su discurso fue interrumpido por aplausos en 16 ocasiones. Advirtió que desde el día siguiente saldría “a las calles” con sus “compañeros candidatos” para informar a la gente sobre los actos de grupos políticos dedicados a la corrupción inmobiliaria y la trata de mujeres en la capital, en referencia a militantes del PAN y del PRI, respectivamente.
Ahí estuvieron el jefe de Gobierno interino, el Fiscal General de Justicia de la República, la secretaria de Gobernación, el magistrado Presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, el secretario de Seguridad Ciudadana, la consejera Jurídica de la Presidencia de la República, el presidente del Consejo Ciudadano de CDMX, así como mandos militares, legisladores locales y federales, funcionarios de la propia FGJCDMX, representantes sindicales, fiscales y procuradores de distintos estados y autoridades de los tres niveles de gobierno, entre otros. El lugar fue de lo más apropiado: el Altar a la Patria. Válgame.