La imperdonable desinformación

Rafael Cardona

Hay dos cosas imperdonables en un político: la desinformación y el ridículo. Y en muchas ocasiones una lleva a lo otro.

El reciente caso de las colombianas “secuestradas”, cuando se trataba de un contrato de servicios de acompañamiento (eso significa “escort” –escolta–, lo cual, se usa como sinónimo eufónico para designar a la profesión más vieja del planeta), puso en evidencia los yerros impulsivos del presidente de Colombia, Gustavo Petro quien –para decirlo con lenguaje coloquial–, se aventó como “El Borras” en un agradecimiento injustificado cuya finalidad, obviamente, era quedar bien con su correligionario populista, Andrés Manuel López Obrador y fingir una preocupación por el caso aislado cuando poco se hace contra las mafias de tratantes capaces hasta de exportar servidoras.

“(LR).- El presidente de Colombia Gustavo Petro externó un agradecimiento al Gobierno de México por el trabajo en favor de la localización de las nueve colombianas presuntamente secuestradas en Tabasco, quienes fueron halladas con vida la noche del sábado.

“A través de un mensaje en su perfil de X, Gustavo Petro se refirió a la localización de las nueve (sic) mujeres, que la noche del sábado fue confirmada por el gobernador de Tabasco Carlos Merino (otro patinazo).

“Han aparecido y han sido rescatadas las colombianas retenidas por mafias en México”, dijo Petro.

Aquí debe hacerse una precisión: la condición contratada de las 8 mujeres cuyo trabajo de exportación, debería ser investigado por la autoridad colombiana del punto de origen, no del sitio de destino. Las jóvenes enganchadas por un sistema internacional de explotación –y exportación–, deberían preocupar al gobierno de allá; no sólo al de acá cuya boca se ha mantenido cerrada ante el asunto.

No es sólo el falso secuestro sino tan singular forma de tolerar el turismo sexual en medio de una crisis migratoria mayúscula.

Sin contrato, no hay trato, ni trata. De eso se trata.

Los migrantes de cualquier país no hallan buen trato (pueden perecer en una hoguera del INM en Ciudad Juárez), ni respeto a sus derechos humanos en México ; las caravanas de migrantes famélicos y necesitados, de a pie sufren las de Caín, pero cuando – diría Vargas Llosa–, las “visitadoras” llegan en avión, pueden participar en actividades festivas, entretenidas y quien sabe cuánto más (las posibilidades del encuentro colectivo son infinitas) y si hubiera alguna sospecha por su destino, ya se moverán en abierto desatino, el cielo y la tierra para hallarlas, excepto si ellas mismas dicen aquí estamos.

Una vez lograda la hazaña de “liberar” ni a las secuestradas cuyo secuestro no ocurrió –todo generado por la llamada de una de ellas, ebria, a su mami en Colombia–, hasta el jefe del Estado colombiano se desbarató en loas a quien logró algo no visto desde el salvamento israelí de los rehenes en Entebbe.

“El subsecretario de Seguridad Pública de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Luis Rodríguez Bucio, informó que las colombianas halladas en Tabasco fueron contratadas para acudir a una fiesta, y negó que fueran retenidas en contra de su voluntad.

“Este martes 16 de enero, durante la conferencia mañanera en Palacio Nacional, Rodríguez Bucio aseguró que “todas (las colombianas) se dedican al servicio de acompañamiento y fueron contratadas para una fiesta privada mediante un chat”.

“El funcionario federal aseveró que todas “por su voluntad permanecieron en el lugar de la fiesta hasta el 13 de enero” (eso se llama, dormir la mona o curarse la cruda).

“Negaron ser retenidas o secuestradas, incluso, una de ella editó un video donde manifestó estar bajo los influjos del alcohol y sentimental cuando se comunicó con su familiar en Colombia y se dijo sorprendida al saber que las buscaban”.

Dos jefes de Estado metidos en un enredo de congal.

FIDEL

Le dijo Fidel a un embajador mexicano: Cuba tiene las mejores putas del mundo: tiene grados de licenciatura muchas de ellas.

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