El Senado, nido de corcholatas
Juan Manuel Asai
Las corcholatas ven a Andrés Manuel López Obrador como jefe político y a Claudia Sheinbaum como rival que, por si fuera poco, les ganó por la mala.
¿A quién se le ocurrió convertir al Senado de República en nido de corcholatas? Los señores que compitieron contra Claudia Sheinbaum en el proceso de Morena para encontrar candidato presidencial son rivales de la poseedora del bastón de mando. De su boca y sobre todo de la boca de gente de su equipo salieron los descalificativos más contundentes en contra de la doctora Sheinbaum.
Es otra de las ideas de AMLO, puede usted apostarlo. El presidente ha demostrado una y otra vez que no le importa incomodar a Claudia y su verdadero equipo de trabajo y por eso ha presionado para que las corcholatas sean premiadas con cargos en el sexenio que acaso presida Claudia. Al darle vida a las corcholatas, el presidente las convierte en rivales de Claudia para el 2030, cuando le toque a ella decir las palabras mayores sobre quien la suceda.
El presidente le da a Adán Augusto, Marcelo, Gerardo, Ricardo la oportunidad de competir de nuevo por la candidatura presidencial, lo cual es algo inaudito. La doctora Sheinbaum no les debe nada a las corcholatas. No tiene sustento suponer que ella quería a Adán Augusto como número uno en la lista para el Senado. El tabasqueño hizo la peor precampaña, plagada de caprichos personales y ha estado lejísimos de Claudia.
Si Claudia no comienza a pintar su ralla, aunque sea para tener espacio para operar, su presidencia comenzará arrinconada, que alguien se lo diga.
El Segundo Piso
La propaganda del partido oficial asegura que el próximo sexenio se construirá el Segundo Piso de la 4T. Es una referencia al Segundo Piso del periférico, la obra que puso a la doctora Sheinbaum en el círculo íntimo de López Obrador cuando el tabasqueño era jefe de Gobierno de la CDMX. La elección de junio gira en torno a la pregunta de si la 4T merece una nueva oportunidad al frente del gobierno federal, o no.
Morena ganó en la elección de los 2018 treinta millones de votos, que en la elección del 2021 se transformaron en menos de 17 millones. ¿Seguirá bajando?
Muchas encuestas dan al partido del gobierno ventajas estratosféricas, increíbles, algunos incluso superiores a 50 puntos lo que es francamente irrisorio y solo se explican por una carambola económica entre el gobierno que financia, la casa encuestadora que hace las preguntas y los medios que publican los resultados.
Pero volvamos a la pregunta de si el equipo de López Obrador merece quedarse otros seis años en Palacio Nacional. El gobierno se sostiene en dos pilares: los programas sociales, la entrega de dinero de manera directa a la población, en particular el programa de ayuda a los adultos mayores que es sin duda la política pública con mejores resultados electorales de la historia.
El otro pilar son las conferencias mañaneras por medio de las cuales el presidente, con un desgaste personal importante, mantiene el control de la agenda y de lo que podría denominarse grilla cotidiana defendiendo sus causas y atacando de manera sistemática a sus rivales. ¿Le alcanzará con eso para ganar?
El gobierno entregará al país muy malas cuentas en materia de seguridad, lo que es particularmente grave porque eso, dar seguridad, es la razón de existir del Estado. Las bandas del crimen organizado son más poderosas y cínicas que nunca antes, el sexenio romperá la cifra histórica de homicidios, los obispos hacen la chamba de negociar con los carteles y México tiene varias de las ciudades más peligrosas del planeta. Además, la DEA tiene cuentas pendientes con AMLO y en cualquier momento puede dar el golpe definitivo.
Con información de Crónica