Examen Sinaloense: escándalos e infamias
Álvaro Aragón Ayala
No se sabe que mecanismos se usaron para callarla o es por iniciativa propia su mutismo, pero extraña, al nivel de la sospecha, el silencio de Noemí Rivera, la trabajadora de los programas del Bienestar que enderezó denuncias por abuso sexual en contra de varios funcionarios públicos.
Entre los perpetradores directos señaló a Antonio Aguilar Gómez, exdirector regional de la Secretaría de Bienestar en Culiacán; Juan de Dios Gámez Mendívil, alcalde de Culiacán; y Leobardo Gallardo Beltrán, actual Magistrado.
A la titular de la secretaría de las Mujeres, María Teresa Guerra Ochoa, la acusó de omisión, mientras que – dijo- Enrique Inzunza Cázarez, actual secretario general de Gobierno, enfrenta acusaciones de amenazas para retirar denuncias.
Noemí Rivera permaneció callada durante el proceso electoral ¿Se le amenazó para que no expusiera al calor de las contiendas sus denuncias? Su silencio se extendió y llegó a mediados de junio ¿Se habrá convencido de que en este régimen jamás encontrará justicia? Aquellos que acusó siguen acumulando poder político y administrativo
LA ALINEACION DE TERE GUERRA
El gobernador Rubén Rocha Moya realinea sus piezas con la vista fija en la próxima legislatura del Congreso Local. El plan es colocar un dirigente sumiso en la bancada de los diputados morenistas y a una mujer bajo control que se encargue de la Junta de Coordinación Política para operar perversidades.
Para la JUCOPO ya tiene lista a María Teresa -la Tere- Guerra Ochoa, ex perredista mutada al morenismo, hermana de aquel Juan Nicasio, quien en la campaña en busca de la gubernatura de Mario López Valdez hizo escarnio del empresario Jesús Vizcarra Calderón, adjudicándole barbaridad y media.
Con Tere Guerra en la JUCOPO no vaya a pensar la sociedad que se esperan cosas buenas en el Poder Legislativo. Es la ficha que el gobernador usará para continuar atacando a los directivos de la Universidad Autónoma de Sinaloa y que satanizará, desde la tribuna, cualquier protesta social o reclamo de los sectores productivos.
El único “prietito en el arroz” que tenía Tere Guerra para impulsar su carrera en el gabinete o círculo rochista, lo fue, en un tiempo, Enrique Inzunza Cazarez, con quien tuvo diferencias por “defender” a la Jueza Ana Karina Aragón Kutino, pero la mandó al demonio y en pago la colocaron en la Secretaría de la Mujeres, de donde brincará a diputada local pluri. Les sale cara, sin embargo, es la ideal para el ejercicio del linchamiento público.
EL CONTRATO DE JESUS VALDEZ PALAZUELOS
Jesús Valdez Palazuelos, fue contratado por el gobernador Rubén Rocha Moya, para que, en la justa electoral pasada, le quitara votos precisamente al PRI, partido del que Jesús fue dirigente estatal. Logró con las siglas del PVEM arrebatarle al tricolor poco más de 90 mil votos que no fueron suficientes para derrumbar el proyecto senatorial de la priista Paloma Sánchez.
No cumplió, pues, al 100 por ciento, la encomienda gubernamental pese a que por sus manos desfilaron millones de pesos “anónimos” otorgados como respaldo a su campaña verde al Senado de la República.
No se sabe si el gobernador quiera en Sinaloa al frente del PVEM a Jesús Valdez, quien si bien le servirá dos años para armar jugadas sucias en el Congreso Local por la vía de algunos diputados locales, en el 2027 lo desafiará porque va a querer convertirse en candidato al gobierno de Sinaloa. Esa aspiración de Valdez es enfermiza.
ROXANA RUBIO Y LA SUMISIÓN GUBERNAMENTAL
Por más que procure, la dirigente estatal del PAN, Roxana Rubio Ayala, no oculta sus negociaciones políticas a traspatio con el gobernador Rubén Rocha Moya. En la pasada elección, no tuvo una participación activa, más bien fue pasiva, como “convidada de piedra”, en la campaña de Paloma Sánchez.
Con Roxana, el PAN no movió, no despertó, el voto azul, no arengó a favor de la alianza “Fuerza y Corazón por México”, dejando al garete a Paloma Sánchez y a los candidatos a alcaldes y diputados, con excepción de uno, Domingo -Mingo- Vázquez, abanderado del PAN-PRI-PAN-PAS, con el que Enrique Inzunza planeó “reventar” el proyecto político de Gerardo Vargas Landeros.
No son pocos quienes gestan la teoría de que Roxana Rubio podría cobrar en la “nómina secreta” de Rubén Rocha, cábala que alcanzó el nivel de reforzada hipótesis al mandarle un “guiño” al gobernador de que los cuatro futuros diputados pluris del PAN están dispuestos a “dialogar” con él. El deslinde de la dirigente panista del PRI, el PRD y el PAS, entra en la ruta de la rentabilidad económica y el mercadeo político y, por supuesto, de las ganancias que obtendrían por servirle a Rubén Rocha en el Congreso.