De Hoyos: plagiario y reventó alianza Claudio-oposición-INE

Carlos Ramírez

Después de haber convivido con complicidad con los partidos políticos que hoy repudia con asco, el exdirigente de la Coparmex Gustavo de Hoyos Walther dio un paso estratégico que dinamitó todos los esfuerzos de Claudio Décimo (X.) González y su alianza Va por México con el PRIANREDE y el INE de Woldenberg y Córdova Vianello para definir un candidato presidencial opositor en 2024.

El paso rupturista de De Hoyos, por principio de cuentas, fue un vulgar plagio: su discurso político electoral en torno a su pre-precandidatura de sí mismo a la presidencia se dirigió en torno al grito de campaña de que “¡estamos hasta la madre!”, pero sin reconocer que fue un grito de dolor en abril de 2011 del poeta Javier Sicilia para protestar contra el asesinato de su hijo en Cuernavaca y su protesta se organizó en torno a una carta abierta que derivó en una monumental marcha en las calles al grito de “¡estamos hasta la madre!”, además de que plasmó sus movilizaciones en un libro titulado justamente Estamos hasta la madre (editorial Planeta).

Como la ministra Yasmín Esquivel Mossa, De Hoyos plagió con impunidad a Sicilia y manipuló por razones políticas un grito de dolor por el asesinato de Juan Francisco Sicilia. A este plagio debe agregarse la falta de experiencia política e información de De Hoyos sin darle una repensada a una experiencia similar –también plagiada— que vio el país en 1988 con la candidatura presidencial del expresidente de la Coparmex y expresidente del Consejo Coordinador Empresarial, Manuel J. Clouthier, después de haber insultado a los partidos políticos: “no tengo hígado para hacer del PRI, no tengo estómago para hacer del PAN, soy del PUP (Partido Unico de Pendejos, según el autor de la picardía mexicana Armando Jiménez Farías)”. Clouthier se tuvo que tragar sus palabras, fue candidato por el PAN y apenas alcanzó 17% de los votos, aunque su figura creció cuando se tomó del brazo del candidato opositor frentista Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y la candidata trotskista Rosario Ibarra de Piedra.

De Hoyos se sumó el proyecto de Décimo González (caracterización del columnista Koldo Herria de El Independiente), el PRIANREDE y el INE de Woldenberg y Córdova, con la intención de ser ungido como el candidato presidencial ciudadano de esa gran coalición en junio de 2024, a partir del reconocimiento en 2020 de que los partidos estaban desprestigiados y que se necesitaba una candidatura ciudadana salida del sector empresarial derechista –Coparmex es un sindicato patronal– y antisistémico, bases de proyectos fascistoides.

La jugada estratégica del empresario Décimo González fue utilizar a los partidos como base de acarreo electoral y vigilancia de casillas, pero construir una candidatura diferente que representará los intereses empresariales opuestos a la interpretación del señalado proyecto populista lopezobradorista, luego de los insuperables obstáculos para perfilar a Woldenberg o a Córdova como candidatos presidenciales.

Después de la segunda marcha de defensa del INE, la alianza tripartita PIANREDE se desligó del grupo de De Hoyos y Décimo González, sobre todo cuando el PAN negoció la cesión de las candidaturas a gobernador en Estado de México y Coahuila, a cambio de la aceptación del PRI de que fueran panistas las candidaturas al Gobierno de Ciudad de México y a la presidencia de la República en 2024.

La candidatura de Clouthier en 1988 no respondió a una motivación ciudadana, sino que encumbró al empresario que había sido uno de los más radicales críticos de la expropiación de la banca en septiembre de 1982 y que había tejido un acuerdo político de la corriente derechista en el PAN de Luis H. Álvarez con los empresarios bárbaros del norte, apoyados por el embajador John Gavin y la jerarquía católica.

En este contexto histórico, la candidatura del ex Coparmex De Hoyos no representa de ningún modo alguna alianza ciudadana plural, sino que se basa del sentimiento fascistoide de repudio a los partidos y a los políticos y en el objetivo de potenciar el voto ciudadano no partidista que habían perfilado un poco las marchas por el INE, pero que no habían podido cuajar en la coalición Unid@s o Va por México, impulsadas y financiadas con los recursos del empresario Décimo González.

Con cuando menos dos plagios –el grito de guerra y el ejemplo de Clouthier–, De Hoyos solo causó memes con su mensaje de la clase media desideologizada y despolitizada que anda en busca de líderes rupturistas contra el sistema político vigente.

El contenido de esta columna es responsabilidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica.

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