Narcocracia: Un Análisis desde la Perspectiva de Freud y Marx

Ernesto Alonso López

Desde la visión freudiana, la narcocracia podría ser interpretada como un síntoma del inconsciente colectivo de la sociedad. Freud argumentaría que el ascenso del crimen organizado al poder político refleja las pulsiones oscuras y reprimidas que yacen en lo más profundo del psiquismo humano. La corrupción política sería una manifestación de los instintos egoístas y destructivos del individuo, mientras que la coacción del narcotráfico representaría una proyección de las fuerzas irracionales que residen en el inconsciente. Desde esta perspectiva, la narcocracia podría ser vista como un fenómeno patológico que requiere un análisis psicoanalítico profundo para su comprensión y tratamiento.

Por otro lado, desde la óptica marxista, la narcocracia se analizaría como una expresión de las contradicciones inherentes al sistema capitalista. Marx argumentaría que el ascenso del crimen organizado al poder político es una consecuencia inevitable de la explotación y alienación económica que caracteriza al capitalismo. La corrupción política sería vista como una manifestación de la lucha de clases, donde la clase dominante utiliza su poder político para preservar sus intereses económicos a expensas de la mayoría trabajadora. La coacción del narcotráfico, por otro lado, sería interpretada como una forma extrema de resistencia contra un sistema injusto y opresivo. Desde esta perspectiva, la narcocracia sería vista como un síntoma de las contradicciones internas del capitalismo, que solo pueden resolverse mediante la abolición de las relaciones de producción capitalistas y la construcción de una sociedad socialista basada en la igualdad y la justicia.

En última instancia, aunque desde la superficie parecen perspectivas divergentes, la mirada de Freud y Marx sobre la narcocracia revela una convergencia en su comprensión del fenómeno. Ambos enfoques destacan la importancia de examinar las dinámicas subyacentes del poder, la opresión y la alienación en la sociedad contemporánea. Desde la síntesis de estas perspectivas, podemos obtener una comprensión más completa de la narcocracia y trabajar hacia soluciones que aborden tanto sus manifestaciones superficiales como sus raíces profundas en la psique humana y las estructuras económicas.

En el análisis freudiano, también se podría argumentar que la narcocracia refleja una manifestación del principio del “Ello”, la parte más primitiva y básica de la mente según la teoría psicoanalítica. Desde esta perspectiva, el impulso de dominación y poder inherente al narcotráfico surge de un deseo de gratificación inmediata y de la búsqueda de placer sin considerar las consecuencias morales o éticas. La corrupción política, entonces, sería una expresión de la incapacidad del “Yo” y el “Superyó” para controlar y reprimir estos impulsos primitivos, resultando en un deterioro del tejido social y político.

Por otro lado, la mirada marxista podría profundizar en cómo la narcocracia sirve como un mecanismo de control ideológico para mantener el status quo capitalista. Marx destacaría cómo el narcotráfico no solo explota económicamente a las comunidades marginadas, sino que también perpetúa una falsa conciencia que desvía la atención de las verdaderas raíces de la opresión. La coacción del narcotráfico no solo es una forma de resistencia, sino también un recordatorio de la necesidad de una revolución proletaria que desafíe las estructuras de poder es tablecidas y establezca un sistema basado en la equidad y la justicia social.

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