Un ‘tropiezo’ costoso para AMLO. Así funcionó y gastó el Insabi de 2020 a 2023

Linaloe R. Flores

En los últimos cien días de su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció obstáculos en la puesta en marcha de uno de sus proyectos estelares, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). En la conferencia “mañanera” del 10 de julio pasado, admitió respecto al Instituto lo que hasta ahora no ha emitido en torno a ningún otro proyecto. “Ahí tuvimos un tropiezo, se corrigió y ahí vamos adelante”, expresó.

Comisión Nacional de Protección Social en Salud –Seguro Popular–, instituida en el gobierno del expresidente Vicente Fox Quesada (2000-2006) en 2003 y continuada por el de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012). El Insabi, a decir del mandatario saliente, no pudo escapar de “las inercias” del Seguro Popular dado que en su operación continuó la transferencia de recursos federales a los gobiernos de los estados y en muchos casos, se desviaron para otros fines.

Esta es la historia de cómo usó su presupuesto el organismo que fue el eje de la política pública del sector salud para atender a las poblaciones vulnerables sin acceso a los servicios de salud por no tener un trabajo formal, la cual, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, es de 32.8 millones de personas.

Aun con sólo cuatro años de vida en la administración pública, el Insabi generó un pastel de contratos públicos que le fueron otorgados a decenas de empresas. Pero, dicho por el mismo presidente, su utilidad no alcanzó a cambiar el rumbo.

De 2 mil 596 contratos localizados por Reporte Índigo en CompraNet, el 67.8 por ciento fue otorgado por adjudicación directa, el procedimiento que no implica concurso. El 18.2 por ciento fue por licitación pública y 0.7 por ciento por invitación a tres personas. El resto fue por Contrato entre Entes Públicos.

Más de 2 mil 500 contratos firmados y decenas de empresas beneficiadas

Visto a través de sus compras públicas, el Instituto dejó una estela de más de 2 mil 500 contratos firmados62 mil millones de pesos gastados y decenas de empresas beneficiadas. La mayoría de compras fue saldada en 2022 y 2023, pero decenas se quedaron abiertas hasta el último día de 2024, de acuerdo con una localización en CompraNet de Reporte Índigo.

Con un promedio de erogaciones de más de 24 millones de pesos por contrato, el Insabi gastó, sobre todo, en productos farmacéuticos, pruebas de laboratoriomaterial de curaciónvacunasadquisición de mobiliariomantenimientoasí como material de limpieza.

Hubo una ausencia marcada. En su lista de contratos sólo se encuentran 10 compras relacionadas con la adquisición de medicamentos para la salud mental que fueron realizadas en 2020, el primero año de sus funciones.

En paralelo, organizaciones civiles señalaron la ausencia de medicamentos en los anaqueles y alertaron de los riesgos de esta escasezCero Desabasto reportó que en 2021 las patologías de este tipo fueron las que más quejas generaron por falta de medicinas. A su vez, la Federación Nacional de Colegios, Sociedades y Asociaciones de Psicólogos de México A.C le envió una carta al presidente López Obrador en la que señaló que el Insabi no contaba con las condiciones “para que las y los mexicanos desfavorecidos económicamente” accedieran a servicios públicos de salud mental suficientes.

Todo, adquisiciones y carencias, fue transferido al IMSS-Bienestar, que ahora está por ser retomado por la nueva administración federal de la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo. Así está asentado en la iniciativa aprobada por el Congreso de la Unión para consolidar su extinción y el plan para el sector salud del gobierno por iniciar en octubre próximo.

Intención de replicar estrategia con IMSS Coplamar, falló

“En el caso de la salud (…) Ahí no funcionó lo que teníamos pensado desde el principio, teníamos pensado del IMSS Bienestar porque teníamos la experiencia, yo fui director del Instituto Nacional Indigenista en Tabasco cuando salí de la escuela, joven, en 1977”, relató el presidente en su conferencia matutina del 10 de julio pasado y entonces refirió su experiencia con el IMSS Coplamar, el cual iba a ser espejo del Insabi.

El primer mandatario explicó que intentó replicar ese modelo que él mismo diseñó cuando fue funcionario federal en Tabasco en el gobierno de José López Portillo (1976-1982) para crear unidades médicas rurales y hospitales para la atención de segundo nivel. Pero luego admitió que el proyecto no logró cimentarse por varios factores en contra como la falta de una legislación para la compra de medicamentos en el extranjero, el reparto de insumos a clínicas y hospitales, y la pandemia de COVID-19.

Con información de Reporte índigo

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