Cruces que enlutan al pueblo de Sinaloa
Alfonso Carlos Ontiveros Salas
Filas de cruces que enlutan a numerosas familias con esta guerra de bandos del cártel de Sinaloa. La traición del 25 de julio pasado desató la cruenta batalla.
Movilizaciones y fuertes escaramuzas entre delincuenciales y otras contra autoridades por calles, carreteras y caminos del estado, han ocasionado un terror ciudadano obligando a las familias a resguardarse en sus domicilios para protegerse de las balas asesinas.
Hay flashazos intermitentes de una tranquilidad que está muy lejos de la realidad, porque de repente aparecen de nuevo esas llamaradas de fuego que provocan el pánico por los estruendos de las balas. Mas de 100 muertes que se tienen registradas, una cifra que puede ser mayor, porque las cifras del gobierno no siempre dicen la verdad.
La línea de infortunios que ocasiona esta colisión entre chapítos y mayitos, se puede prolongar. Tampoco hay visos de que alguna autoridad los pueda detener. Lo que si se palpa en la percepción ciudadana es un vacío de poder.
No solo son las muertes que ocasiona este conflicto, súmele también la creciente cifra de personas desaparecidas en esta guerra sin cuartel. La sospecha ciudadana es que no solo son las pandillas en conflicto las que levantan a placer, dicen también que lo han hecho algunas policías.
Tampoco escapa en esta lucha, el incremento desmedido en el despojo de vehículos automotores por la gente armada que asola ciudades y rancherías. La gente pierde la vida, libertad y patrimonio ante esos grupos criminales, sin que tenga garantías de la solución de sus problemas.
La población se cansa, los empresarios se desesperan, el reclamo de paz es insistente por todas partes del estado y más allá de sus fronteras. Muchos militares arriban al estado, pero no han sido lo suficiente para detener esta ola criminal que tiene en llamas al estado.
El Congreso del Estado le ha dado la espalda a sus representados, para nada se ha ocupado de exigir al Gobierno que disponga de lo que tiene, y si no hay policías, que la tropa militar se encargue de restaurar la paz y la tranquilidad de las familias de las balas asesinas que ya han causado muchas bajas.
Ya basta, que pase el tiempo y el gobierno no reaccione ante una ola criminal sin precedentes. Ya dejen en paz a la Universidad Autónoma de Sinaloa y pónganse a trabajar en lo que ocupa Sinaloa en estos momentos de crisis y desesperación ciudadana. Las balas asesinas siembras cruces y enlutan a numerosas familias.
Es hora de que privilegien la seguridad de los sinaloenses, y que ya dejen trabajar en paz a la UAS. Son muchos los jóvenes que exigen armonía y lanzan el desafío de salir a la calle y exigir del gobierno que los dejen en paz.
El 25 de julio no solo es una fecha de traición, también es una fecha que enluta a la familia y a muchos amigos y simpatizantes del Mtro. Héctor Melesio Cuén Ojeda. A la Fiscalía General de la Republica se le pide celeridad en las investigaciones y se aclaren las omisiones graves de la fiscalía estatal. Justicia y castigo a los culpables de tan abominoso crimen.
Exigimos como ciudadanos seguridad para todos. Basta de cortinas de humo para ocultar la violencia que nos aniquila. El estado está de rodillas ante una ola criminal que no la pueden parar. Ya basta que el estado se siga llenando de cruces con esta beligerancia que a nadie favorecerá. Ya basta de un conflicto estéril contra la UAS y Sinaloa ganará.