Presas internacionales sin agua para pagar a EU

Ariadna García y Marco Antonio Martínez

A pesar de que el gobierno mexicano se comprometió a pagar el agua que debe a Estados Unidos, la realidad es que no hay agua, debido a una fuerte sequía que el país ha vivido en los últimos años.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) las presas internacionales La Amistad y Falcón, de las que se debe entregar agua a los Estados Unidos, están en lo mínimo de su capacidad.

La presa Falcón, situada en la frontera entre Tamaulipas y Texas, está apenas al 8.3% de su capacidad, en tanto que La Amistad, ubicada Coahuila y Texas, alcanza 13.6%.

Contexto: Trump amenaza a México por deuda de agua

Hoy, México enfrenta una nueva preocupación debido a que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con imponer arancel a México si es que no hace el pago correspondiente de agua que debe.

Esto se debe al Tratado de Aguas entre México y Estados Unidos el cual data de 1944 y en donde se estipula el reparto de agua entre las dos naciones. El octagenario documento regula cómo los dos países deben repartirse el agua del Río Bravo y el Río Colorado, los cuales forman parte de los límites territoriales.

Según este acuerdo, México debe entregar a Estados Unidos, anualmente, 431.7 millones de metros cúbicos y Estados Unidos entrega 1850.2 millones de metros cúbicos de agua. En el papel se dejó claro que la Unión Americana cumplirá su entrega cada año, en tanto que México podrá hacerlo en periodos de 5 años.

En lo que hace al quinquenio que corre, éste vence en octubre de 2025 y México arrastra una deuda, según fuentes de Conagua, de mil 617.4 millones de metros cúbicos de agua, lo cual se ve complicado de cumplir porque en territorio mexicano hay poca agua.

El pago

El gobierno mexicano se comprometió a cumplir con el adeudo de agua, aunque advirtió sobre los problemas de sequía que se viven en el país y lo cual es contemplado por el Tratado de 1944. Sin embargo, el acuerdo no determina qué hacer en caso de una sequía casi permanente, sólo refiere que si en un año no se pudo hacer el pago correspondiente, se podrá cubrir al siguiente.

En noviembre de 2024, la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) mexicana y estadounidense, firmaron el acta 331 que se refiere a “Medidas para mejorar la confiabilidad y predictibilidad de las entregas de agua del Río Bravo en beneficio de México y los Estados Unidos”. El acta contempla que, para el caso de México, si no tiene agua de las presas internacionales, podrá utilizar las del Río San Juan y Álamo, lo cual podría estar afectando a entidades como Nuevo León, Tamaulipas y Chihuahua, principalmente.

La sequía que sufrió México en 2023 fue la puerta de entrada a los incumplimientos al Tratado por parte de México; aunque en 2024 las presas y los ríos del norte del país comenzaron a recuperarse debido a las lluvias, no fue suficiente para cumplir el tratado y México ya lleva un atraso de tres años.

“La realidad es que llegamos al 2025 sin haber entregado el 2023, sin el 2024 y con una deuda de más de mil millones de metros cúbicos. El presidente Donald Trump habla de 1.3 millones de acres, que es una barbaridad, que viene siendo como 1 mil 600 millones de metros cúbicos”, dijo a La Sila Rota José Luis Luege, especialista en materia hidráulica.

 Río Bravo. Foto: Cuartoscuro

“Creo que esa cifra no es la correcta, pero seguramente da muy por arriba de los mil millones de metros cúbicos. Es muy complicado”, explicó el extitular de la Conagua durante el gobierno de Felipe Calderón.

Pero el acuerdo quinquenal aún no concluye, de modo que esa situación puede aminorarse con la próxima temporada de lluvias, remarcó por su parte la investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Carmen Carmona Lara, por lo que recomendó al gobierno federal esperar a septiembre, cuando el pobre caudal de las presas internacionales Falcón y Amistad pueda crecer.

“Ahora no es momento de hacer el cálculo porque es época de estiaje, pero si nos va bien, y como siempre nos ha ido, puede pagarse antes de que acabe el quinquenio y si no para el otro y establecer medidas como instalar plantas de reúso, desaladoras y tecnificar para ahorro en distritos de riego. El gran problema que tienen los agricultores texanos es que insisten en usar pesticidas y fertilizantes que salinizan el agua”, criticó la investigadora.

La sequía del 23

El año 2023 quedó registrado como uno de los años con más calor en la historia del mundo. Será recordado como uno de los más secos a nivel nacional, sobre todo en el norte del país. Más del 50% del territorio nacional sufrió por la falta de agua y escasez de lluvias. La agricultura y la ganadería fueron actividades que vieron mermadas sus ganancias por la sequía. Incluso, la propia Ciudad de México fue golpeada por la falta de lluvias y el aumento de la temperatura.

Eso comenzó a causar el rezago en la entrega de aguas que el presidente Donald Trump reclamó el 10 de abril. Posteó que México incumple con el tratado de aguas y le roba agua a su país y amenazó con imponer más aranceles a nuestro país si no pagaba. La presidenta Claudia Sheinbaum dijo que el acuerdo es justo, pero también recordó la sequía y dijo que se buscaban soluciones para resolver los problemas de agua entre ambas naciones.

Sin agua para cumplir

Esa sequía aún tiene efectos en el agua que México debe entregar del río Bravo a Estados Unidos, recordó José Luis Luege.
El exdirector de la Conagua mencionó que la administración de estas entregas es cada cinco años, que se establecen en actas y que en caso de sequía y no tener el agua suficiente, se puede diferir al siguiente año y tratar de compensar lo que no hubo ese año, con la expectativa de que haya lluvias, que es lo que no sucedió.

“Entonces, es el caso en este momento. México no tiene el agua para cumplir la entrega por el río Bravo”, reconoció.
Sin embargo, Luege aclaró que no toda la culpa se le puede echar a la sequía que azotó al país en 2023 y una parte en 2024.

“No hubo la previsión a tiempo por parte de México. Eso está muy mal”.

Recordó que la CILA tiene una sección de Estados Unidos y otra mexicana, con personal de un perfil altamente técnico, que entre ellos mantienen una buena comunicación a través de un proceso de minutas, actas que se firman para acuerdos rápidas en variaciones de volúmenes.

Entonces no debería haber sorpresa por el volumen de agua que ha quedado a deber México, pues la CILA está al tanto de lo que ocurre. La parte estadounidense de la Comisión Internacional está conformada por el Buró de Reclamaciones, el equivalente a la Conagua, y el Ministerio del Interior. En la contraparte mexicana se conforma por las secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la de Relaciones Exteriores y la Comisión Nacional del Agua.

 Río Bravo. Foto: Cuartoscuro

Mesas de trabajo en la CILA son durísimas

Los temas se abordan en mesas que calificó de ‘durísimas’. De entrada, México debe reconocer la realidad, que no tiene el agua suficiente y necesita diferir la entrega, sugirió. El tratado contempla una condición que se llama Declaratoria de sequía extraordinaria y que en ese caso en particular se puede diferir de un ciclo a otro de cinco años por una sola vez.

En octubre de este año termina el ciclo quinquenal y de ahí viene la presión muy fuerte de Donald Trump. Ese mismo mes comienza otro nuevo ciclo de cinco años.

“Yo me siento en la mesa y voy a decir, esta es la situación, tú sabes que no hay agua, las presas están así y asado, es imposible cumplir con ese volumen, pero te voy a entregar tanto y para eso voy a hacer A, B, C y D. Para cumplir en el otro, yo ofrezco entregarte tal volumen anualmente”.

Sin embargo, la parte estadounidense va a preguntar cómo va a cumplir México con eso, entonces los representantes mexicanos deben llegar con programas, acciones, presupuestos y ejemplos de lo que harán, como que van a tecnificar el distrito de Delicias, Chihuahua para ahorrar tantos millones de metros cúbicos.

El gobierno va débil

Pero ahí es donde observa débil al gobierno mexicano, ya que no hay presupuesto para la modernización de riego en distritos agrícolas.

“No veo acciones muy concretas, pero en mi experiencia este tema se puede negociar bien si llevas bien afinado el tema, pero el problema viene para adelante”.

A la pregunta de qué va a pasar el año siguiente o en cinco años, el exfuncionario responde que es necesario un plan para tecnificar al máximo el riego agrícola en nuestros distritos y ciudades.

“Tecnificar todos los organismos de agua municipales, construir todas las plantas que hacen falta, intercambiar agua tratada para agua tanto industrial como en la agricultura y nos vamos a ir ajustando a una realidad cada vez más dura en materia de abastecimiento de agua”.

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