Economía informal, cáncer de México

Vicente Gutiérrez Camposeco
La economía informal en México está resultando un cáncer en términos macroeconómicos y se refleja en el día a día de la convivencia económica de la población, en que las principales zonas metropolitanas y ciudades del país se observa una gran presencia de todo tipo de comercio desleal dedicados al comercio o actividad económica informal, en la que sus trabajadores carecen de las prestaciones laborales y seguridad social que se establecen la ley.
Esta economía se asocia regularmente con productos de baja calidad y sin garantía, al tener una procedencia desconocida y carecer de controles de calidad adecuados, dañando la economía formal e incentivando la venta de productos de procedencia ilicita, acompañada de un conjunto de efectos económicos, sociales y fiscales, tanto nacionales como a nivel local.
En el primer trimestre de 2025, el VAB de la economía informal fue de 5 695 422 millones de pesos a precios de 2018, lo que significó un alza de 4.2 % a tasa anual. Por entidad federativa, los mayores crecimientos se observaron en CDMX, con 27.0 %, Campeche, con 25.0 %; Quintana Roo, 16.0 %; Sinaloa, 13.6 %; Nayarit, 7.9 % y Puebla, con 7.3 por ciento. En cambio, en Chihuahua disminuyó 0.5 por ciento. En el trimestre de referencia, el VAB del sector informal ascendió 6.9 % a tasa anual y representó 59.3 % de la economía informal. Prácticamente todas las entidades observaron aumentos; destacaron: Campeche, con una variación de 38.3 %; Quintana Roo, 24.0 %; Querétaro, 13.6 %; Aguascalientes, 10.3 % y Yucatán, con 9.6 por ciento.
Otro factor de importancia en el aumento de la informalidad está dado por las políticas de privatización de empresas estatales y servicios públicos, como parte de las medidas de reestructuración económica. Lo anterior impacta de dos formas, en primera instancia hay un aumento del desempleo por aquellas empresas que son cerradas o absorbidas debido a su obsolescencia y en segundo lugar hay recortes importantes de plazas por parte de los nuevos propietarios en aras de aumentar la eficiencia.
Así pues, la economía informal es un lastre para la economía y la sociedad mexicana. Sume usted querido lector que, en México, la extorsión y el cobro de derecho de piso se han convertido en una práctica delictiva cada vez más extendida, con graves consecuencias para millones de mexicanos. Este fenómeno, que afecta principalmente a pequeños y medianos empresarios (PYMES) y a personas que trabajan por cuenta propia, se ha instituido en un impuesto ilegal que lastra el desarrollo económico y genera un clima de inseguridad y miedo. La extorsión y el derecho de piso son un problema complejo en el que se entrelazan diversos factores, como la debilidad del Estado de derecho, la corrupción y la impunidad. Las organizaciones criminales, amparadas en la falta de acción de las autoridades, han encontrado en estas prácticas una fuente de millonarios ingresos ilícitos que les permite fortalecer su poder y su capacidad de operación.
El ampliamente extendido problema de las extorsiones en México no sólo es un flagelo que azota a comerciantes, fabricantes y productores agrícolas, entre otros, sino que está presionando algunos precios, por traspaso de costos, y haciendo cuesta arriba los esfuerzos del Banxico por domar a la inflación. Organizaciones empresariales, comerciantes y dueños de tiendas en México han denunciado el acoso por “cobro de piso”, prestadores de servicios atemorizados por amenazas criminales y dirigentes industriales dijeron a Reuters que los precios han sufrido incrementos, en algunos casos hasta en un 30% como registran productores de la emblemática tortilla, por el impacto de un “impuesto” silencioso que lamentablemente suele crecer progresivamente.
Presidente de Canaco-CdMx
Con información de El Sol de México