Compra de medicinas, en el limbo

Alejandro Jiménez

El reciente comunicado de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF) sobre el suministro de medicamentos en México confirma lo que muchos temían: el desabasto de medicinas en 2025 será una realidad, y las acciones del gobierno siguen siendo insuficientes para garantizar el acceso a tratamientos esenciales. 

A pesar de los esfuerzos anunciados, como la compra urgente de 85 millones de piezas, los datos revelan un sistema fracturado y una gestión que sigue fallando a los pacientes más vulnerables.

La AMIIF señala que el 40% de los convenios con las farmacéuticas aún no se han formalizado. Esto significa que, en pleno 2025, el gobierno no ha logrado establecer acuerdos claros sobre qué medicamentos se necesitan, en qué cantidades y a qué precio. 

Sin estos convenios, la planeación es caótica y las consecuencias son previsibles: faltarán medicinas en los hospitales y clínicas. Pero lo más grave es que, incluso entre los convenios ya formalizados (que representan sólo el 30% de universo total), sólo 70% cuenta con Órdenes de Reposición, y una tercera parte de estos no han sido ejecutados. Es decir, las instituciones no están solicitando los medicamentos que ya tienen acordados. ¿Cómo se explica esta negligencia?

El resultado de esta desorganización es que los tratamientos se interrumpen, especialmente en medicamentos de alta especialidad y oncológicos, donde la continuidad es vital. No es un problema menor: hablamos de vidas en riesgo. 

Mientras las autoridades celebran compras “urgentes” como logros, la realidad es que estas acciones son parches que no resuelven el fondo del problema: un sistema de adquisiciones opaco, lento y, en muchos casos, incompetente.

La AMIIF hace un llamado a priorizar calidad, transparencia y sostenibilidad en las compras públicas, algo que debería ser obvio pero que, al parecer, aún no se asimila. No se trata solo de comprar más, sino de hacerlo bien: con proveedores confiables, plazos realistas y una distribución eficiente. 

Sin embargo, el gobierno insiste en medidas reactivas en lugar de atacar las fallas estructurales. Mientras no haya una verdadera reforma en la gestión de medicamentos, los desabastos seguirán siendo una noticia recurrente.

El desabasto de medicinas en México no es un problema nuevo, pero en 2025 podría agravarse si no se corrigen las fallas que la AMIIF ha señalado. Los pacientes no pueden seguir pagando las consecuencias de una mala planeación y una ejecución deficiente. 

Es hora de que las autoridades asuman su responsabilidad y trabajen de manera coordinada con todos los actores involucrados. La salud de millones de mexicanos no puede seguir en segundo plano.

Con información de El Sol de México

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