Desabasto impide que médicos sigan protocolos para enfrentar virus superresistentes: especialista

Fabián Evaristo

La escasez de medicamentos e insumos que comenzó en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha provocado que los médicos mexicanos no sigan los lineamientos que define la Organización Mundial de la Salud (OMS) para enfrentar bacterias o virus que se han vuelto más resistentes a los fármacos que prescriben los especialistas.

La Asociación Mexicana de Infectología y Microbiología Clínica (AMIMC) hizo un llamado al secretario de Salud, David Kershenobich, a garantizar la disponibilidad de medicamentos antimicrobianos ideales para, por ejemplo, prevenir infecciones antes y después de las cirugías.

La doctora Dora Patricia Cornejo, hasta la semana anterior presidenta de la dijo AMIMC a La Silla Rota que el desabasto ha afectado a los institutos nacionales de salud, el Hospital General de México Manuel Gea González, el Hospital Infantil de México, así como  hospitales de alta especialidad en YucatánGuanajuato, Durango, Jalisco, Baja California y Nuevo León.

Ante la falta de antibióticos como las cefalosporinas, usadas para tratar o prevenir infecciones en la piel, neumonía y meningitis, entre otras, los especialistas tienen que recurrir a otra que no es la recomendada, pero es la que se encuentra al alcance. 

“Las cefalosporinas, por ejemplo, son medicamentos que se utilizan para la profilaxis prequirúrgica. Es decir, a un paciente que se va a operar se le pone un antibiótico antes de la cirugía para que los microorganismos de la piel no contaminen y no condicionen después una infección. Estos no ha habido y entonces nos obliga a utilizar o fármacos como muchísimo más amplio espectro, que deberían de estar restringidos”.

Al tomar esta opción, dice la doctora Cornejo, los médicos mexicanos no siguen el Programa de Optimización de Uso de Antimicrobianos (PROA), creado para responder al llamado de la OMS para enfrentar la emergencia de salud pública creada por la resistencia antimicrobiana.  

“Se pueden ocupar (los medicamentos de amplio espectro), porque le sirve al paciente y le sirve a la infección, pero si estamos hablando del gran problema de la resistencia antimicrobiana, que es un problema a nivel mundial, y que México es parte de de de los lineamientos de la OMS, pues al final no estamos siguiendo las prácticas que deberíamos a causa de este desabasto”, dijo la especialista del Instituto Nacional de Cancerología.

Contexto: La Organización Panamericana de la Salud explica que los virus, bacterias hongos y parásitos han desarrollado un capacidad para resistir a los medicamentos tradicionales.

“Como resultado, los medicamentos se vuelven ineficaces y las infecciones persisten en el organismo, lo que incrementa el riesgo de propagación a otras personas”, señala la OPS en su sitio web.

“Están surgiendo y extendiéndose nuevos mecanismos de resistencia en todo el mundo, amenazando nuestra capacidad para tratar enfermedades infecciosas comunes, lo que resulta en enfermedades prolongadas, discapacidad y muerte. Sin antimicrobianos efectivos para la prevención y el tratamiento de infecciones, los procedimientos médicos como el trasplante de órganos, la quimioterapia contra el cáncer, el control de la diabetes y la cirugía mayor se convierten en un riesgo muy alto”. 

Los organismos internacionales de salud recomendaron que se sigan ciertas prácticas para manejar la resistencia de los virus a los antimicrobianos porque esta “supone una amenaza cada vez mayor para la salud pública mundial y requiere medidas por parte de todos los sectores del gobierno y la sociedad”.

La escasez dura años

En entrevista, la doctora Cornejo explica que la decisión de cambiar la forma de comprar medicamentos, para concentrarla en la Secretaría de Hacienda, después en la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), luego en el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), ha resultado en desabasto continuo de productos indispensables para atender a los ciudadanos.  

“Vamos usando lo que tenemos disponible, entonces, a lo mejor un paciente puede recibir tres días uno, tres días otro, tres días otro, cuando no es lo correcto. Es mucha la impotencia al saber qué podemos darle a un paciente y no tener las armas para podérselo proporcionar”.

El problema del desabasto se agravó en los últimos meses, además de que la distribución no se da en tiempo y como se requiere para el cuidado médico, añade la especialista.

““Es la centralización de la distribución, entre la compra, tanto de los medicamentos como de los insumos médicos, y esto ha condicionado que realmente no se de abasto en tiempo en forma, para la compra, y dos, la distribución. Llegan, por partes, llegan pocas piezas, se terminan, tardan tiempo en volver a surtir, hay muchos huecos”, aseguró.

Con información de La Silla Rota

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