Ferreiro parte en dos a Morena y Rubén Rocha sobre-enloquece
Álvaro Aragón Ayala
La postulación del ex alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, como candidato al Senado de la República por el Partido del Trabajo partió ya por la mitad al partido Movimiento de Regeneración Nacional en Sinaloa y desquició a Rubén Rocha Moya por la alta posibilidad y probabilidad de que Imelda Castro Castro y Enrique Inzunza Cázarez pierdan la elección por no ser considerados candidatos de la militancia morenistas sino de las cúpulas del poder que le han dado la espalda a los principios de la Cuarta Transformación.
La candidatura petista dividió a Morena-Sinaloa: una buena parte de la militancia no decide todavía negarle o darle el voto a Imelda Castro, quien busca su reelección, ya que hizo un papel gris como Senadora. Se cultiva la percepción de que no merece repetir en el cargo, además de que ella pertenece al grupo del corrupto René Bejarano, “el señor de las ligas”, quien goza de una pésima imagen política. El otro segmento de Morena no votará ni pagándoles por Enrique Inzunza por sus negros antecedentes. Esa fracción sufragaría a favor de Jesús Estrada Ferreiro.
Efectivamente, en el Tercer Piso del gobierno del Estado se les “hizo bola el engrudo” con la reaparición del ex alcalde de Culiacán en el escenario político estatal-nacional. Contra él, Rubén Rocha y Enrique Inzunza, apoyado por diputados de Morena, desencadenaron su linchamiento y enderezaron una persecución judicial para desaparecerlo del mapa. Los planes del gobernador era que no apareciera en la competencia electoral 2024 y cerrarle toda posibilidad rumbo al 2027, año en que se celebrarán elecciones para elegir en Sinaloa al nuevo mandatario estatal.
Cierto: sin importarles su estatus de presidente municipal de Culiacán de extracción morenista, Rubén Rocha y Enrique Inzunza ordenaron la criminalización de Jesús Estrada. Diputados de Morena orquestaron contra él manifestaciones públicas para justificar la solicitud de juicio político y la fabricación de demandas penales que sirvieron para destituirlo. El ex alcalde acudió a los tribunales federales que ya determinaron la inconstitucionalidad de su separación del cargo, pero por orden del gobernador no se le ha reinstalado.
Cuando en el Tercer Piso ya lo consideraban “muerto políticamente”, Estrada Ferreiro reapareció súbitamente como candidato del PT dando demostraciones de que arrebatará los votos a Morena y de que cuenta con las simpatías de ciudadanos que repudian la forma y manera de gobernar de Rubén Rocha y que ven con desprecio a Imelda Castro Castro, pero sobre todo a Enrique Inzunza que entra a la contienda por el Senado cargando con una denuncia de acoso sexual y con un video en el que se le observa masturbándose.
Seguidores de Morena de los 20 municipios de Sinaloa que han sido pisoteados por Rubén Rocha, quien gobierna para una pandilla que saquea el erario público, que persigue política y judicialmente a sus opositores políticos y que tiene abandonados todos los sectores productivos de Sinaloa, comenzaron a empujar la candidatura de Estrada Ferreiro bajo las siglas del PT lanzando la consigna de que no dará ni un solo voto a Imelda Castro ni Enrique Inzunza por depravado e intolerante
Rocha Moya sobre-enloqueció porque huele la derrota de sus “senadores” y porque, también, Estrada Ferreiro es factor de alto tonelaje para que otro de sus candidatos, el de la alcaldía de Culiacán, el impostor Juan de Dios Gámez, o cualquier otro que sea impuesto por gobernador con la estafeta de Morena, sea derrotado en las urnas. El capital político de Estrada Ferreiro se concentra mayormente en Culiacán que fue sumido en un infierno por Rocha y su ahijado Juan. No es casual, entonces, la nueva loquera que atrapa al mandatario estatal.