La nueva presidenta y la política exterior

Olga Pellicer

Son muchos los motivos que permiten afirmar que la presidencia de Claudia Sheinbaum se inicia en medio de turbulencias. 

A quince días de su toma de posesión, estas notas reflexionan sobre la política exterior y las primeras impresiones que se reciben sobre la posibilidad de sortear tales turbulencias. 

En primer lugar es necesario manejar la herencia recibida, la cual se caracteriza por grandes ambivalencias. El presidente López Obrador dejó claro desde el principio de su gestión que sus principales preocupaciones se relacionaban con la situación interna del país. La política exterior siempre estuvo en segundo término.

Lo anterior no significó, sin embargo, que no mantuviera relaciones muy cordales con los presidentes de Estados Unidos, en particular con Donald Trump. Ahora bien, la cordialidad no detuvo el empeoramiento notable de varios problemas que enfrenta la relación entre los dos países, como migración, seguridad, o narcotráfico.  

Son temas que tienen importancia para los líderes políticos y el imaginario popular en Estados Unidos. No sin razón, se ha advertido que fenómenos provenientes de la frontera con México, como la migración, será uno de los factores decisivos para la elección que tendrá lugar en las próximas semanas. 

Por lo que toca a otros aspectos de la relación de México con el mundo, cabe advertir que López Obrador no dejó ningún cimiento para construir la política exterior del segundo piso. Casi no llevó a cabo viajes al exterior, con excepción de rápidas visitas a Centroamérica, Colombia, Chile y Cuba.  No visitó otros continentes y casi no participó en foros multilaterales. Algunos en los que su presencia hubiese sido muy necesaria como la Cumbre de las Américas, donde se dedicó gran atención al tema de la migración, la Asamblea General de la ONU en que la presencia del jefe de Estado es muy significativa o el Grupo de los 20 en que es importante presentar la visión de las llamadas potencias emergentes.

Sheinbaum. Retos en política exterior. Foto: Montserrat López 

Tales ausencias no impidieron, sin embargo, que dejará abiertos conflictos de mucho efecto mediático que tienen consecuencias negativas para el país. El pleito con España, que desafortunadamente ha dado el tono a la relación con Europa en los primeros días de la presidencia de Claudia Sheinbaum, es un diferendo que debe resolverse. De no hacerlo, México pierde a su mejor defensor al interior de la Unión Europea y no puede iniciar el cabildeo para la ratificación de la nueva versión, ya negociada, del Acuerdo de Comercio, Coordinación Política y Cooperación con la Unión Europea.  

El segundo motivo que limita un buen arranque para la política exterior de Sheinbaum se refiere al debilitamiento de las instituciones que conducen la política exterior. La austeridad republicana ha tenido un efecto negativo sobre las capacidades de la administración pública que cobran particular gravedad en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). 

A problemas que parecen sin importancia, como lo es el mantenimiento de instalaciones en que los elevadores ya no funcionan, se une la dificultad de dar movilidad al personal que se encuentra en el extranjero. 

Será difícil retornar a México funcionarios que no tenían el mejor perfil para el servicio diplomático, pero gozaban del afecto de López Obrador. Varios ejemplos se encuentran en las representaciones de México en América Latina.  

Más grave aún que lo anterior es la falta de claridad sobre las atribuciones que corresponden a diversas entidades de la administración pública encargadas de temas fundamentales para la política exterior. Migración es un buen ejemplo. Los aspectos relacionados con migrantes que se encuentran en el extranjero siempre había sido responsabilidad de la SRE. 

Los migrantes en territorio nacional son responsabilidad de la Secretaría de Gobernación, no en balde el Instituto Nacional de Migración (INM), con sus diversas entidades a lo largo de la República, está bajo el mando de Gobernación. 

Se anunció hace pocos días la creación de una Comisión Intersecretarial para trabajar el tema migratorio, presidida por la SRE. Sería conveniente saber qué papel desempeñará el director del INM que, según información de prensa, será una personalidad de alto rango: el actual gobernador de Puebla. ¿A quién responderá? ¿Gobernación o Relaciones?

Migración. Tema clave en la elección estadunidenses. Foto: Omar Martínez

El ejemplo anterior es sólo un botón de muestra para hacer notar la necesidad de un gabinete de política exterior, encabezado por la Presidencia de la República, en el que participarían la Secretaría de Relaciones Exteriores, de la Defensa, Gobernación, Economía  y Seguridad Púbica. 

Organizar con rigor el diálogo y las acciones hacia el exterior es una de las asignaturas pendientes del gobierno mexicano desde hace varios años. Esperemos que lo corrija la nueva administración. 

Desde luego, no es la única asignatura pendiente. A dos semanas de haber iniciado el nuevo gobierno, no existe todavía un mensaje lo suficientemente claro sobre cuál es el lugar que se desea para México en el mundo. La intensidad de vínculos económicos existentes entre México y Estados Unidos, así como el marco legal que los une a través del T-MEC, no debía dejar lugar a dudas sobre nuestra pertenencia a América del Norte.

Sin embargo, desde el punto de vista ideológico el gobierno de la 4T se identifica más con causas y aspiraciones de la izquierda radical en América Latina. Tal fue la posición que transmitió AMLO y se está esperando con interés cuál es la de Claudia. La defensa de la soberanía, hilo conductor de la narrativa para referirse a la relación con Estados Unidos, no contempla aquellos casos en los que, en el uso de esa soberanía, se ha cedido parte de la misma para adecuase a los requerimientos de acuerdos como el T-MEC, en el que, por ejemplo, no se concede trato preferencial a empresas estatales como la CFE o PEMEX. 

El pleito del gobierno mexicano con el rey de España, impacto con la Unión Europea. Foto: Juan Medina / AP

La hostilidad hacia el representante del gobierno de Estados Unidos en México, que se expresó al fijarle un solo canal, la SRE, para dialogar con los miembros del gabinete, forma parte de la decisión de hacer sentir al vecino del norte que la asimetría no significa debilidad para llevar hasta sus últimas consecuencias la defensa del principio de “No Intervención”. 

Pronto se conocerá el resultado de la elección presidencial en Estados Unidos. Establecer lazos de entendimiento con cualquiera que resulte ganador será uno de los desafíos más importantes para el equipo de la nueva presidenta. Será entonces cuando sabremos cuales son los alcances y limitaciones de la política exterior que encabeza la primera mujer presidenta de México. 

Con información de Proceso

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