¿Se han reducido realmente los homicidios en México?
Saúl Arellano
El Gobierno de la República, en su afán de mostrar eficacia y resultados positivos, sostiene constantemente que se ha reducido de manera muy importante el número de homicidios intencionales que se cometen en el país. Al respecto, hay que mostrar dos cuestiones centrales: 1) con base en qué fuente de información lleva a cabo su estimación; y, 2) con qué periodo está comparando.
Respecto de lo primero hay que precisar que en México se dispone de dos fuentes de información construidas con metodologías comparables en el tiempo. La primera de ellas es el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Su perspectiva de construcción es el de la seguridad pública, y su fuente primaria son las carpetas de investigación que se generan en las Fiscalías Generales de Justicia de las 32 entidades de la República.
Su periodicidad de información es mensual y tiene incluso nivel de desagregación municipal. Su gran limitante es que no da seguimiento a otras fuentes de información, por lo que el subregistro anualizado es importante. En este sistema de información, se tienen datos comparables desde enero del 2015 hasta el 30 de octubre del 2024.
La segunda fuente de datos es el INEGI; su perspectiva de generación de datos es de salud pública, pues se basa en la Clasificación Internacional de Enfermedades. Por ello, en sentido estricto, reporta defunciones por causa externa, las cuales se desagregan en cuatro rubros: 1) agresiones (homicidios intencionales); 2) accidentes; 3) suicidios, y; 4) defunciones por causa externa de intención no determinada.
La serie comparable es de 1990 al año 2023 y la periodicidad con que se reporta es anual, aunque desde hace algunos años realiza reportes semestrales que constituyen adelantos valiosos de información, aunque de carácter preliminar. Es importante decir que sus fuentes primarias son las carpetas de investigación ministeriales, los certificados de defunción expedidos por la Secretaría de Salud; los reportes de los Servicios Médicos Forenses de todo el país; así como los certificados de defunción del registro civil.
Por resta razón su información es mucho más precisa, y al mismo tiempo permite identificar las señaladas defunciones violentas (por causa externa), cuya intención no pudo ser determinada al momento del registro de la muerte.
Con base en lo anterior, este artículo se basa en los datos del INEGI, para comparar lo que ha ocurrido desde el 2007 hasta el 2023 en materia de defunciones por agresiones (categoría equivalente a la del ámbito judicial de homicidio doloso).
De esta forma, lo que se tiene es que entre los años 2007 y 2012, el número de homicidios intencionales en el país fue de 121,613 asesinatos. Esto hace un promedio anual de 20,268 víctimas, o bien, un promedio diario de 55.5 casos diarios.
Por su parte, el periodo que va del 2013 al 2018, el número total fue de 157,158 víctimas, es decir, un promedio anual de 26,193 víctimas o bien, un promedio diario de 71.76 personas que perdieron la vida por agresiones.
Finalmente, el periodo aún incompleto del 2019 al 2023, en la información del INEGI, es de 173,483 personas asesinadas. Es decir, en cinco años, hubo más homicidios que en los seis previos. Para ese periodo, el número promedio anual es de 34,696 personas asesinadas, cifra equivalente a 95 asesinatos por día.
Ahora bien, los datos preliminares del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública muestran que, de enero a octubre de este año, fueron asesinadas 25,324 personas. En sentido estricto esas serían las que son asignables al mandato de López Obrador, por lo que, en total, su administración tendría 198,808 personas asesinadas. Eso hace un promedio anual de 33,134 asesinatos o bien, 90.7 víctimas diarias para el periodo 2019-2023.
En términos porcentuales, las diferencias son entonces de 30% más homicidios totales en la administración de Enrique Peña Nieto, frente a la de Felipe Calderón; y de 12.8% más homicidios en la administración de López Obrador frente a la de Peña Nieto; y de 38.9% más frente a la de Felipe Calderón. Esto considerando que los datos del 2024 son preliminares y habrán de incrementarse en la medida en que se localicen más personas asesinadas entre los más de 100 mil desaparecidos que hay en México, y cuando el INEGI dé a conocer cifras definitivas para el año que transcurre.
Ahora bien, la cifra preliminar de noviembre 2024, de 2,234 homicidios dolosos que se dio a conocer recientemente, tiene otra fuente, y esa es la del registro diario de homicidios, que suele tener entre un 15 y un 20% de subregistro. Esto implicaría que, entre octubre y noviembre de este año, ya se han perpetrado alrededor de 5 mil asesinatos. Eso daría una cifra preliminar de 83 casos por día, es decir, una cifra aún 13.3% superior a la registrada en la administración de Peña Nieto; y, aunque más baja a la del periodo de López Obrador, es un dato preliminar y seguiría muy por arriba de lo aceptable para nuestro país.
Esto no quiere decir que la administración de Claudia Sheinbaum será peor en esta área que la de su predecesor; y menos se puede tomar como un pronóstico un conjunto de datos de dos meses. Habrá que esperar un periodo razonable para determinar si se consolida algún tipo de tendencia y, sobre todo, qué lo explica.
Mientras tanto la violencia y la criminalidad siguen campeando en el país; y eso urge cambiarlo ya.
Investigador del PUED-UNAM
Con información de La Crónica