Salud y educación infantil van a la baja tras pandemia

Elizabeth González-Manrique
De acuerdo con un estudio realizado por la UNICEF, los niños de los países ricos están cada vez menos contentos con sus vidas: tienen más probabilidades de tener sobrepeso y obesidad y no les va bien en la escuela desde la pandemia de COVID-19.
Según advierte el informe “Report Card 19: El bienestar de la infancia en un mundo impredecible”, los avances en materia de bienestar infantil son cada vez más frágiles ante los acontecimientos y crisis mundiales, como el cambio climático.
Para la realización de este estudio, la UNICEF comparó datos de 2018 y 2022, para reflejar la repercusión que ha tenido la pandemia de COVID-19 y la interrupción de la actividad en todo el mundo sobre los niños y niñas de 43 países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y la Unión Europea (UE).
Los Países Bajos, Dinamarca y Francia se mantienen en los primeros puestos de la lista de los mejores países para la infancia en términos de bienestar mental, salud física y competencias, seguidos de Portugal e Irlanda. España se sitúa en el séptimo puesto. En América Latina, Costa Rica ocupa el puesto 31, Colombia el 33, México el 34 y Chile el 36.
Aumentan sobrepeso y obesidad
De acuerdo con Ana Lilia Rodríguez Ventura, especialista en pediatría y endocrinología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el confinamiento debido a la emergencia sanitaria suscitada por la pandemia de COVID-19 influyó en que niñas, niños y adolescentes empeoraran sus hábitos alimenticios.
“De por sí hemos detectado muy malos hábitos en toda nuestra población mexicana y a nivel mundial, y en especial en pandemia, los niños se hicieron menos activos físicamente, estuvieron largas horas expuestos a pantallas y con la ansiedad que generó el problema hubo más tendencia a comer azúcares, harinas refinadas, jugos”, señaló.

La especialista afirmó que la inseguridad alimentaria producida por la pandemia hizo que al no ser tan fácil salir a conseguir alimentos saludables, que en su mayoría se venden en mercados y tianguis, como verduras, frutas y proteínas, era más fácil acceder a productos ultraprocesados, lo que derivó en un mayor consumo de estos.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2021, en niños de cinco a 11 años, la prevalencia nacional de sobrepeso fue de 18.8 por ciento, en hombres fue de 16.6 por ciento y en mujeres de 21.2 por ciento. La prevalencia de obesidad se encontró en 18.6 por ciento de los escolares, 23.8 por ciento en hombres y 13.1 por ciento en mujeres.
Educación, el otro rubro afectado
Durante los últimos años, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México ha redoblado esfuerzos para generar conocimiento en torno a los efectos de la pandemia de COVID-19 en el desarrollo del país, sobresaliendo de entre ellos el aspecto educativo, el cual se vio fuertemente trastocado tras la emergencia sanitaria.
“Por un lado, los cierres generalizados y prolongados, en todos los niveles de las instituciones educativas constituyeron la medida de distanciamiento social de mayor alcance en el territorio nacional; por otro, las condiciones de los hogares y del sistema educativo con la llegada de la pandemia representaron importantes limitaciones a la hora de dar continuidad al proceso de aprendizaje desde una modalidad no presencial”, explica el PNUD en su documento “Covid-19 y Educación en México: Primeras aproximaciones de una desigualdad agudizada.
Este documento toma en cuenta los resultados emanados de la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED), del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En dicha medición se reportó que de los 54.3 millones de personas de 3 a 29 años que había en 2020, el 62.0 por ciento, equivalente a 33.6 millones, estuvo inscrita en el ciclo escolar 2019-2020. Por sexo, la población inscrita de hombres fue 62.3 por ciento y de 61.7 por ciento de mujeres.
Uno de los fenómenos medidos por la ECOVID-ED fue cómo influyó el paso de la pandemia de COVID-19 en la deserción escolar. Tras la realización de este sondeo, se estima que, del 2.2 por ciento (738.4 mil personas) de la población inscrita el ciclo escolar 2019-2020 que no concluyó el ciclo escolar, más de la mitad de ellos (58.9 por ciento) señaló que fue por un motivo relacionado con la emergencia sanitaria, mientras que el 8.9 por ciento señaló la falta de dinero o recursos como causa, en tanto el 6.7 por ciento indicó que fue porque tenía que trabajar y, finalmente, el 25.5 por ciento restante mencionó otros motivos distintos.
Los motivos específicos asociados a la pandemia de COVID-19 por los que no se concluyó el año, fue que los alumnos perdieron el contacto con profesores o no pudieron hacer tareas (28.8 por ciento), que alguien del hogar se quedó sin trabajo o se redujeron sus ingresos (22.4 por ciento), que la escuela cerró definitivamente (20.2 por ciento) y que carecía de computadora, otros dispositivo o conexión a internet (17.7 por ciento).
Con información de Reporte Índigo