Movimientos que sacuden el tablero sucesorio
Joaquín Narro Lobo
Si para muchos el 2024 ya estaba “cantado” en cuanto a alianzas, candidatos y ganadores, los últimos acontecimientos y algunos más por venir, han demostrado que nada está escrito y que la moneda de la construcción del futuro político en México aún está en el aire. La campaña de Movimiento Ciudadano en la que señala que “con el PRI ni a la esquina”, la declinación de los partidos Verde y del Trabajo en Coahuila en favor del candidato de Morena a la gubernatura, así como los próximos resultados electorales en los estados de México y Coahuila, han venido a sacudir la mesa sobre la que se encuentra el tablero de la sucesión presidencial, planteando nuevos escenarios y arrojando valiosas lecciones.
La elección en Coahuila parece estar decidida en favor de Manolo Jiménez Salinas y las declinaciones de los partidos Verde – que no de sus candidatos – en favor de Armando Guadiana y Morena, más que lograr un efecto positivo en los resultados lo que hacen es mandar un mensaje claro hacia el proceso electoral en 2024: Morena no los dejará ir solos porque los necesita por sus votos y sobre todo por la narrativa transformadora. Si Gerardo Fernández Noroña soñó con ser candidato presidencial o Marcelo Ebrard veía en el Partido Verde un posible plan B para estar en la boleta, ambos pueden olvidarse de ello.
El caso de la elección en el Estado de México es más complejo. Hasta este momento, todas las casas encuestadoras con alta reputación dan como ganadora a la candidata morenista, Delfina Gómez, pero en la alianza Va por el Estado de México no descartan una sorpresa e incluso un triunfo con suficiente margen para hacerlo incuestionable. Ante la falta de información cierta, los escenarios posibles son cuatro. Primero. Delfina Gómez gana por un margen lo suficientemente amplio que descarte posibles impugnaciones por parte del equipo de Alejandra del Moral. Segundo, Delfina gana, pero la diferencia es estrecha y deja la sensación de un fraude que pudiera o no comprobarse, pero que ensombrece su triunfo y dignifica la derrota de la alianza PAN-PRI-PRD. Tercero, Alejandra del Moral gana por una diferencia mínima que desatará el conflicto postelectoral más tenso en la historia, tan solo detrás del de 2006 en la elección presidencial. Cuarto, gana Alejandra del Moral por una diferencia de más de cinco puntos que dificulta la impugnación por parte de Morena.
En el primer caso Movimiento Ciudadano dirá: “se los dije. Con el PRI, ni los mexiquenses quieren ir a la esquina”. En este caso, PAN y PRD podrían revalorar su deciden continuar en esa alianza o buscar construir una nueva con Dante Delgado que los pueda hacer más competitivos para la elección de 2024. En el segundo y tercer casos, los partidos agrupados en va por México y la sociedad que busca detener la confirmación de Morena en el poder no dudarán en señalar que esa mínima diferencia, en contra o a favor, es producto de la reciente campaña de MC en contra del PRI y fortalecerá su narrativa de que el partido naranja le hace la “chamba sucia” a Morena. En el cuarto caso, el PRI se confirmará como la tercera fuerza a nivel nacional y fiel de la balanza no solo dentro de la alianza opositora, sino en la definición de quien encabezará la candidatura presidencial.
Los partidos Verde y del Trabajo jugaron a ser independientes y autónomos, pero desde el centro les recordaron que la alianza que han forjado con López Obrador y su movimiento, así como los beneficios que han obtenido desde el poder. Movimiento Ciudadano apuesta alto con la mira puesta en convertirse en la tercera fuerza política del país, atropellando a su paso la expectativa política y ciudadana de contar con un bloque opositor suficientemente fuerte como para vencer a Morena en 2024. Faltan pocos días para conocer los resultados que arrojarán estos movimientos y la manera en que incidirán en un nuevo acomodo del tablero sucesorio.