Dudas del plan energético verde europeo por desabasto de gas
María Fernanda Navarro
El tan admirado enfoque europeo de políticas públicas centradas en la transición energética parece tambalearse por el desabasto de gas.
La perspectiva de una posible reducción de suministro de gas en Europa por la tensa relación comercial que sostiene el viejo continente con Rusia, ha presentado escenarios de una posible crisis por desabasto de gas en los próximos meses y cuestionamientos en torno a sí el plan de sustitución de las importaciones rusas de energéticos serán efectivos.
Estos planes para dejar de depender de los combustibles del país dirigido por Vladimir Putin, que actualmente es el tercer productor del mundo de petróleo crudo a nivel mundial después de Estados Unidos y Arabia Saudita y el número cinco en exportaciones de gas natural, están sustentados, en gran medida, en la reducción del consumo de gas y la extensión del uso de energía renovable.
A través del plan RePowerEU (Reenergizar a la Unión Europea) se han planteado diversas acciones encaminadas al ahorro de energía, la diversificación del suministro de ésta y el despliegue acelerado de energías renovables para reemplazar los combustibles fósiles de los hogares y la industria.
Pero especialistas en materia energética apuntan que este plan es “excesivamente optimista”.
“La crisis global de energía que estamos observando tiene que ver con las políticas para acelerar la transición energética y que han llevado a muchas empresas de energía a dejar de invertir en proyectos, sobre todo en Europa, vinculados con los combustibles fósiles y a invertir en proyectos de energías limpias.
“Creo que el suministro de energía se ha visto afectado justo por estas políticas de acelerar la transición energética, la lección es que no se puede dejar de depender de los combustibles fósiles de la noche a la mañana y que debe de existir un equilibrio, una diversificación de la generación energética”, apunta Arturo Carranza, analista del sector energético.
Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) señaló el pasado 18 de julio que es necesario maximizar los suministros de gas a través del despliegue de energía solar y eólica, energías de bajas emisiones existentes como la nuclear e intensificar medidas de eficiencia energética en viviendas y comercios; mismas que podrían reducir la dependencia del gas ruso en un tercio en menos de un año.
Aunque apunta que se han visto avances en estas medidas particularmente en la diversificación de suministro de gas, reconoce que no es suficiente para satisfacer la demanda y evitar que “Europa se encuentre hoy en una situación increíblemente precaria”.
“En Europa existe una conciencia clara de que la transición energética y la generación y uso de energía eléctrica a través de fuentes renovables es, al final de cuentas, un camino de largo plazo con miras al 2050 la solución para dejar de depender del suministro energético de Rusia, ha quedado claro que el camino debe de ser gradual y progresio y debe de ser siempre pensando en mantener una diversificación de la matriz energética”, explica el especialista en el sector energético.
Reducción de consumo ante desabasto de gas
El pasado 20 de julio, después de nueve días en el que se interrumpió el suministro de gas a Europa por parte de Rusia a través del gasoducto Nord Stream 1 debido a trabajos de mantenimiento pero con dudas en torno a la normalización del flujo de gas, la Comisión Europea presentó una propuesta para disminuir la dependencia hacia el gas ruso.
El primer punto de este plan señala que los 27 Estados miembros de la Unión Europea (UE) deben de disminuir el consumo de gas en un 15 por ciento lo más pronto posible. De acuerdo con Kadri Simson, comisaría de Energía de la UE, desde el inició del conflicto armado entre Rusia y Ucrania se ha disminuido en cinco por ciento el consumo de gas, pero esto es insuficiente.
También se contempla aumentar el almacenamiento de gas en la UE de 65 por ciento actualmente hasta 80 por ciento. Además se propone que para la generación de electricidad se utilice más carbón, petróleo y otros tipos de energía para reducir el uso de gas con este propósito.
Se planea buscar proveedores sustitutos de gas alternativos en países como Estados Unidos, Canadá, Qatar, Argelia, Azerbaiyán y otros países, pero también hacer compras conjuntas de gas entre los miembros de la UE para reducir el precio de los mercados internacionales.
“Europa ha empezado a tomar medidas que han buscado reducir esta dependencia, pero en estos esfuerzos lo que se avecina en los próximos meses se antoja más complejo, ahorita por las temperaturas Europa no está demandando mucho gas natural pero en invierno esta situación se puede recrudecer con un mayor consumo por las temperaturas más bajas”, señala Carranza.
Reporte Índigo